
Si hay un instrumento que en los últimos años ha vivido un auténtico boom es el ukelele. Recordamos su historia y repasamos sus principales características para comprender las claves de su éxito.
La fama del ukelele es merecida. Este instrumento de cuerda pulsada resulta fácil de tocar y cuenta con una portabilidad que lo convierte en un compañero ideal para todos los aficionados a la música, por lo que no es de extrañar que aquellos que gustan de tañer deseen contar con uno en su casa o estudio, y que en los últimos tiempos se haya convertido en el regalo ideal para cualquier miembro de la familia. Un estatus que ha conseguido con poco más de un siglo de existencia.
Breve historia del ukelele
Aunque la mayoría de nosotros piensa en Hawái cuando se menciona este instrumento, su historia comienza en Portugal, ya que fueron los inmigrantes de este país quienes lo diseñaron.
A finales del siglo XIX, los inmigrantes portugueses zarparon desde la isla de Madeira en el barco británico SS Ravenscrag, con destino a tierras hawaianas, para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar. Uno de los 423 tripulantes, João Fernandes, portaba con él su cavaquinho, un instrumento de la familia de la guitarra. Cuando desembarcaron en Honolulu, Fernandes comenzó a tocar. Los nativos se refirieron a aquel son como «ukelele». Algunos dicen que por su traducción literal de «pulga saltarina», pero otros aseguran que su significado no es otro que «el regalo que nos llegó».
El tiempo pasó y el trabajo en la plantación terminó, por lo que tres de esos inmigrantes (Augusto Dias, Manuel Nunes y José do Espirito Santo) se instalaron en Honolulu como carpinteros y lutieres. Fabricaban muebles e instrumentos de cuerda como guitarras, cavaquinhos y rajãos. Por aquel entonces diseñaron uno propio, en el que fusionaron el concepto de los otros tres. Su tamaño era similar al del cavaquinho y su afinación estaba inspirada en la del rajão, con un aspecto armonioso de guitarra chiquitita. El nombre elegido para llamarlo no pudo ser otro: ukelele.
El uso del ukelele pronto se extendió por la Polinesia francesa y la isla de Pascua, dando lugar al ukelele tahitiano o polinésico, que cuenta con cuatro cuerdas dobles y carece de caja de resonancia. Por su parte, la popularidad del instrumento en Estados Unidos se originó en la Exposición Universal de San Francisco en 1915. Todos sucumbieron al encanto de los bellos acordes que tocaba en el Hawaiian Pavilion el grupo Awai’s Royal Hawaiian Quartet, un conjunto formado por guitarras y ukeleles. El éxito fue tal que tiempo después el ukelele terminó convirtiéndose en un símbolo más de la Era del Jazz.
Tipos de ukelele
Los fabricantes de instrumentos musicales aprovecharon entonces el tirón para empezar a comercializar los ukeleles, tal era la demanda que tenían de ellos. Así las cosas, fue el ukelele soprano el primero que vio la luz en Hawái, donde también se conoce como ukelele estándar, pero pronto se desarrollaron otros. Tras él vendrían el de tamaño concierto y el tenor, en la década de los años veinte del siglo XX; el barítono, en la década de los cuarenta de la misma centuria; y el ukelele bajo, de diseño más reciente. Incluso es posible encontrar el menos común de todos ellos: el sopranino, conocido como pocket uke, con unos 43 centímetros. También se ha jugado con su diseño, y algunos han variado en parte su forma, fabricando incluso ukeleles redondos.
En cuanto al sonido, como suele suceder, simplemente has de pensar que, cuanto más pequeño sea su tamaño, más agudo sonará. Asimismo, si tienes las manos muy grandes o muy pequeñas, te resultará más cómodo tocar uno u otro, y si prefieres adquirir un ukelele eléctrico también te será posible encontrar varios modelos en el mercado.
Aprender a tocar el ukelele

El más económico y preferido de todos ellos por la mayoría de la gente es el ukelele soprano o estándar, que resulta ideal para los niños, pues ronda los 53 centímetros. Tanto es así que el ukelele es un instrumento básico en la educación musical en Canadá. Fue el músico y profesor J. Chalmers Doane quien, alrededor de 1960, modificó los programas de música escolar e introdujo el ukelele, por su carácter práctico, fácil y económico, con la intención de fomentar la alfabetización musical en el alumnado. En la actualidad, continúa formando parte de los planes de estudios en el país.
Los métodos de iniciación para aprender a tocar el ukelele son numerosos y para todas las edades. Además, es posible encontrar una gran variedad entre los que versan únicamente sobre música moderna y aquellos otros que adaptan las composiciones más clásicas al instrumento.
Lo cierto es que, con sus cuatro cuerdas, el ukelele es fácil de tocar con solo un poco de pericia y perseverancia, por lo que resulta un regalo estupendo para aquellos que se sienten atraídos por los instrumentos de cuerda pulsada, pero que todavía no se han atrevido con ninguno. Por su parte, los que ya toquen alguno, como la guitarra, descubrirán en él todo un divertimento y apenas le encontrarán dificultad.
Desde los más sencillos y los kits de iniciación, con la posibilidad incluso de comprar el ukelele para montar uno mismo en un proyecto DIY (Do It Yourself), hasta aquellos con elaborados acabados y maderas nobles que mejoran el sonido de su caja de resonancia, las posibilidades de encontrar uno que se adecúe a nuestros gustos y bolsillos son infinitas.
Si todavía no has sucumbido al encanto del ukelele seguramente no habrás escuchado a Israel Kamakawiwo’ole, ni a Eddie Veder, ni a Jake Shimabukuro, ni a los Crystal Fighters, ni a Taimane Gardner, entre muchos otros. Pero si a ti o las tuyos os gusta la música, ya sea como oyentes o instrumentistas, os recomiendo darle una oportunidad; al fin y al cabo, el ukelele siempre es un instrumento a tener en cuenta para toda la familia.