Intérpretes de Espías desde el cielo: Aaron Paul, Helen Mirren, Alan Rickman, Iain Glen, Barkhad Abdi, Phoebe Fox, Carl Beukes, Richard McCabe, Tyrone Keogh, Babou Ceesay, James Alexander, Lex King, Daniel Fox, John Heffernan, Luke Tyler.
Guión: Guy Hibbert.
Producción de Reino Unido.
Duración: 102 minutos.
Impacta ver en esta Espías desde el cielo el peso y la importancia que tiene la tecnología en el espionaje, en la seguridad y en la guerra contra el terrorismo, la forma de combatir el crimen. Los drones pilotados desde un cuadro de mandos a muchos kilómetros de distancia, las cámaras diminutas, los satélites y demás parafernalia hacen que las guerras y las misiones contra el mal se resuelvan de una manera muy diferente con respecto a hace pocas décadas. Ya todos conocíamos la resolución y la efectividad que las nuevas tecnologías tienen en las seguridades nacionales y mundiales, pero en esta séptima cinta de Gavin Hood el espectador lo comprueba ampliamente.
Es un film, además, que trata sobre el problema moral de los daños colaterales en la guerra contra el terrorismo al contar la historia de una intervención del ejército norteamericano en suelo keniano, en Nairobi, en el cuerno de África, para detener a unos terroristas fanáticos. La operación se complica cuando descubren que, en la casa donde se reúnen esos asesinos, están preparando un atentado suicida que va a llevarse a cabo en las próximas horas en un centro comercial, con las innumerables víctimas que eso va a suponer.
El ejército querrá y se dispondrá a lanzar un misil para destruir esa casa, acabando con los malhechores. Pero el problema -y el dilema- se origina cuando, con todo ya preparado y dispuesto, una niña se pone a vender pan con su puestecito en uno de los muros que delimitan la casa, y las dudas se abrirán: si atacan, es probable que esa niña muera en la explosión, y eso nadie lo quiere. ¿Qué hacer? El tiempo corre y hay que tomar decisiones.
Espías desde el cielo: Consecuencias de la seguridad y de la violencia
La cinta logra clavar al espectador en su butaca, modulando certeramente el suspense y la tensión. Con una realización más que solvente y unas interpretaciones destacables, el film consigue ser un relato inquietante que emociona al espectador y que además le hace reflexionar. Es un film impactante, duro, moral, que no deja a nadie indiferente, y que consigue con buena nota lo que pretende.