Podríamos comenzar la visita albaceteña por los escenarios naturales de una película singular, “Amanece que no es poco”, y así conocer a la llamada “Suiza Manchega”; se trata de Ayna, localidad encaramada en la Sierra del Segura, en la parte de Albacete, en el estrecho cañón del río Mundo. El nombre de este río es ya de por sí motivo suficiente para visitarlo, ¿quién no quiere conocer “Mundo”?
La Sierra del Segura por la provincia de Albacete, al final de la Mancha, son tierras de transición entre Castilla y el Levante, entre la tierra y el mar, entre el páramo castellano y el Mediterráneo. Desde luego un escenario de película. El director José Luis Cuerda eligió esa zona por ser oriundo y porque hace más de 25 años, cuando se rodó la película, era una región de belleza natural aún más “salvaje” y desconocida.
Viajar por el Albacete oculto, la “Suiza Manchega”
Ayna es una población encogida por el constreñido cauce del río de tan grandilocuente nombre, Mundo, un caudal de agua corriendo entre afiladas paredes que le quieren cerrar, dando al viajero el placer de contemplar gargantas de hermosa compostura. Lugar idóneo para la práctica o hazaña de la escalada y para el llamado “turismo de aventura” o deportes de riesgo, tales como tirarse sujeto a una cuerda elástica desde algún puente o acantilado, “puenting” le llaman.
Viajar por el Albacete oculto, colgados de Liétor
El siguiente pueblo que merece una visita en la conocida ruta de “Amanece que no es poco”, sería el de Liétor, localidad también colgada de la Sierra del Segura, mucho más que Ayna porque han osado “colgar” a todo un convento, el de las Carmelitas Descalzas; obra del barroco cortesano (sobrio “herreriano”) de finales del XVII, destacando su claustro con decoración pintada y una obra del escultor Francisco Salzillo, una talla de la Virgen del Carmen, notable y característica escultura del maestro murciano.
Contienen sus empedradas e inclinadas calles todo un monumento histórico artístico, hablamos de la Ermita de Nuestra Señora de Belén, pintoresca no sólo por fuera, también, y nunca mejor dicho, por dentro, debido a sus pinturas populares del siglo XVIII (pinturas de anónimos o artesanos no reconocidos) que son la muestra mayor de ese género en España, pues decoran todo el interior, paredes, techo y retablos; unos 600 metros cuadrados.
Viajar por el Albacete oculto, comiendo níscalos
Buscar níscalos es casi un deporte en la zona. Agradará al estómago llegar a Molinicos, en el corazón de la Sierra del Segura se encuentra esta localidad que también sirvió de escenario para la película. Curioso y particular es su museo, único en Castilla-La Mancha y de los pocos que existen en ESPAÑA, sobre ese manjar, hablamos del “Museo del Níscalo”.
Tan preciado hongo y otros de la familia, como setas y trufas, se dan en abundancia por la comarca; crecen en un valle que conforman la confluencia de dos arroyos, nacidos en la sierra. Los vecinos y autoridades promovieron la creación de este museo de micología que está en pleno centro de la localidad. Es un centro de interpretación, donde veremos todas las familias de hongos, su relación con los ecosistemas y con el hombre, exponiendo también a las variantes venenosas que nunca deberían acabar en nuestra cazuela.
Imagino que no le harán un recibimiento como al alcalde de “Amanece que no es poco”, pero seguro que su viaje a esta comarca del centro sur de España le será tan agradable como lo son las gentes del lugar.