Hace unos 252 millones de años, en el límite entre el Pérmico y el Triásico, se produjo la mayor extinción que ha tenido lugar en el planeta. Las causas de este evento no están del todo claras y existen varias teorías al respecto.
La evolución de la vida en la Tierra no ha tenido, ni mucho menos, un recorrido lineal ni han sido siempre buenos momentos para las especies. Uno de los momentos más críticos para los seres vivos en el planeta sucedió hace aproximadamente 250 millones de años, en el límite entre el período Pérmico y el Triásico.
La mayor extinción del planeta
En un pequeño lapso de tiempo geológico, la reducción de especies fue tan drástica que casi desapareció la vida sobre el globo. Las estimaciones que se manejan son de una pérdida de biodiversidad de más del 80%. La extinción tuvo lugar en menos de 200.000 años.
Las zonas que más sufrieron este dramático descenso en el número de especies fueron los océanos, pero la superficie emergida no se quedó muy atrás. Cientos de bosques desaparecieron, originando un aumento de la erosión por los ríos y la posterior sedimentación en zonas llanas. La gran disminución de zonas con vegetación causó a su vez la extinción de especies animales dependientes de esas plantas.
Pero, ¿qué causó esta gran catástrofe? Conocer los sucesos que ocurrieron hace tantos millones de años es difícil, por esto existen varias teorías que tratan de encontrar una respuesta a esta pregunta. Una de estas teorías trata sobre la explosión de una supernova en las cercanías del Sistema Solar. Este evento astronómico habría afectado a la vida en la Tierra de tal manera que la habría llevado a una situación crítica.
La teoría de las “Trampas Siberianas”
Otra de las hipótesis manejadas es la ocurrencia de un gran vulcanismo en ese período. Durante varios miles de años, al final del período Pérmico, se produjo una serie de erupciones volcánicas masivas en lo que hoy es Siberia. La región, denominada “Trampas Siberianas”, tiene más de dos millones de kilómetros cuadrados cubiertos por rocas volcánicas de esa edad (equivalente a cuatro veces la extensión de España), lo cual da una idea de las inmensas cantidades de materiales que fueron expulsados.
Estas supererupciones, las mayores que se conocen en el registro geológico, habrían provocado un abrupto cambio climático que, a su vez, habría originado las extinciones de tantas especies, e incluso géneros enteros, de seres vivos.
La posible caída de un meteorito en el límite Permo-Trias
También se ha culpado de la desaparición de tantas especies a la caída de un meteorito, el cual sería más grande que el que acabó supuestamente con los dinosaurios, ya que la extinción de hace 65 millones de años fue menor que la del límite entre el Pérmico y el Triásico. Para tratar de avalar esta teoría, sus defensores se apoyan en el descubrimiento de un gran cráter bajo los hielos perpetuos del continente antártico.
Además, a pesar de la coincidencia en el tiempo de los depósitos volcánicos siberianos y la gran extinción, Michael Rampino, investigador de la Universidad de Nueva York y defensor de la teoría de la caída de un meteorito, decía que “si las extinciones fueran graduales a lo largo de 500.000 años, sospecharíamos del vulcanismo o de cambios climáticos causados por erupciones volcánicas. Pero el hecho de que las extinciones fueran tan repentinas y catastróficas no encajan con la interpretación volcánica”, a lo que añadía que el meteorito “tendría que ser entre una vez y media y dos veces” mayor que el que acabó con los dinosaurios.
La existencia de varias teorías para dar respuesta al origen de la gran catástrofe que aconteció hace unos 250 millones de años refleja la incertidumbre con la que se trabaja a la hora de estudiar la historia de nuestro planeta. Algunos investigadores apuntan incluso a un cúmulo de causas como origen de este desastre biológico.
Mientras la búsqueda de pruebas continúa para dar con la solución más acertada, poco a poco se va conociendo más sobre los eventos sucedidos hace millones de años, los cuales podrían ayudar a dar una idea de lo que podría ocurrir en el futuro.