Extremadura combina en su extenso territorio un rico patrimonio cultural y arquitectónico de sus villas y una excelsa belleza natural de sus sierras, bosques y parques naturales. Un privilegio hacer turismo por tierra de conquistadores.
La antigua Emérita Augusta y sus vestigios romanos, el cuidadísimo casco histórico de Cáceres, la riqueza medieval de Trujillo, el bellísimo espectáculo de contemplar los cerezos en flor en el Valle del Jerte y la sencillez a la par de hermoso Monasterio de Yuste destacan sobremanera si se visita Extremadura. Cinco privilegiados lugares para ver, contemplar y disfrutar.
Mérida, la huella romana en la península
La capital de Extremadura es una de las ciudades más antiguas de la península ibérica, fundada en el año 25 a.c. En tiempos de dominación romana, conocida como Emérita Augusta, fue una de las más importantes de Hispania y capital de la provincia de Lusitania, la más occidental de Roma.
Puente romano de Mérida, actual capital de Extremadura – Imagen de Brane Bloka
Mérida en su conjunto es un mosaico de culturas e influencias diversas: romana, visigoda, árabe y cristiana. Pero la guinda del pastel es el Teatro y Anfiteatro romano, sin duda, ambos de los mejores conservados del mundo. En la actualidad se siguen representando en época estival prestigiosas obras de teatro. Próximo a este conjunto se conservan los restos del templo de Diana con 2.000 años de antigüedad y el arco de Trajano, situado antaño en la vía principal de la que fue Emérita Augusta. Sobre el río Guadiana yergue el puente romano, un impresionante viaducto, que originariamente estaba compuesto por dos tramos de arcos.
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Cáceres, la “villa de los mil y un escudos”
Residencias y palacios son la huella indeleble de esta vieja ciudad aristocrática, receptora de nobles y comerciantes desde el siglo XIII.
Casco antiguo de la vieja Cáceres – Imagen de datuopinion.com
En el casco histórico de Cáceres, uno de los más notablemente conservados, concurren mansiones, iglesias, conventos y museos, renacentistas en su mayoría. Pasear por sus empedradas callejuelas te retrotrae a una época floreciente y una muestra de ello es la inmensa cantidad de blasones familiares que ornamentan las fachadas de muchos palacios. Tanto es así que Cáceres es conocida como la “villa de los mil y un escudos”.
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Monasterio de Yuste, el retiro monacal de Carlos V
Entrada a la iglesia del Monasterio de Yuste – Imagen de jacinta Lluch Valero
En la pequeña localidad de Cuacos de Yuste se halla el monasterio donde el emperador Carlos V vivió sus últimos días.
Emplazado en la comarca de la Vera, se ubica en un paraje tranquilo y arbolado, un autentico remanso de paz. El monasterio se divide en una iglesia y dos claustros además del palacete real. Sencillo pero hermoso combina los artes renacentista y barroco. No fue fruto de la casualidad que el emperador Carlos eligiese esta morada para esperar su muerte en paz y armonía.
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Valle del Jerte o el espectáculo de ver los cerezos en flor
Cerezos en flor en el Valle del Jerte – Imagen de noticiactual.com
Si se quiere ver una de los más bellos espectáculos que la naturaleza puede regalarnos es observar los cerezos en flor en el valle del Jerte. Un manto de flores blancas que pueblan el valle y las laderas de sierras y montañas entre finales de marzo o principios de abril, dependiendo semana arriba, semana abajo de los rigores de la climatología.
Las localidades que circundan tan agraciado paisaje son Valdastillas, Piornal, Barrado, El Torno, Rebollar, Casas del Castañar, Cabrero, Navaconcejo, Cabezuelo del Valle, Jerte y Tornavacas, los once pueblos que conforman La Mancomunidad del Valle del Jerte, espectadores privilegiados de semejante belleza natural.
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Trujillo, cuna de conquistadores
De origen celta, Trujillo se convirtió posteriormente en cuna de conquistadores. Allí nacieron Pizarro (conquistador del Perú y gobernador de Nueva Castilla) y Orellana (que acabó con el imperio Inca y descubridor del río Amazonas).
Panorámica de la Plaza Mayor de Trujillo – Imagen de Charly Morlock
Su patrimonio arquitectónico es uno de los más ricos de la comunidad extremeña. Su plaza mayor renacentista es uno de los más impresionantes de España, el palacio de Orellana y Pizarro es una joya del plateresco y la fortaleza árabe, otrora alcazaba levantada para contener a las tropas cristianas, se erige en lo más alto de la ciudad.
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