Intérpretes: Louane Emera, Karin Viard, Francios Damiens, Luca Gelberg.
Producción francesa.
Duración: 105 minutos.
Es una gozada que el espectador se encuentre de vez en cuando en las salas de cine con una película modesta y sencilla, sin grandes pretensiones, pero repleta de emoción, notables interpretaciones y su pizca de humor, y que todo esto funcione. Una cinta que no aspire a ser una obra maestra ni traspire ínfulas del director ni de actores. Que sólo se decida a ofrecer al espectador un trabajo lleno de talento y frescura con muy pocos elementos, en la que todo encaje como un puzle, y el espectador se levante de la butaca con una sensación más que agradable, y pensando que no lo han engañado.
“La familia Belier” es una cinta encantadora. Pequeña y estupenda. Reconfortante. Una película de las que se dice “bonita”. Una cinta bonita. Narra la historia de Paula, una amable, sensible y preciosa adolescente de 16 años cuyos padres y hermano pequeño son sordomudos. Es una familia feliz, que vive en el campo y que fabrica productos lácteos de la leche que dan sus vacas y que venden en el mercado del pueblo. Pero la vida de la chica cambiará cuando en el coro del colegio el nuevo profesor de canto descubra que la joven tiene una voz superdotada y la anime a dedicarse a ello y a presentarse al concurso para entrar en el prestigioso coro de Radio France.
“La Familia Bélier”: Una cinta de actores
Las interpretaciones de todos los actores son maravillosas. Lo sorprendente es que los actores que encarnan a los padres sordomudos no tienen esta discapacidad en la realidad. Es un recital de actuación por parte de todos los actores. Y no es extraño que la joven protagonista Louane Emera que encarna a Paula -que además es cantante y tiene una voz portentosa-, ganara el César -los premios anuales de la Academia de cine francesa- a la actriz revelación del año pasado en su primera interpretación delante de las cámaras, después de pasar con éxito por la versión televisiva francesa de “La voz” de 2013.
El filme es un relato de aprendizaje en el que el espectador contempla el despertar a la vida de esa encantadora y luchadora adolescente que adora a sus padres. Es un relato en el que se combinan y fluyen estupendamente los momentos tristes con los humorísticos, y acompañado todo ello por una banda sonora emocionante.
Se trata de una cinta que sólo quiere agradar al público, con buenos sentimientos y sin intentar descubrir nada nuevo ni intentar epatar a nadie. Y lo logra. Un filme humilde en pretensiones y certero en sus logros. Es otro éxito del cine francés que últimamente ha conectado con el público con un puñado de comedias.