El terremoto de Japón del 11 de marzo de 2011 recordó al país la situación geológica que tiene y los riesgos a los que está expuesto. Y es que Japón tiene una larga historia de terremotos. Su localización en la convergencia de varias placas tectónicas sitúa al país como uno de los más sísmicos del planeta.
El terremoto de Tohoku es el último gran seísmo de Japón
El seísmo de Tohoku, de una magnitud de 9, es tan solo el último de una larga lista, de una sismicidad recurrente y periódica, y de una sismicidad que puede aparecer en cualquier punto de este territorio en cualquier momento. Por esto, Japón es uno de los países más preparados para afrontar un seísmo.
Además, el país del sol naciente, fruto de su historia sísmica, ha investigado a fondo gran número de seísmos ocurridos durante los últimos siglos y en algunos casos los geólogos han conseguido datos suficientes como para poder afirmar el lugar donde se puede originar un gran terremoto en en el futuro. El terremoto de Tokai es uno de estos.
Dónde podría producirse el próximo gran terremoto en Japón
A unos 100 kilómetros al suroeste de la capital nipona se encuentra el límite entre la placa de Filipinas y las microplacas de Amur y Okhotsk (en la imagen de debajo). A partir de ese punto, en dirección sur-suroeste y frente a la costa se sitúa la fosa de Nankai en la que tiene lugar la subducción de la placa de Filipinas bajo la placa Euroasiática (representada por la microplaca de Amur en esta zona).
La fosa de Nankai, con una longitud de algo más de 500 kilómetros a lo largo del sur de la isla de Honshu, genera terremotos con cierta periodicidad. Está dividida en tres sectores principales, Nankai (al sur), Tonankai y Tokai (en la zona más próxima a Tokio), cada uno de ellos puede provocar un fuerte seísmo en solitario o uno mayor aún de forma conjunta, según las investigaciones de movimientos sísmicos históricos.
El terremoto de Tokai ocurriría al comienzo de la fosa de Nankai
La recurrencia de estos terremotos es de entre 100 y 140 años y de producirse la ruptura de forma separada en los tres sectores, los seísmos resultantes se generan en un lapso menor a dos años con una magnitud que suele ser superior a 8 grados. Sin embargo, la última vez que tuvieron lugar estos terremotos, en los años cuarenta, el área de Tokai, frente a la prefectura de Shizouka, no tuvo ningún tipo de desplazamiento. Por lo que el último terremoto de Tokai tuvo lugar en 1854 . Se espera que se produzca durante este siglo, y en un futuro cercano, debido a que la energía acumulada en la región no se ha liberado durante más de 140 años, aunque cuando ocurra será la naturaleza quién lo dicte.
La ruptura de la sección de Tokai podría producir un tsunami
El seísmo, cuando se produzca, tendría la energía suficiente como para generar un tsunami destructivo de unos 10 metros de altura que podría llegar a la costa del sur de la isla de Honshu, en Japón, en cuestión de minutos, de la misma forma que sucedió en el año 2011 en el norte del país. Es por esto que la población lleva preparándose unos 25 años para este sismo mientras que para prevenir sus consecuencias, los científicos tienen monitorizada todo el área que podría verse afectada mediante sensores que detectan las deformaciones en el terreno. De forma que si aparecen lecturas que podrían indicar que se va a producir el seísmo se pueden emitir alertas por televisión y radio para que la población esté preparada, algo común en el país nipón que, como no podía ser de otra manera, también sucedió con el último terremoto en Japón.
¿Será el terremoto de Tokai el próximo seísmo de Japón?
Las consecuencias que podría tener el terremoto de Tokai se recogen en la web de la prefectura de Shizouka y hablan de casi 200.000 viviendas afectadas y un tsunami que llegaría en 5 minutos a la costa de la región. El de Tokai podría ser el próximo en tener lugar, pero este es tan solo uno más de los movimientos sísmicos que se esperan en Japón, aunque sin una fecha concreta, algo que aún es imposible facilitar.
Todos ellos se pueden considerar como un big one para las zonas afectadas, es decir un terremoto recurrente de gran magnitud. Este seísmo y el último terremoto que ocurrió en Japón el 11 de marzo de 2011, que también se puede considerar un big one, reflejan la gran intensidad sísmica del país, por esto la prevención sísmica en Japón es de las mejores del mundo, aunque en algunos casos la intensidad supere cualquier preparación contra estos desastres.