Una novela sobre la necesidad de amar, pero también sobre la imposibilidad de conocer por completo al objeto de nuestro afecto. Reseña de “Berta Isla”, de Javier Marías, publicada por Alfaguara.

Portada del libro

“Cuando creía que su marido era su marido no estaba tan sosegada ni se levantaba de la cama con demasiadas ganas de iniciar la jornada, se sentía prisionera de lo largamente aguardado y ya cumplido y no más aguardado, quien se acostumbra a vivir en la espera nunca consiente del todo su término, es como si le quitaran la mitad del aire. Y cuando creía que no lo era pasaba la noche agitada y culpable, y deseaba no despertarse, para no hacer frente a los recelos hacia el ser querido ni a los reproches con que se castigaba a sí misma”.

Polémico por sus numerosos enfrentamientos, con su primer editor, Jorge Herralde, con Gracia Querejeta –por el film “El último viaje de Robert Rylands”, que adaptaba su obra “Todas las almas”–, con Juan Manuel de Prada –al que acusa de plagiar–, etc., sin embargo quedan pocos que no consideren a Javier Marías uno de los autores españoles fundamentales en el momento actual. Tres años después de “Así empieza lo malo”, ha compuesto su decimoquinta novela.

Alfaguara edita “Berta Isla” en versión en tapa blanda, de 542 páginas, que sale a la venta al precio de 20,80€. También está disponible la versión para descargar, para Kindle, que cuesta 10,44€.

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Sinopsis de “Berta Isla”, un marido ideal

Ya en los años 60, cuando era una joven estudiante de instituto, Berta Isla llegó a la conclusión de que Tomás Nevinson, de padre británico y madre española, con una habilidad prodigiosa para los idiomas y para la imitación de voces, era el hombre de su vida. Tanto es así que cuando por fin contrae matrimonio con él no cabe en sí de gozo. Pronto da a luz a dos hijos.

Pero el matrimonio no sale como esperaba, sobre todo por los puntos oscuros sobre los que no puede preguntar a su cónyuge. También porque Nevinson pasa largos períodos de ausencia, en los que a ella le toca esperar, desolada, sobre todo porque ignora cuándo volverá. Ni se imagina que mientras éste estudiaba en la Universidad de Oxford, llamó la atención del MI6, los servicios secretos británicos, que decidieron reclutarle.

Reseña de “Berta Isla”, de Javier Marías

Javier Marías

Todos los nuevos trabajos de Javier Marías se esperan con impaciencia, pues no se distingue por prodigarse demasiado, pero por otro lado va sobre seguro, cada nueva obra está bastante elaborada, así que no decepciona. Es el caso de “Berta Isla” ha invertido un total de 731 días –según él mismo ha declarado–, pero ha merecido la pena, pues sorprende más de lo habitual. El apellido de la protagonista (por una vez sirve como título un nombre propio en lugar de una cita de William Shakespeare), Isla, evoca aislamiento y soledad. Resulta apropiado para un libro que diserta en torno a la necesidad del ser humano de encontrar el amor, pero que llega a la conclusión de que por muy cerca que se esté de una persona nunca se llega a conocerla del todo.

Como cabe esperar de un autor que todavía escribe a máquina, y que no tiene internet en su casa, no pierde ocasión de arremeter contra los hallazgos tecnológicos del presente. En su línea habitual llena el texto de numerosas referencias a clásicos del pasado, esta vez sobre todo a “La Odisea”, de Homero, pues la protagonista femenina viene a ser una moderna Penélope, pero también a “La mujer de Martin Guerre”, de Janet Lewis, donde una esposa duda si su marido, que acaba de regresar de la guerra, sigue siendo la misma persona o un impostor, pues se comporta de forma distinta.

Como no podía ser de otra manera, el humor está presente en diversos pasajes. Recupera constantes de sus escritos, como el cuestionamiento de la moralidad del espionaje, tratado en “Tu rostro mañana”, de donde rescata incluso a algún personaje. Sin embargo, esto no impide que consiga una enorme frescura, no se lee como material ya conocido. Por otro lado, su trama está tan bien tejida que acaba resultando uno de los mejores trabajos recientes de Javier Marías.

Abundan las secuencias memorables, por ejemplo la de los desconocidos en el parque. Uno de los puntos fuertes del libro reside en su creación de sus complejos personajes. Aunque no faltan los secundarios estrafalarios tan propios del autor, destaca sobre todo la protagonista femenina, una de las mujeres más logradas de su bibliografía. Narrado desde dos puntos de vista, el de la propia Berta Isla, en primera persona, y el de un narrador omnisciente, en tercera, el volumen tiene el nivel literario que se espera de un maestro de las palabras, quizás se le puede achacar algún exceso de frialdad en algún momento, pero poco más.