Intérpretes de Los siete magníficos: Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke, Vincent D’Onofrio, Byung-hun Lee, Manuel García-Rulfo, Martin Sensmeier, Haley Bennett, Peter Sarsgaard, Matt Bomer, Luke Grimes, Cam Gigandet, Kevin Wayne, Thomas Blake Jr., Miles Doleac, Jonathan Joss.
Guion: Richard Wenk, Nic Pizzolatto (Historia: Akira Kurosawa, Shinobu Hashimoto, Hideo Oguni).
Duración: 132 minutos.
El espectador siempre ha deseado que, si se realiza un remake de un viejo éxito o de un film que ha marcado época, que se dé una nueva visión del mismo o que se enriquezca de alguna forma. El espectador sabe lo que quiere, y no hay que infravalorarlo, el problema del Hollywood actual es que trata a los espectadores como niños, como púberes que no han visto nunca cine, o que no saben lo que desean.
Por eso, la Industria norteamericana bombardea con cintas prescindibles casi todas las semanas y con remakes de obras maestras que, visto lo que aportan, son totalmente olvidables. ¿Qué se busca ofreciendo una nueva versión de los clásicos imperecederos cuando el resultado es pobre y muy lejos, en muchos casos, de la calidad y de la categoría del original?
Un caso de estos es el reciente estreno de la nueva versión de Benhur, de aquella maravilla de William Wyler, remake a la vez de la versión primigenia de los años 20 en blanco y negro. Esta nueva adaptación es horripilante y totalmente prescindible, y se encuentra entre las peores películas del año y de la década.
Los 7 magníficos es el otro esperado remake de este curso. Las dos anteriores versiones, la japonesa de Akira Kurosawa y la norteamericana de John Sturges ambientada en el oeste, son dos obras maestras insuperables que si alguien no ha visto aún, debe acercarse a ellas cuanto antes, sin duda.
Si comparamos aquellas dos cintas con esta nueva versión dirigida por cghdgh, esta tercera está claro que sale perdiendo. Pero tampoco entraría dentro de los remakes impresentables, esto también hay que decirlo. La cinta se puede ver, es correcta, y hasta tiene momentos graciosos y de acción trepidante e interesante, aunque el espectador no la recordará por mucho tiempo. En cambio no podrá olvidar nunca aquellas dos anteriores versiones.
A esta nueva le falta personalidad en la dirección, hondura en sus personajes que no dejan de estar poco dibujados, quedándose en seres demasiado histriónicos. Le falta humanidad, ternura y poesía. Le falta un poco más de humor. Y también le sobra acción y estallidos, porque parece que lo más importante es hacer sonar pistolas y rotura de cristales.
Es un remake conforme a los tiempos que vivimos: superficial, frío, artificioso y que no cala profundamente en el espectador. Una cinta que no dan ganas de volver a ver.