De la fusión de las mentes del Circo del Sol y Mayumana nace Sama-Sama, estrenado hace pocos días en Madrid. Pero olvidaos de todos los referentes citados, puesto que estamos hablando de una experiencia única nunca antes vista. Los espectadores se convierten en intérpretes mediante la tecnología, la música y el baile. ¡Pura energía!

Intriga y misterio son las palabras idóneas para describir las sensaciones que se tienen tras pasar por el arco del Madrid Arena, espacio que se convierte ipso facto en un éxtasis de ritmo y color en estructuras colosales que descolocan primero y emocionan después.

Como culminación de una idea propuesta hace 5 años, con su correspondiente inversión financiera (10 millones de euros), el resultado es espectacular. Un equipo de 200 personas que no paran de sonreír y bailar (sí, incluso los trabajadores de cada atracción bailan), 700 altavoces y cientos de pantallas a lo largo de todo el recinto dan fe de que el precio de la entrada (38 euros) no es excesivo.

DJ’s, ingenieros, artistas multimedia y coreógrafos se vieron inmersos en el proyecto para conformar este espacio envolvente. El cual tiene una duración de 3 horas en las que no se repite ninguna canción debido a que cada parte tiene su propia variación.

Hablábamos sobre desorientación porque nunca antes en estas (inmensas) proporciones el espectador había sido despojado de su pasividad e instado a convertirse en el protagonista coral de la obra.

En Sama-Sama cualquier sentimiento parecido a pudor o vergüenza debe ser dejado en el ropero ya que la primera y más importante directriz es tener una mente abierta. Sólo así se disfrutará de una plena experiencia multisensorial al experimentar con nuestro cuerpo, creando compases que van de lo básico a lo melódicamente complejo. Y no, no hace falta haber estudiado cursos superiores de música para participar perfectamente.

Siendo una mezcla de parque temático sonoro (10 atracciones en total) y de espectáculo itinerante por toda la extensión, resulta evidente que los que más disfrutarán serán los más pequeños gracias al brillo y la sonoridad desbordantes. Esto no es impedimento para que también pueda ser disfrutado por personas de cualquier edad, género y profesión. En el multiculturalismo está la clave de Sama-Sama (“Juntos” en Tagalo).

Si bien hay que puntualizar que la capacidad sugestiva de las atracciones varía bastante de unas a otras. Algunas nos dejarán saciados y otras, si somos muy exigentes, algo indiferentes. Esta irregularidad es anecdótica puesto que son las primeras funciones y seguro que se mejora aquello que funcione peor.

Pantallas de color inundan al público. Autor: Carlos de Antonio

El llevar puesto consigo una pulsera identificativa en todo momento permitirá que, adicionalmente, tengamos un souvenir digital de nuestro paso por este lugar mágico. Únicamente es necesario registrarnos previamente con nuestro chip y dirección de correo electrónico para que nos llegue un vídeo personalizado de 30 segundos con el que podremos demostrar en las redes sociales lo artistas que realmente somos. O que, al menos, lo intentamos.

Una experiencia única y no antes vista, por la que tendríamos que estar contentos simplemente por el hecho de que sea en tierras españolas donde da sus primeros pasos. Entretenimiento puro para dejar el sedentarismo y relacionarnos con el mundo, que falta nos hace.

Y si no os convence este tipo de show, siempre podréis ver en BluRay 3D (totalmente recomendable) el proyecto conjunto de James Cameron (Avatar) y Andrew Adamson (Shrek) con el Circo del Sol: Mundos Lejanos.