Visionando Interstellar, de Christopher Nolan

Christopher Nolan ha demostrado ser uno de los cineastas mediáticos más interesados en las posibilidades narrativas del cine. En su última película, Interstellar, entretiene y convence con una buena historia de ciencia ficción apocalíptica.

Interstellar, la novena película de Nolan, camina, una vez más, por las habituales obsesiones de este interesante director. Personajes aventureros que intentan cruzar dimensiones espacio-temporales, vivir en mundos paralelos o explorar diferentes galaxias. En definitiva, y como bien apunta alguien al protagonista de esta historia, huir de un planeta que se les queda pequeño. Esta vez, el viaje o la huida son la excusa perfecta del piloto para volver a la acción, y de paso, el conducto que utiliza el habilidoso cineasta para narrar la espiral de acontecimientos que vemos en la pantalla.

¿Por qué entretiene Interstellar?

Ahora voy a viajar en el tiempo…

Christopher Nolan y su cine

Interstellar, cartel
by Aegaeus Mann

Podría imaginar, algunos años atrás, a los hermanos Nolan en su pequeño cuarto de juegos londinense, rodeados de naves espaciales en miniatura, cómics de Batman y juegos de magia. Escribiendo historietas a las que dar vida con cualquiera de esos juguetes que tienen a su alcance y la ayuda de una vieja cámara de Super 8.

Pasan los años. El cuarto de juegos ahora es un moderno despacho de la Warner o la Paramount, los cuentos se han convertido en un guión de doscientas páginas, y ellos, y sus cuentas corrientes, han engordado unos cuantos kilos.

Jonathan: Bale está con Ridley haciendo de Moisés. 

Christopher: ¿Qué te parece McConaughey? Su voz es profunda… y por fin su rostro atisba un pasado.

J: Me parece buena idea. Contrátalo. ¿ Y las chicas? Podemos repetir con Hathaway.

C: Sí. Pero para la hija yo había pensado en Jessica Chastain. Es perfecta.

J: ¿ Y Sir Michael?

C: Caine es Dios.

Puedo verlos allí, en ese espacio tan distinto al de la infancia, como siguen planificando su película: la presentación de los personajes, la puesta en escena de las secuencias del espacio, el diseño de los interiores, un preciso montaje para que al final todo tenga sentido. Aún veo a un par de chavales que se divierten contando historias, con las mismas ganas de jugar que en los primeros años. Como muchos otros, perdieron su inocencia escribiendo y rodando unas cuantas películas, pero afortunadamente, la imaginación y la “inocencia” del cine les sigue acompañando.

Interstellar es una película trepidante, de las que se echan de menos. Es romántica, original y valiente. Perfecta en su ritmo e hilada con inteligencia en cada giro argumental para mantener el interés del espectador. Así es la paleta de este director, el origen de Christopher Nolan. La fórmula que ha ido consolidando en su ya consumada carrera. Drama y aventura sin titubeos, más arquitectura narrativa sólida, más ingeniería visual solvente, se traduce en puro y adictivo entretenimiento.

¿Por qué convence Interstellar?

Otras cuestiones aparte, el auténtico baluarte para que la película funcione es su sello autoral. El director de Memento sigue indagando en sus obsesiones. Da una vuelta de tuerca más a esos laberintos artificiales donde recalan unos personajes agonizantes de profundo dolor. Normalmente, por una herida que el tiempo real no cicatriza. En esta tesitura, ya sea conectado a una máquina, como en Origen, o viajando a través de un agujero negro, como en Interstellar, el héroe de Nolan explora dimensiones desconocidas, alejadas de lo terrenal, donde el tiempo y el espacio son dominados. Náufrago, el individuo cuestiona sus decisiones y sus actos, pero con la completa seguridad de encontrar el camino de retorno hacia sí mismo.

Christopher Nolan rodando

Christopher Nolan
by charlieanders2

Si la física y la matemática asientan, en esta ocasión, los cimientos para que Nolan se mueva a sus anchas sin perder un ápice de verosimilitud, la narrativa cinematográfica, el siempre destable y lúcido uso de las elipsis,  le otorga el don mágico para transportar al espectador a un viaje perfectamente urdido. El ingenio del director vapulea cualquier patrón convencional y campea a sus anchas por las fronteras del  Hollywood Establishment. 

Viajo, de nuevo, con mi imaginación a otro lugar, por ejemplo, a un humilde aula de estudiantes de cine, muy lejana a las salas de reuniones de la Warner o la Paramount. Espacios con fines artísticos paralelos pero a años luz en cuanto a repercusión mediática se refiere. Nolan está frente a un grupo de jóvenes. No hay más de quince o  veinte pupitres. Un alumno hace una pregunta muy godardiana”, a la que Nolan contesta con palabras que bien podrían ser del genial director franco-suizo.

Alumno: Señor Nolan, un director como usted, supongo sabrá… ¿Hacia dónde va el cine?

C N (reflexivo): El cine viaja en el interior de cada uno. Es personal e impreciso, y se nutre de cada paso, de cada sueño y de cada recuerdo. Dominarás la técnica, y sorprenderás con constantes virguerías en el montaje que te harán rico y famoso. Pero no dejarás de seguir atrapado en tus anhelos románticos, tus miedos y tus obsesiones. Harás películas para la gente. Grandes películas. ¡Sí! Pero, tú… estarás solo, como Batman, como Dom Cobb, como Cooper. Has caído en un agujero negro y estás a merced de algo desconocido. Tienes que observar, aprender y hacerte comprender.

Destino del cine de ciencia ficción

Puede que Interstellar no tenga la poesía del Solaris de Tarkovsky o las dimensiones filosóficas del 2001 de Kubrick, pero es una “odisea” de notables mimbres artísticos y grandes posos del mejor clasicismo. Abre una puerta al “buen hacer” para el género de ciencia ficción hollywoodiense de los últimos tiempos, más interesado en la espectacularidad circense de las tres dimensiones, y hablo de la insulsa Gravity, que en contar una historia con fundamentos y originalidad.

El explorador galáctico no deja de ser un vaquero cabalgando por Monument Valley, un hidalgo surcando el océano o un detective pateando las calles de la ciudad. Un personaje de género. Un hombre hecho a sí mismo que busca un nuevo lugar donde empezar, pues su casa y sus recuerdos son un espejismo, y el mundo del que viene un punto moribundo. El cine de ciencia ficción es legendario y enigmático, siempre un filón para explorar, pero como lo hace Christopher Nolan. Convencido de su misterio y convincente para expresarlo. Contándolo desde la pureza trágica, desde las referencias acordes y desde el talento imaginario que te hace estar pegado a la pantalla tres horas.

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