Junto al Círculo Polar Ártico yergue la desconocida Islandia. Más allá tan solo hallaremos Groenlandia y el inhóspito Polo Norte. En 1864 Julio Verne imagino en su novela “Viaje al centro de la tierra” que se accedía a ella a través del glaciar Snæfells. Territorio indómito en los confines del planeta.
La isla alberga en su interior paisajes vírgenes de civilización, cascadas, gargantas, geisers, riachuelos, yermas llanuras, cordilleras volcánicas, campos de lava, fumarolas que avisan de la presencia próxima de un volcán y glaciares. Sin duda, Verne no anduvo nada desencaminado cuando indicó que Islandia era la antesala a las entrañas de la Tierra. De igual forma que los productores de “Juego de Tronos” han encontrado en sus exteriores un marco idóneo para rodar escenas de la renombrada serie.
Podemos decir sin lugar a equívocos que Islandia es un sitio único con parajes aún no transitados, paisajes lunares, formaciones nunca vistas, extensiones desoladas, pequeños pueblos en mitad de la nada, clima extremo y auroras boreales en el firmamento que se pueden observar entre los meses de septiembre a marzo en noches frías y despejadas.
Islandia es dinámica. Una isla en constante evolución paisajística, moldeando las erupciones o flujos de lava su panorama, esculpiendo su orografía y modificando sus parajes. Una naturaleza diversa,viva, evolutiva, salvaje.
Sus habitantes, irredentos supervivientes a los rigores del clima, han sabido optimizar los recursos energéticos que la isla presta. El vulcanismo inherente a ella ha propiciado que la naturaleza ofrezca multitud de geisers que escupen columnas de agua caliente, piscinas naturales de origen termal o lavas abrasadoras reconvertidas en fuente de energía calorífica para los hogares.
Las visitas imprescindibles en Islandia
Si tienes planificado un viaje a Islandia hemos seleccionado lo imprescindible, lo que no debes perderte, lo que tus ojos no pueden dejar de contemplar. Ahí van sus lugares esenciales.
Reykjavic, la capital del país. Una ciudad tranquila, sosegada, sin apenas tráfico, muy animada en el plano cultural y ornamentada por una hermosa sinfonía de colores de sus casas, edificios, lagos y jardines y su impresionante iglesia de Hallgrímskirkja, con 75 metros de altura y visible a más de 20 kilómetros de distancia.
El conocido como Círculo de Oro, a poca distancia de Reykjavic, donde nos encontraremos el espectacular parque nacional de Thingvellir con las cataratas de Öxararfoss, las grietas de las placas tectónicas americanas y euroasiáticas, los surtidores naturales de Geysir expulsando constantemente agua hirviendo de las entrañas de la tierra y Gullfoss, el salto más formidable de la isla.
El Parque Nacional de Skaftafell colmado de cascadas, lenguas glaciares, lagos helados e icebergs que se alzan incólumes.
El Lago Myvatn con sus cráteres, cuevas y formaciones de lava que lo circundan y muy cerca de allí la catarata de Godafoss o Cascada de los Dioses, la más espectacular de Islandia.
Akureyri, la capital del norte de Islandia, de clima más templado gracias a su resguardo en un fiordo. Urbe pequeña aunque muy coqueta, con numerosos museos y el impresionante Jardín Botánico de Lystigarour.
Husavik, importante población pesquera y limítrofe con el Círculo Polar Ártico, a 90 kilómetros de Akureyri. Destino desde donde partes embarcaciones para el avistamiento de ballenas.
Y para acabar Jokulsáfjöllum, el segundo río más largo de Islandia, con un cauce trufado de cascadas –la de Selfoss, Dettifoss y Hafragilsfoss– originadas por el deshielo de glaciares próximos.
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Cómo ir a Islandia
La manera más rápida y barata es el avión. Desde España hay conexiones casi diarias hasta la capital islandesa con Icelandair, Eagle Air o Wow Air, desde los aeropuertos de Madrid, Barcelona o Alicante.
En barco se puede acceder desde Copenhague (Dinamarca) con un ferry, de la compañía Smyril Line, que une ambos países y que hace escala en las Islas Feroe; aunque existen otras empresas que conectan con Reykjavic desde Gotemburgo (Escocia), Hamburgo (Alemania) o las propias Feroe.
Y en crucero a través de numerosas navieras que planifican viajes por el Norte de Europa, fiordos noruegos, países escandinavos o tierras polares con salidas desde Amsterdam, Hamburgo o Copenhague, principalmente. Los dos puertos donde suelen hacen escala estos barcos-hoteles son Reykjavic y Akureyri, entre otros.