Cuando hablamos de las perlas varias ideas nos vienen a la mente: belleza, buen gusto, distinción, pequeñas piedras utilizadas en joyería por diferentes firmas creando joyas únicas con las que poder engalanar, sobre todo, las muñecas, cuellos o dedos de las mujeres. Pero son mucho más que eso, ya que, al igual que otras piedras naturales, se les atribuyen algunas propiedades curativas y son utilizadas en algunas terapias alternativas.
Las perlas naturales son unas joyas únicas y muy exclusivas. Son unas de las gemas más antiguas, utilizadas desde los tiempos más remotos y, según algunas fuentes consultadas, se tiene constancia de que las primeras noticias escritas sobre el valor de éstas datan del siglo 23 A.C, concretamente, con el libro Shu King. Son muy apreciadas y utilizadas por algunos iconos y creadores de la moda como Coco Chanel, entre varios otros, que las usaba mezclándolas con las artificiales en sus estilismos y estéticas dotando de glamour, elegancia y distinción a las portadoras. Y son muchas las firmas que trabajan con ellas, entre las que se encuentran Majorica o Eguzkilore, entre muchas otras.
De acuerdo con lo que dice de ellas la firma Pandora, “son miles las mujeres en todo el mundo que se identifican hoy en día con los códigos de estilo que esta diseñadora creó a finales del Siglo XX”, en torno a éstas y las utilizan. Y buena prueba de ello es el vestido blanco, hecho a medida, que lució en la gala de los Óscars del pasado 2015 Lupita Nyong’o decorado con 6000 perlas y cuentas de marfil.
Las perlas: Cómo y cuándo surgen
Las perlas está compuestas por nácar, una sustancia dura, normalmente blanca (aunque hay de otros colores, incluso negras) y surgen como producto de un proceso biológico, cuando algunas partículas extrañas penetran dentro del cuerpo blando de los moluscos como las ostras (las más habituales) o en madreperlas, además de en almejas y mejillones (menos frecuentes). Y cabe destacar que son las únicas piedras naturales que crecen en el interior de un organismo vivo.
Como se decía anteriormente, las perlas provienen de tiempos inmemoriales. Además de en China, que tal como se ha dicho, se conoce de su utilización, de forma escrita, en el siglo 23 A.C pero seguro que viene de mucho antes, también eran utilizadas en otras civilizaciones tan antiguas como Egipto, Grecia, Maya y Ayurvédica de la India. Y no solo como ornamento sino como medicamento y en forma de polvo. Así es como se desprende por parte dos expertos y gemólogos titulados en la Escuela de Gemología de la Universidad de Oviedo y especialistas en perlas. Además, como curiosidad, hacen una pequeña referencia a “Cleopatra, comentando que se bebió dos Perlas y, según cuenta la historia, en una apuesta con su amante, el Romano Marco Antonio, Cleopatra, dijo que era capaz de gastarse en una comida 10 millones de sestercios“. Por lo visto, “Cleopatra lucía dos pendientes con dos enormes perlas y las disolvió en vinagre para bebérselas. Así, Cleopatra ganó la apuesta“.
Las perlas: Tipos, clases, usos y propiedades
Las perlas naturales son una verdadera joya. No son fáciles de encontrar y hay que diferenciarlas de las perlas cultivadas. Consideradas como las gemas más antiguas, las de más valor (durante muchos siglos), han sido las que más leyendas y mitos han generado. Pero hay que tener claro que no todas las perlas que podemos ver en avalorios y joyas son naturales y/o cultivadas, sino que existen también imitaciones. Algo de lo que ya hablaremos en otro apartado.
Tipos de perlas
Existen diferentes tipos de perlas. Por un lado, están las perlas de agua salada, que son las utilizadas desde la antigüedad. Hasta hace no demasiado tiempo, era necesario bucear para poder recoger las ostras, abrirlas y comprobar si contenían perlas en su interior. Pero hoy en día, todo ha cambiado pues existe la posibilidad de criar ostras en viveros y cultivarlas introduciendo partículas externas en su interior. En este último caso estaríamos hablando de perlas cultivadas. Se pueden encontrar en Tahití, con colores algo más oscuros y en gamas que van desde el plateado al verde, pasando por el morado o el azul. También son interesantes las de Mabe.
Por otro lado, podemos encontrar las de agua dulce. Las cultivadas en bahías, ríos y lagos en otras especies como los mejillones. Se caracterizan por tonos de perlas más naturales, sobre todo blancos y rosados.
Y aprovechando que hablamos de tipos de perlas, mencionaremos muy brevemente las que imitan a las naturales. Éstas no provienen ni de agua dulce ni salada. Tienen un núcleo de cristal o nácar y se caracterizan por tener una superficie muy lisa con capas de lacas, barnices y tintes. Son las más habituales de encontrar y también las más baratas.
Clases de perlas
En cuanto a las clases de perlas, hay que distinguir, según el editor de la web lapisexcelis: La perla negra, la perla rosa, la blanca y crema así como la rosa. Y según se desprende de sus palabras, cada una de ellas tienen propiedades diferentes que a continuación desgranaremos muy brevemente.
Usos de las perlas
Las perlas naturales así como las cultivadas son conocidas básicamente en el mundo de la joyería. Las podemos encontrar en pendientes, pulseras, anillos o en colgantes. Pero también son utilizadas como terapias alternativas, pues se les atribuyen diferentes propiedades curativas y espirituales.
En algunas publicaciones se habla, incluso, de la utilización de las perlas en la cosmética así como la malaquita, en forma de polvo, ya que según cosmética personalizada, “actúa sobre la piel estimulando la síntesis de nuevas citoqueratinas, que son las proteínas que forman el soporte interno de las células“. Además, aseguran que “el polvo de las perlas es uno de los mejores remedios para el antienvejecimiento, inmejorable exfoliante y blanqueante con acción reparadora dándole a la piel más elasticidad, luminosidad y suavidad“.
Propiedades
A estas gemas se les atribuyen diferentes propiedades y de hecho, ya fueron utilizadas por los chinos con fines curativos y terapéuticos, hace siglos y siglos. Pero no fueron los únicos que creían en sus propiedades pues aún hoy son muchos los que hablan de sus beneficios.
Así, se les atribuyen propiedades curativas, psíquicas y físicas. Entre las primeras, se dice que tranquilizan y absorven la negatividad de las personas. En cuanto a las físicas, se dice que ayudan a las mujeres en los desequilibrios hormonales, además de disminuir los dolores menstruales y son recomendables para todas aquellas personas que sufren palpitaciones en el corazón.
Y sus propiedades psíquicas abarcan desde controlar emociones violentas a equilibrar el cuerpo.
Antes hemos hecho una breve mención a las clases de perlas y que a cada una de unas de ellas se les atribuyen propiedades diferentes. Bien es cierto que las anteriormente mencionadas son las generales pero las perlas negras, las rosas, las de color oro o las blancas y cremas tienen las suyas. En cuanto a las primeras, son apropiadas para la estabilidad, las rosas son utilizadas para trabajar el chakra del corazón, las de oro para la limpieza del aura y prosperidad y las últimas para activar el chakra de la corona, o el equilibrio espiritual.
Para finalizar, cabe decir que las perlas son una de las gemas más conocidas de las conocidas dentro de las piedras naturales junto con el jade verde, el ámbar, el lapislázuli, la esmeralda, el cuarzo rosa, el ágata o la amatista, pero hay otras muchas no tan conocidas como la piedra luna y con grandes propiedades terapéuticas (incluido los beneficios para los chakras) que iremos descubriendo en siguientes artículos. Y se abordarán también otros temas como la limpieza y cuidados.
Las perlas naturales y las cultivadas son verdaderas joyas que todas deberíamos tener. Y es el momento ideal para hacerse con unas o regalarlas, ya que las navidades están cerca.