Crítica de “La Asesina (The Assassin)”, poesía wuxia de Hou Hsiao- Hsien

“La Asesina (The Assassin)”, del realizador taiwanés Hou Hsiao- Hsien, es un filme de artes marciales wuxia que destaca por la belleza de su concepción visual, la ambigüedad en el relato y la subrayada simpleza narrativa.

En ocasiones, el cine de artes marciales, específicamente el género wuxia, ha alcanzado una notoria proyección fuera de tierras asiáticas gracias a los fuertes periplos de amor, traición, lealtad y las altas dosis de combates con espadas que suele retratar, de manera más reciente con la semiprofética confrontación por la posesión de una legendaria espada en “El Tigre y el Dragón” (Crouching Tiger Hidden Dragon, 2000), el deseo de aniquilar a un solitario rey en “Héroe” (Ying Xióng, 2002) y el destino trágico de unos amantes en “La Casa de Los Cuchillos” (Shia mian mai fu, 2004).

Con “La Asesina” (The Assassin, 2015), conocida también con el título de “Nie Yin Niang”, el realizador taiwanés Hou Hsiao- Hsien aborda la acción que representa el dinamismo del arte marcial, añadiendo una cuidada estética audiovisual que es la encargada de recrear un juego de decisiones, complot político y amor de antaño.

Trama de “La Asesina (The Assassin)”: Relato de decisiones y artes marciales 

La Asesina (2015) Wuxia

La Asesina (The Assassin), Hou Hsiao- Hsien, 2015 aledipa tumblr

En China, durante el siglo IX, en los últimos años de la dinastía Tang, Nie Yinniang (Shu Qi) regresa con su familia tras años de exilio en los que fue entrenada en las artes marciales por una monja, transformándola en una hábil y peligrosa asesina dedicada a matar oficiales corruptos del gobierno.

Después de encargársele asesinar a su primo Tian Jian (Chen Chang), gobernador de la provincia militar de Weibo en la región del norte del país, tendrá que tomar una importante decisión: sacrificar al hombre que ama o desertar de la “Secta de Asesinos” a la que pertenece.

Crítica de “La Asesina (The Assassin”: Una bella, ambigua y simple aproximación al cine wuxia

Estrenada en el 68ava edición del Festival de Cannes 2015, ganadora de la Palma de Oro a Mejor Director y representante de Taiwán en la búsqueda de la nominación a los Premios Oscar 2015 en la categoría de Mejor Película Extranjera, “La Asesina” imparte novedad en el wuxia al recurrir en gran instancia a la imagen y al sonido en vez del acostumbrado intercambio de ataques de espada y en los diálogos como recurso narrativo del género.

El periplo adquiere un estado poético por el efectivo y atractivo score de Giong Lim que enriquece los momentos cruciales de una historia en la que impera la contemplación y el silencio. El uso del mismo, imperante en la mayor parte del relato, crea tensión en el desenvolvimiento de los acontecimientos y comunica las intenciones de los personajes estelares, siendo un juego de ambigüedades reflejado visualmente en los encuadres detrás de las transparentes cortinas de tela, repitiendo la acción en las escurridizas decisiones tomadas durante una época en la que eran cruciales el poder político de las dinastías en turno y las virtudes de lealtad y disciplina.

Hsiao- Hsien, en la adaptación de la historia corta del escritor chino Pei Xing, dota de un toque oscuro y contemplativo a las negociaciones políticas que disparan una serie de conflictos que no tienen mucha claridad en su propósito a primera vista, aclarándose de poco en poco el mencionado aspecto y la moralidad de Yinniang, mujer confeccionada fuera del molde tradicionalista de las esposas relegadas en el rol de acompañar las decisiones del esposo sin la opción de confeccionar sus verdaderos pensamientos.

Obligada a decidir entre perjudicar a su propia familia, su complejidad oscila en la línea delgada de acechar como un verdadero espía a su presa o de mostrarse como el ser humano que es, ubicada en el “medio” del todo, intentando encontrar su propio camino más allá del deber y los lazos familiares.

La destacada concepción visual reforzada por la estética fotografía de Ping Bin Lee enaltece también, además de los rincones ficticios de la China antigua y sus partícipes, a la asesina de la trama y a las cuidadas, continuas y breves coreografías marciales que funcionan más como elementos narrativos introspectivos que como despliegues de espectáculo, alejándose de la acostumbrada violencia y agilidad del escenario.

Tratándose de un filme poético en su parte audiovisual aunque un poco confuso en la proyección de su mensaje, “La Asesina” despliega finas artes marciales y distantes personajes de los que deben observarse con calma para deducir sus intenciones, pero destaca por la novedad en el género con la mezcla de su estética y en el sigilo de su desarrollo, además de crear una  interesante reflexión sobre el choque de revoluciones mentales y consolidados poderes y, sobre todo, de la metáfora de la elección personal.

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