“El cuaderno de las flores” es una ficción escrita por Kayte Nunn y publicada de la mano de la Editorial Maeva. Dos historias, en espacios temporales diferentes, que acaban entrelazándose para derrochar buenas vibraciones gracias a una cuidada escritura y la magia de las flores. Sin duda, una lectura ideal para olvidarnos del presente y disfrutar de un relato con tintes románticos, históricos e, incluso, poéticos.

**Ficha técnica de “El cuaderno de las flores”**

Reseña de “El cuaderno de las flores”, de Kayte Nunn – Image vía Amazon.es

Autora: Kayte Nunn
Editorial: Maeva
Género: Narrativa, colección grandes novelas
Longitud: 400 páginas
Año de publicación: mayo de 2019
Formato: versión impresa y versión digital
ISBN: 978-84-1770-82-07

Argumento de la ficción de Kayte Nunn

2017, Sidney, Australia. Anna perdió hace poco a su querida abuela. La abuela con la que tenía una sintonía especial y con la que compartía su pasión por la naturaleza, y en especial por las flores. La misma que le dejó en herencia la casa en la que vivía.

Es consciente de que la casa no está lista ni para alquilar ni vender ni vivir. Tiene muchos años y necesita una buena reforma, y como no podía ser de otra manera, se pone manos a la obra. Contrata una empresa que se dedica a ello y decide hacer algunos pequeños cambios en aras de adecentarla y darle un mejor aspecto para, posteriormente, decidir qué hacer con ella. Los trabajos de reforma prosiguen. Se van tirando paredes y tabiques, y haciendo pequeños arreglos aquí y allá. De repente, entre los muros, uno de los obreros encuentra una preciosa y añosa caja que contiene un cuaderno con deslumbrantes bocetos de flores, una fotografía y una pequeña bolsa de semillas. Sin embargo, no es lo único que encuentra pues no tardará en dar también con un antiguo diario. Son muchas las preguntas que comienzan a surgirle a Anna y decide buscar las respuestas. Cueste lo que cueste y aunque tenga que poner rumbo a donde sea.

1886, Cornualles, Reino Unido. Elizabeth recibe un encargo especial de parte de su padre moribundo. Tras su fallecimiento, y tras convencer a su hermana y a su cuñado, decide retomar la incansable búsqueda que su padre había iniciado años atrás. Y es que tiene que ponerse en marcha cuanto antes para encontrar un rara flor, considerada por muchos milagrosa, llamada la trompeta del diablo. Y para ello, se embarca en un largo viaje, por mar, hacia la chilena ciudad de Valparaíso. El lugar en el que, además de la flor, también encontrará el amor de su vida y el acérrimo enemigo de su padre.

Kayte Nunn, autora de “El cuaderno de las flores” -image vía Maeva.es

**Acerca de la autora de “El cuaderno de las flores”**

Kayte Nunn creció entre Inglaterra y Estados Unidos, pero lleva viviendo en Sidney más de veinte años, los mismo que tiene de experiencia como editora de libros y revistas. Siempre le ha gustado escribir y ha adorado la literatura desde pequeña (cuando merodeaba por las estanterías de sus padres en busca de algo nuevo que leer).

«Cuando no estoy escribiendo, leyendo o llevando a mis dos hijas de un lado a otro, puedes encontrarme en la cocina. No hay nada que me guste más que un trozo generoso de bizcocho recién horneado, una taza de té, un sillón cómodo y un buen libro para leer.»

Opinión personal acerca de esta ficción con tintes poéticos

El filósofo y escritor Ralph Waldo decía que “la vida es una serie de sorpresas”. Y Andreu Buenafuente, por su parte, ha dicho en más de una ocasión que “que la vida siempre te guarda una sorpresa. Sólo tienes que esperar, lanzarte sobre ella y decir: ¡Mía!”.

Probablemente te estarás preguntando qué tienen que ver estas dos frases con esta nueva ficción de Kayte Nunn. Y te diré, estimado/a lector/a, que, en mi humilde opinión, tienen cierta relación. Y te darás cuenta de ello en cuanto me explique un poco mejor. Y es que “El cuaderno de las flores” habla, de una u otra forma, de las sorpresas que te da la vida. Para bien o para mal, pero sorpresas, al fin y al cabo. De esas de las que no nos libramos nadie. De esas con las que, cuando son buenas, disfrutamos y hasta celebramos, pero que cuando vienen mal dadas sufrimos. Y en muchos casos sufrimos mucho.

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Y en ese sentido y trasladándolo a la ficción, las dos protagonistas, tanto Anna como Elizabeth, son las primeras sorprendidas. La primera, porque después del fallecimiento de su querida abuela se entera de que hereda la casa donde ella vivió. Y porque después, cuando inicia la reforma de dicha casa, se encuentra con algo que nunca imaginó. Un “algo” que la sacará de su rutina, hará que tome algunas decisiones importantes, y emprenda un viaje para el que no creía estar preparada y con el que seguirá sorprendiéndose a cada momento (encontrando las respuestas que necesitaba, conociendo a personas que no le dejarán indiferente, o desentrañando parte de sus raíces, entre otras cosas más).

En cuanto a la segunda, Elizabeth, porque la vida le sorprenderá con el fallecimiento de su padre, pero también con una misión que este le encarga antes de su perecimiento. Ella, aventurera y obstinada por naturaleza, decide ponerse manos a la obra e intentar llevar a cabo el deseo de su padre. Para ello, no duda en embarcarse en un largo viaje que durará meses y llegar “hasta el otro lado del mundo”. Una vez allí, el destino le volverá a sorprender. Tanto con bonitas sorpresas como con las peores.

Y es que “El cuaderno de las flores” es eso, una lectura agradable y muy amena compuesta inicialmente por dos historias que contienen sorpresas y que, en un momento determinado, acaban sorprendiendo (valga la redundancia) y cautivando cuando se entrelazan. Como ves, no andaba muy desencaminada al elegir las citadas frases para dar comienzo de esta opinión personal.

Con una escritura cuidada, delicada, exquisita y muy sencilla, Kayte Nunn nos adentra en una bonita ficción con la que dejar atrás el presente, las tristes noticias que van llegando cada día y con la que llevar mejor el confinamiento. Una novela que le cuesta arrancar, pero que cuando lo hace acaba deleitándote con la trama, sus precisas descripciones (en muchos casos de forma muy poética), misterios, personajes y, sobre todo, con la naturaleza (esa que tanto he echado en falta en estas semanas). Y con las flores. Sí, también con las flores. Con sus tamaños, colores, olores, propiedades y secretos que esconden.

Un viaje tanto en el tiempo (en los capítulos que narran el momento de Elizabeth) como en el espacio (en el caso de Anna), que te ayudarán a descubrir a las protagonistas y al resto de los personajes. Que, para ser sincera, en el caso de estas dos creo que están bien definidos, pero que quizás en el resto no se ha profundizado demasiado.

Salvo estos pequeños “peros”, algunos personajes poco profundizados y el lento arranque, se trata de una de esas ficciones que te dejan con una maravillosa sensación. Con buenas vibraciones y buen sabor de boca. De esas que son calificadas con Feelgood. Y he de decir que, en muchos momentos y en ciertos aspectos, me ha recordado a otra ficción que me encantó y que también fue publicada por Maeva, El jardín a la luz de la luna.

Si me preguntaras cómo definiría a “El cuaderno de las flores“, te diría que es como esas ilustraciones que comienzan despacio con unos pequeños y lentos esbozos en blanco y negro, y que conforme se les van aplicando el color, el fondo y las sombras, con la técnica adecuada, van adquiriendo todo el sentido y belleza.

Sin duda, una lectura agradable, sencilla y sin grandes complicaciones, y de esas que hay que leer de forma pausada dejándote cautivar por cada una de sus palabras y frases.

Como habrás deducido, estimado/a lector/a, sobra decir que me ha encantado y que, por supuesto, la recomiendo. De hecho, la he incluido entre las 16 lecturas recomendadas para este verano 2020. Y para finalizar estar reseña utilizaré una frase que aparece en esta ficción de Kayte Nunn y que, hoy más que nunca y debido a las circunstancias que vivimos, tenemos que tener presente: “Siempre hay flores para quienes quieren verlas“.