Sam Savage, como ya es habitual en él, vuelve a sorprender con “El camino del perro“, su nueva novela. Una historia que no deja indiferente a nadie y que, con Harold Nivenson como protagonista, nos muestra la crudeza de la vida misma de una forma clara, directa y descarnada.
Ficha técnica de “El camino del perro
El camino del perro – image vía Seix barral
- Autor: Sam Savage
- Editorial: Seix Barral
- Género: Narrativa
- Longitud: 150 páginas
- Año de publicación: septiembre de 2016
- Formato: Versión digital y versión impresa
- ISBN: 978-84-322-2946-6
Argumento de “El camino del perro“
Harold Nivenson es un pintor menor que no ha tenido el éxito que esperaba en su vida y, ahora ya muy avanzado en edad, hace un pequeño repaso de lo que ha sido su vida mientras ve cómo se está desmoronando todo a su alrededor. Además, las personas que le rodean, Moll (su cuidadora) y su hijo Alfie no ayudan demasiado a que sus días sean más llevaderos. Eso sí, Roy, ha sido su mejor compañía.
Sobre el autor: Sam Savage
Nacido en Carolina del Sur y hoy residente en Madison, Wisconsin, obtuvo el doctorado en Filosofía por la Universidad de Yale, donde fue profesor. También ha sido mecánico de bicicletas, carpintero, pescador y tipógrafo. Su primera novela, “Firmin” (Seix Barral, 2007), fue publicada por una pequeña editorial de Minneapolis, fuera de los grandes circuitos editoriales. Redescubierta por Seix Barral, fue creciendo gracias a la recomendación de lectores y libreros hasta publicarse en las editoriales más prestigiosas del mundo y convertirse en un éxito de ventas y un fenómeno internacional. Es autor también de “El lamento del perezoso” (Seix Barral, 2009) y “Cristal” (Seix Barral, 2012).
Opinión personal sobre “El camino del perro” de Sam Savage
Dijo una vez el gran Gabriel García Márquez que “no es verdad que las personas paran de perseguir sueños porque se hacen viejos, se hacen viejos porque paran de perseguir sus sueños“, y mientras iba leyendo esta nueva novela de Sam Savage, la quinta de su carrera, estas palabras se repetían una y otra vez en mi cabeza. Y es que esa frase tan sabia define a la perfección la historia que se cuenta en “El camino del perro“.
Una novela no muy larga, pues tan solo tiene 150 páginas, pero intensa, muy intensa y que nos hace ver, sentir y vivir la crudeza de la vida a través de Harold Nivenson, un pintor que en su juventud tenía muchas aspiraciones y sueños pero que, con el tiempo, se fueron cayendo como un castillo de naipes. Ahora, prácticamente postrado en una cama, dependiente de Moll, sin apenas relación con su hijo y sin grandes aspiraciones ni sueños, hace un pequeño repaso de lo que ha dado de sí su vida, tanto en el aspecto artístico como personal y familiar.
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-Una novela diferente y muy recomendable para todas aquellas personas que les gusta el realismo puro y duro, escrita en primera persona y que habla directamente y sin ningún rodeo ni enredo al lector haciéndole partícipe de todo lo que piensa, teniendo a la crítica social y la vida misma como los grandes protagonistas. Intensa para leer, sin capítulos, intercalando párrafos que se van entrelazando y, en algunos casos, haciendo hincapié y repitiendo algunas ideas que no nos dejan indiferentes. Algo que se hace más patente en párrafos como: “Tampoco estaría excluido de algún proyecto existencialista demostrar que <soy libre>. Nunca he creído ser libre. Soy absolutamente no libre, y es por eso por lo que me parece posible y quizá incluso inevitable que le pegue un tiro a la profesora Diamond“.
Algunos temas como la soledad, la dependencia o la vejez son el hilo conductor y nos muestran a un Harold Nivenson enfadado con el mundo y con él mismo, huraño y para el que el sentido del humor brilla por su ausencia. Un personaje muy bien definido que, sin decirlo de forma esplícita, se nos presenta como un viejito cascarrabias, pero que al finalizar la historia, nos hace reflexionar en la superficial sociedad en la que vivimos, en las diferentes perspectivas de nuestra existencia (según el momento en el que nos encontremos), en cómo podemos transformarnos de “ser capaces de hacer cosas” a “casi nada” necesitando ayuda incluso para lo más básico, o en cómo podemos caer en el olvido y en la inexistencia.
Una novela cruda (como la vida misma) y con grandes dosis de realismo en el que se nos presenta “un doloroso análisis de un viejo pintor intelectual arrepentido“, como es definida, y creo que acertadamente, por The Star Tribune. Muy recomendable para todos los que quieren leer algo diferente y que son dados a pensar y filosofar.
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