Exfoliar la piel es imprescindible para mantenerla suave y radiante. Las células de la dermis —la capa de la piel situada debajo de la epidermis— se renuevan de manera constante: salen, envejecen y mueren y vuelven a salir. Las células eliminadas se mezclan con las impurezas y se almacenan sobre la epidermis; esto causa sequedad y descamación, con el consiguiente picor, avejentamiento y pérdida de elasticidad de la piel.
¿Qué beneficios produce exfoliar la piel?
La exfoliación es un tratamiento simple que se puede realizar en la comodidad del hogar, y muy efectivo. Limpia la piel al retirar las células muertas y acelera la regeneración de estas; sus efectos los observaremos desde la primera aplicación:
- La piel gana suavidad, brillo y flexibilidad.
- Al quedar libre de impurezas, los productos cosméticos penetran mejor y dan más resultado.
- Evita los pelos enquistados.
¿Cuándo exfoliar la piel?
- En pieles sensibles: una vez cada dos semanas.
- En pieles normales: una vez a la semana.
- En pieles grasas: dos veces por semana.
- Está desaconsejado por completo realizar la exfoliación sobre la piel dañada, después de la depilación o de haber estado expuesta al sol.
¿Qué productos necesito para exfoliar la piel?
Hoy en día la oferta de productos exfoliantes es extensa. Básicamente, necesitamos dos artículos:
Pasos para exfoliar la piel
- Humedecer la piel con agua templada. Lo más cómodo es hacerlo en la ducha.
- Aplicar el gel o crema, con un masaje circular y ascendente, sin realizar demasiada presión. Será más efectivo si utilizamos un guante exfoliante.
- Aclarar la piel con abundante agua templada.
- Hidratar la piel con una crema que no contenga jabón ni perfume, para evitar irritaciones.
Como has visto, la exfoliación es un tratamiento muy sencillo de realizar y sus resultados te sorprenderán. Además, es la manera ideal de preparar la piel para la depilación.