Talabricense de nacimiento, abogada y criminalista de formación y escritora por devoción. Hoy descubrimos a María Martínez Ovejero.
“Es extremadamente difícil articular una historia en clave de misterio, aventura, acción, y terror pero no sexo que exigen las editoriales para la novela juvenil sin renunciar a un cierto grado de profundidad en el texto que sea perfectamente comprensible para su destinatario”. Juan Ramón Biedma. ¿Cómo consigue María sentirse cómoda en un género complicado con aparente facilidad?
– Para serte completamente sincera, me ocurre todo lo contrario. Es escribiendo novela juvenil cuando me siento cómoda. Como ya he dicho alguna vez, mi etapa más gratificante como lectora fue la niñez y la adolescencia, y escribir lo que hago y cómo lo hago es una manera de recuperar esa fase de mi vida de la que tan buenos recuerdos guardo. Por otra parte, creo que la ausencia de la sexualidad a la que te refieres no tiene por qué restar ningún valor a la historia, de hecho creo que el bombardeo actual del llamado “erotismo literario” es excesivo y en la mayoría de los casos sí resta importancia a otros factores tan trascendentales en una novela como el argumento, personajes, etc.
Dicen los entendidos que “quien tiene magia no necesita trucos”. ¿Es Adelle, protagonista de “Tierras de luz, tierras de sombra”la que cual Maga de Cortázar va formando jóvenes lectores a través de la fantasía?
– Te mentiría si te dijera que no estaría encantada si Adelle arrastrara a un buen número de lectores jóvenes al apasionante mundo de la afición por la lectura, pero, poniendo los pies en la tierra y siendo consciente de la tremenda oferta literaria y las múltiples facilidades para acceder a ella, no creo que “mi criatura” vaya a convertirse en abanderada de una generación de lectores, aunque, evidentemente, sería maravilloso.
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“-No se quiere más a alguien por hablarle todo el tiempo de su vida.”(Fragmento extraído de Tierras de luz, tierras de sombra). ¿Hablamos más que queremos o leemos más que despertamos?
– A decir verdad, hoy todo va demasiado rápido. Creo que el ritmo que llevamos no nos permite mucho tiempo para pararnos ni a conversar ni a pensar ni, por supuesto, a leer en profundidad. La vorágine nos arrastra y no da lugar a momentos de reflexión más allá de los problemas o asuntos diarios. Es por esto que pienso que tiene mucha más salida novelas cuya lectura sea ágil y rápida, e incluso me parece muy importante el formato. Dadas las circunstancias, una historia densa en la que el lector tenga que dedicar tiempo a discernir o teorizar sobre la trama o el argumento, así como el simple hecho de que el libro tenga un grosor notable, considero que ya es un punto en contra de la comercialización de dicha obra, aunque siempre hay excepciones, claro está.
“Recuérdame” tu primera novela es un alegato a la vida. La vida es sueño, un sueño necesario para sobrevivir y además ser feliz. ¿Crees que la literatura juvenil ocupa el lugar que se merece entre los jóvenes, o que en este momento tiene más de sueño que de realidad?
– Para mí, la literatura, y más en la etapa a la que te refieres, ha marcado mi vida, pero soy consciente de que soy un caso poco frecuente. Quizás hace unas décadas las opciones de “ocio juvenil” eran más limitadas y la lectura una opción más demandada, pero hoy día, en la era digital en la que vivimos, veo complicado que un libro pueda sustituir a una consola, una tablet, etc. Es triste, pero, lamentablemente, sí, es un sueño.
“Deseo poder escribir algo tan misterioso como un gato”. Aseguraba un genial Edgar Allan Poe. ¿Desea María continuar sorprendiendo a los más jóvenes o se plantea indagar otros géneros?
“Deseo poder escribir algo tan misterioso como un gato”. Edgar Allan Poe.
– Ciertamente, me he planteado dar el salto a la literatura para adultos, pero cuando imagino una historia, e incluso cuando me siento frente al teclado y comienzo a darle forma, me descubro a mí misma adaptando el nuevo universo o idea al público joven, de manera que siento que realmente he nacido para escribir literatura juvenil. Nunca puedes decir “de esta agua no beberé”, pero, a día de hoy, me encuentro muy cómoda en este género y, de momento, no voy a abandonarlo.
María Martínez Ovejero es una joven escritora con los recursos suficientes para convertirse en referente de la literatura juvenil en nuestro país. Sus novelas además de entretener, transmiten mensajes tolerantes, conciliadores, comprometidos y siempre esperanzadores a jóvenes y no tan jóvenes con un mismo objetivo en común. Entretenerse con los ojos cerrados y los sueños despiertos.
