Juguetes sexuales, orígenes y breve historia

Juguetes sexuales, una vieja historia ¿Un consolador de piedra del paleolítico? Los juguetes sexuales tienen detrás de su invención más historia de la que aparece. Satisfacer nuestros instintos sexuales no tiene nada que ver con los instintos animales, el ser humano ha puesto siempre refinamiento e ingenio para conseguir su máximo placer sexual.

Juguetes sexuales: Consoladores prehistóricos

Consoladores prehistóricos

 

En la conocida popularmente como Edad del Hielo, la que en ciencia se considera como último periodo glacial o glaciación Würm, mantener relaciones sexuales hace casi 30.000 años en las gélidas cavernas era una forma perfecta de “entrar en calor”. Aún así era necesaria cierta ayuda para estimular y hacer más fácil ese calentón sexual. Esa es la teoría, según algunos expertos, de la aparición de unos perfectos consoladores de piedra pulida encontrados en la cueva de Hohle Fels, en Ulm, Alemania (25.000 a.C.)

El registro arqueológico más claro de un dildo estaría en la Antigua Grecia, sobre el año 500 a.C. Solían ser de madera, y un regalo perfecto y deseado entre las mujeres que se lo intercambiaban con sus amigas cuando sus maridos partían a la guerra. También de la Grecia Antigua es el origen del uso de los lubricantes, pues se ha podido comprobar que los consoladores o dildos solían untarse en aceite de oliva. Era una forma de lubricar el juguete, pero también de conservarse mejor.

El consolador femenino tiene cabida en la historia universal desde hace mucho, como se aprecia en la ironía que se permitió Aristófanes en su obra de teatro Lisístrata,  que los llama “consoladores de viudas”. Toda una función social y sanitaria que no debe menospreciarse y que, en cierta manera, ha llegado hasta nuestros días. La sexualidad hoy es más libre y abierta, aunque el onanismo es tan viejo como el ser humano.

El colmo de lo sofisticado estaría dentro de la leyenda que hace de Cleopatra poco más que una ninfómana. La última faraona consiguió, si hacemos caso al mito, pasar del consolador al vibrador. La batería o las pilas se sustituyeron por energía animal, según la leyenda: abejas. Consiguió que su consolador vibrara con un sistema ingenioso, propio de la madre Naturaleza. En una calabaza seca y hueca, con la mayor forma fálica posible, se metían abejas vivas que, al revolotear, provocaban la vibración. ¡Genial la reina egipcia!

Pestañas de cabra para anillos de pene

Anillos de pene hechos con pestañas de cabra

Por lo visto en Oriente tienen gustos parecidos para conseguir el placer sexual desde tiempos inmemorables, pues en la China y el Japón antiguos se inventaron los anillos para el pene. Los primeros estaban hechos de párpados de cabra, con los pelillos de las pestañas conservadas intactas. La caricia de esas pestañas aumentaban la erección de los hombres, mientras que aumentaban también el placer a las mujeres en sus zonas más sensibles durante las relaciones sexuales.

En resumen, que los juguetes sexuales son tan viejos como la humanidad 😉

 

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