Londres, cosmopolita, abierta, ciudad de oportunidades y capital del mundo. Descubrimos sus lugares más interesantes. Un completo recorrido por lo más turístico.
La capital del Reino Unido es la ciudad más cosmopolita de Europa, aún sin perder su esencia y flema británica. Destruída por los intensos bombardeos que cayeron sobre ella durante la II Guerra Mundial, Londres fue reconstruida con paciencia y pulcritud. Una ciudad que cuenta con impresionantes museos (Tate Modern, National Gallery o el Museo Británico), bulliciosos mercadillos (Camdem Town, Portobello o Covent Garden), imponentes palacios reales (Buckingham Palace o Kensington) e ilustres lugares, todos ellos símbolos de la ciudad (Big Ben, Tower Bridge, Abadía de Westminster, Trafalgar Square o Picadilly Circus). Sin olvidarnos de sus archifamosas y legendarias cabinas telefónicas rojas.
Si comenzamos nuestro recorrido londinense visitando sus museos, nos encontraremos con las mejores pinacotecas del mundo. Tanto el Tate Gallery como la National Gallery albergan en su interior importantes colecciones de arte británicas e internacionales; mientras que el Museo Británico lo hace con tesoros de todo el mundo: momias, antiguos evangelios, mármoles y estatuas de la Grecia clásica y un largo etcétera.
Bulliciosos mercadillos y plazas londinenses
Pero si algo destaca por encima de todo en Londres son sus populosos mercadillos: Covent Garden, con su mercado cubierto de dos plantas trufado de tiendas, restaurantes o artistas callejeros; Portobello –ubicado en el pintoresco barrio de Notting Hill famoso por su celebración del carnaval en verano– repleto de puestos callejeros de enseres de toda clase así como de comercios de artesanía y antigüedades y Camdem Town, el mercadillo alternativo de Londres, con sus establecimientos de ropa o comida y locales para hacerse los más extravagantes tatuajes o piercing.
Picadilly Circus y Trafalgar Square son, y no nos equivocamos, las plazas más concurridas en Londres, tanto por turistas como por los propios londinenses. La primera, mundialmente famosa por sus brillantes luces de neón de los edificios que la circundan; y la segunda, la más turística de todas ornamentada de bellas fuentes y la columna de Nelson, de estilo corintio y de 46 metros de altura, coronada por una estatua del almirante y flanqueada en su base por cuatro leones de bronce.
Los palacios reales de Londres, estandartes de la monarquía
En un país como Reino Unido con una tradición monárquica de acusada raigambre, sus estandartes más visibles son el Palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina Isabel II, donde podemos contemplar el espectacular cambio de guardia diariamente a las 11:30, con puntualidad británica, entre los meses de mayo a julio y posteriormente cada dos dias, tratándose de una de las exhibiciones más atractivas que se puede ver en la capital londinense.
Mientras que el Palacio de Kensington, un enorme caserón real ubicado en los jardines del mismo nombre, cuenta, entre otras valiosas exposiciones, con una dedicada a Diana de Gales, bautizada como la “Princesa del pueblo” tras su trágico fallecimiento.
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Los lugares emblemáticos a orillas del Támesis
Toda gran ciudad que se precie debe ser surcada por un gran río y Londres no podía ser una excepción. Paseando a orillas del Támesis podremos obsequiar nuestros ojos con la visión de la Abadía de Westminster (una de las iglesias góticas más impresionantes del mundo y escenario de las coronaciones reales), el Big Ben (el impresionante reloj de 7 metros de diámetro en cada una de sus caras ubicado en la torre que corona el Parlamento y símbolo de la nación británica), el Puente de la Torre o Tower Bridge (una pasarela levadiza y de estilo victoriano, la primera que se construyó para unir las dos orillas del río, emblema de la ciudad londinense) y la Torre de Londres (antigua residencia real, fortaleza y temida prisión donde se encerraba antaño a todo aquel que osara ofender al monarca).
Pero una perspectiva inigualable para disfrutar de la grandiosidad del Támesis y sus monumentos es la que se visiona desde la cubierta de los cruceros con paradas libres que lo surcan, desembarcando cuando te apetezca. Infórmate y reservalo AQUÍ.
Y para oxigenarnos nada mejor que visitar el famoso Hyde Park, el pulmón de Londres, el parque más antiguo de la ciudad, abierto al público desde el siglo XVII. En su interior nos encontraremos extensos jardines, el lago Serpentine que lo divide en dos, floridos caminos, gente practicando deporte o tomando el sol en el cesped en días, los menos, que se digna a brillar con ganas. Más de 140 hectáreas de extensión para el esparcimiento.
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