En esta ocasión uno de los escritores leoneses más reconocidos ha compuesto la obra menos convencional de toda su carrera. ¿Cuáles son los resultados? Reseña de “Vicisitudes”, de Luis Mateo Díez.

Portada de la novela.

“De los tres maridos que se le murieron a doña Lubina Bernedo, en los veinte años de sus sucesivos matrimonios, quedaban en la Comisaría de Balma un caduco expediente de anotaciones policiales, en nada relevantes, que ni siquiera detallaban una sospecha o un indicio extraño”.

Considerado uno de los grandes novelistas españoles actuales, Luis Mateo Díez (Villablino, 1942) ocupa el sillón “I” de la Real Academia de la Lengua, y ha recibido el Premio Nacional de Narrativa dos veces. No demasiado mayoritario, cuenta con auténticos apasionados, y el respaldo de la mayoría de la crítica.

Por suerte para quienes disfrutan de sus textos, se prodiga relativamente, en comparación con otros autores. Tras “La soledad de los perdidos”, de 2014, y “Los desayunos del Café Borenes”, de 2015, publica su nueva novela.

Alfaguara publica en España “Vicisitudes” en edición en tapa blanda, de 568 páginas, que sale a la venta al precio de 18,91€. También está disponible la versión para descargar para Kindle, por 9,49€.

Sinopsis de “Vicisitudes”, de Luis Mateo Díez

Luis Mateo Díez.

Esta bizarra propuesta consta de 85 historias independientes, una por capítulo. En Solba, Ezequiel aparece y reaparece de forma intermitente el día de su boda. Piero Morral sorprende a los cinco hijos de su primo segundo con su impresionante automóvil. Ángel Riello se reencuentra con su viejo conocido Abel Mejuto en el andén de la estación de Balbar, pero ambos no se reconocen.

Un tipo descubre en el periódico la esquela de Ventura Celdrán, con quien compartió habitación en una pensión cuando estudiaban una oposición. Adela Ferrato mata a su novio de un disgusto. Corsino y Beruelo han pasado la vida odiándose desde que fueron compañeros de colegio en la infancia…

Reseña de “Vicisitudes”, de Luis Mateo Díez

Por el supuesto declive de la novela, muchos son los autores actuales que buscan nuevas fórmulas; algunos autores internacionales construyen híbridos que relatan la realidad, por ejemplo los españoles Luis Landero y Javier Cercas. Por su parte, Luis Mateo Díez toma otro camino, pues “Vicisitudes” experimenta con ficciones aparentemente aisladas, con conexiones temáticas.

Maestro indiscutible del relato breve (como atestigua “El árbol de los cuentos”), da gusto leer cada uno de los que el escritor desarrolla en este volumen, situados en Celama, territorio ficticio ya conocido por sus lectores. Encontrar el nexo de unión resulta complejo, pero supone un pasatiempo apasionante durante la lectura. Todos exponen sucesos más o menos trascendentes, que sin embargo resultan decisivos para la vida del personaje que lo vive. Cada historia –alguna de ellas se acerca al género fantástico– dosifica cierto suspense bastante bien, por lo que el conjunto acaba enganchando.

Como en las narraciones cortas de Borges, cada uno de los pasajes podría haber dado lugar por sí mismo a una novela larga. Estamos ante una especie de prosa condensada, cercana también por tanto a la poesía. Con enorme economía de medios y capacidad de síntesis, logra desarrollar muy bien a los personajes. A pesar de la gran cantidad de ellos que aparecen, ninguno se repite, todos tienen rasgos y personalidad propia, y quedan en la memoria. Les une quizás su condición de perdedores.

Al autor se le da igual de bien la narración en primera persona que en tercera, por lo que alterna el punto de vista sin problemas. Entre los pasajes más destacables, el del hombre que no pide ayuda cuando su compañero de al lado parece haber muerto, o el sacerdote que confiesa a los vecinos de su pueblo.

En suma, se trata de una ambiciosa propuesta, de la que su responsable no ha salido mal parado. Se lee con bastante interés y da que pensar, que es lo que se esperaba.