Praga, ubicada en el corazón de Europa, conserva un encanto medieval impregnado en sus plazas, calles, puentes, palacios, iglesias, catedrales o monasterios, herencia de la esplendorosa Edad Media, tiempos en la que estaba considerada una de las ciudades más importantes y densamente pobladas del viejo continente.

La capital checa, bañada por el rio Moldava, alcanzó su pleno esplendor en el siglo XVI cuando dio inicio el reinado de la dinastía Habsburgo y se extendió durante cuatro siglos, pero debido a las constantes luchas nacionalistas experimentó un cierto declive a principios del siglo XX. Aunque fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando se inició la recuperación de la misma, pasando a ser considerada en la actualidad como en uno de los lugares más visitados no solo del viejo continente, sino de todo el mundo. Escapadas a Praga y combinados a Praga-Viena-Budapest. Pincha aquí.

La Ciudad Vieja de Praga, patrimonio de la Humanidad

El centro urbano, histórico y turístico de Praga lo constituye la Plaza de la Ciudad Vieja (Staromêtské Námêstí) y fue declarado Patrimonio de la Humanidad el año 1992.

En esta bulliciosa plaza se ubican edificaciones tan célebres como la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, de estilo gótico, con sus picudos pináculos apuntando al cielo; y el ayuntamiento de la Ciudad Vieja, construido en el siglo XIV, destacando la torre que se alza hasta los 70 metros de altura, ofreciendo una panorámica casi completa de Praga (aunque tambien te ayudará la guia visual de la capital checa que se anuncia debajo de estas lineas):

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En la parte inferior de la fachada principal del ayuntamiento se encuentra el célebre Reloj Astronómico que congrega a miles de turistas que observan con atención el espectáculo del desfile de las figuras de los doce apóstoles en las ventanas superiores cada vez que el reloj marca las horas. Además de las citadas figuras, existen cuatro más que representan al Turco, a la Avaricia, a la Vanidad y a la Muerte. La esfera superior representa las órbitas del Sol y la Luna y la inferior representa los meses del año y los signos del zodiaco.

El río Moldava atraviesa la capital checa

Vista de los puentes de Praga sobre el río Moldava – Imagen de Che

Pero será el Puente de Carlos IV, sobre el río Moldava, el monumento de mayor notoriedad de la capital checa, que comunica la Ciudad Vieja con Mala Strana o Ciudad Pequeña. El puente mide 530 metros de largo y fue construido enteramente de piedra en el año 1357 por el arquitecto Peter Parler, por encargo del monarca Carlos IV. Originariamente tan solo había una cruz como ornamento del puente, pero a lo largo de los siglos se fueron añadiendo estatuas hasta alcanzar las 30 actuales que se hallan en ambos lados del puente. La primera fue una reproducción de San Juan Nepomuceno, arrojado al río por Wenceslao IV en 1393 y posteriormente santificado en el siglo XVIII.

La Ciudad Pequeña de Praga, el puente de Carlos y los pintorescos palacetes y paseos con jardines

Atravesando el río Moldava por el puente de Carlos se encuentra la zona de Mala Strana o Ciudad Pequeña, repleta de pintorescos palacetes, iglesias y paseos con jardines como el de la isla Kampa o los anejos al edificio del Senado de la República Checa. Destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria (de estilo barroco, que alberga la famosa imagen del Niño Jesús), la Iglesia de San Nicolás (situada en la Plaza de Malá Strana y considerada como el mayor exponente del barroco checo) y la Plaza Maltesa decorada por viejos palacios.

La colina o Monte Petrín, a la que se puede acceder caminando o a través de un funicular, está coronada por la Torre de Petrín de 60 metros de altura, un observatorio que emula, salvando las distancias, a la Torre Eiffel.

El castillo de Praga y la Catedral de San Vito, faros de Praga

En la zona alta de Praga, observando la ciudad, se ubica el Castillo de Praga y la Catedral de San Vito y los monasterios de El Loreto y Strahov.

El Castillo de Praga conserva en su interior iglesias, palacios y basílicas. Construido en el siglo IX fue residencia tanto de la realeza bohemia como de la de los Habsburgo. Actualmente es la sede del presidente de la República Checa.

La Catedral de Praga, faro de la capital checa

Catedral de San Vito de Praga – Imagen de MathKnight

En el interior del castillo se encuentra la Catedral de San Vito, del siglo XIV, que acoge en su interior la tumba del rey Wenceslao IV, la de San Juan Nepomuceno, la Cripta Real que conduce a las tumbas reales entre las que destaca la de Carlos IV y sus cinco esposas y el Mausoleo Real, donde reposan los restos mortales de Fernando I y Maximiliano II.

El Palacio Real combina dos estilos arquitectónicos tan diferentes como el románico o el gótico y fue la sede durante varios siglos del antiguo parlamento de Bohemia. A su lado, se encuentra el Callejón del Oro con numerosas tiendas, donde se vende tanto cristal de Bohemia como productos típicos, pero es más conocida porque en ella vivió el escritor Franz Kafka.

En los extramuros del castillo destaca El Loreto, un edificio del siglo XVII que se levantó como réplica de la casa de la Virgen María y que a lo largo de los años ha sido un importante lugar de peregrinación católica y el Monasterio Strahov, del siglo XII y, posteriormente, reconstruido en estilo barroco. En la actualidad, cuenta con una de las bibliotecas más importantes del país.

El Barrío Judío en Praga, su cementerio y sus seis sinagogas

Cruzando de nuevo el Moldava, en el casco histórico y al lado de Stare Mesto, destaca el Barrio Judio con su antiquísimo cementerio rodeado de las seis sinagogas que se conservan.

En el antiguo cementerio judío se agolpan miles de lápidas desordenadas, calculándose que hay alrededor de 12.000 y más de 100.000 cuerpos enterrados.

Alrededor del cementerio y distribuidas por las callejuelas del barrio, se encuentran la sinagoga Klausen (que alberga un museo judío), la sinagoga Pinkas (que ofrece en sus muros un homenajes a los judíos checos exterminados), la sinagoga Alta, la sinagoga Maisel, la sinagoga Staronova (lugar de culto durante más de siete siglos) y la sinagoga Española (de estilo morisco y la más moderna que data de finales del XIX).

Mas información sobre la comunidad judia y las consecuencias del holocausto en el libro de Norman G. Finkelstein:

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La Ciudad Nueva, protagonista en la caída del régimen comunista

Vista de la Plaza de San Wenceslao, en la parte moderna de la capital checa

Plaza de San Wenceslao, uno de los escenarios de la caída del régimen comunista – Imagen de Jeffrey B. Ferland

La Plaza de San Wenceslao polariza la atención en la Ciudad Nueva. Se trata de un emplazamiento de principios de siglo, colmado actualmente de hoteles, restaurantes y centros comerciales. En octubre de 1989 fue protagonista en primera persona de la pacífica revolución de terciopelo, que convocó a millares de checoslovacos exigiendo la caída del régimen comunista, hecho que sucedió el 10 de diciembre del citado año.

Cerca de esta plaza se encuentra el Teatro Nacional, restaurado en la década de los setenta. Está considerado como uno de los edificios más majestuosos de la capital checa con su lujosa techumbre dorada.

Y a poco más de una hora de Praga se encuentra la famosa ciudad balneario de Karlovy Vary. Famosa históricamente por sus fuentes termales y el río Teplá, llegó a ser un famoso destino turístico en el siglo XIX, para personajes ilustres que buscaban tratamientos y sanaciones termales.

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