Crítica de “Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl)”, de Alfonso Gomez-Rejon

Cuando una película gana el Premio del Público en Sundance suele ser porque tiene cierta magia que conecta con los espectadores. Es el caso de “Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl)”,  joyita que también se hizo en el certamen más importante del cine ‘indie’ americano con el Gran Premio del Jurado “por su mezcla de drama y comedia”.

“Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl)” supone el segundo largometraje como realizador de Alfonso Gomez-Rejon, que debutó en 2014 con el film de terror “Espera hasta que se haga de noche”, después de una larga trayectoria como asistente de grandes cineastas, como Martin Scorsese, Nora Ephron, Robert De Niro y Alejandro Gonzalez Inarritu, y tras ocuparse de numerosos episodios de “Glee” y “American Horror Story”, dos de las series creadas por Ryan Murphy.

“Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl)” se estrena en España el 9 de octubre de 2015.

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Sinopsis de “Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl)”, encargo materno

Crítica

El mejor cine ‘indie’ americano.

Greg, alumno de último curso de secundaria, intenta pasar desapercibido por el instituto, evitando intimar con nadie. En realidad sólo mantiene una verdadera amistad con Earl, con el que desde pequeño se dedica a rodar estrambóticos cortos que homenajean a los grandes títulos del cine.

Mientras que su padre tiene tendencia a ponerse ropa de mujer, su madre le presiona para que escoja pronto sus futuros estudios universitarios. Inesperadamente, ésta también le insiste en que le dedique algo de tiempo a Raquel,  la hija de una buena amiga que tiene su edad, porque le han diagnosticado un cáncer. Al principio, tanto él como Raquel son reacios a estar juntos, pero pronto descubren que conectan a la perfección.

Crítica de “Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl)”, huyendo de los tópicos

Imagen del film

El actor Thomas Mann en “Yo, él y Raquel”.

Al cine americano le ha dado en los últimos tiempos por rodar películas sobre la enfermedad a una temprana edad. Pero este asunto tan terrible puede tratarse de forma academicista y convencional, como en el caso de la exitosa “Bajo la misma estrella”, o “Un paseo para recordar”, o puede dar lugar a una cinta tan viva y fresca como esta joyita, donde el tema central está tratado con toda su crudeza, sin frivolizar, pero con acertados y equilibrados toques de humor y un apreciable optimismo. Gomez-Rejon torea todos los tópicos, y le otorga a su obra un tono muy sobrio, que huye del sentimentalismo facilón, y que sin embargo logra varios momentos emotivos.

Estructurada a modo de diario personal, donde se usa muy bien la voz en off del protagonista, le saca también mucho partido al contraste de personajes que no tienen nada que ver entre sí, un recurso muy habitual del cine ‘indie’ americano, visto en títulos como la también tragicómica y genial “Pequeña Miss Sunshine”. Su responsable demuestra pericia para componer imágenes con fuerza, como los planos cenitales que sugieren la incomunicación del personaje central. Al más puro estilo de Quentin Tarantino, aumenta la potencia de las mismas acompañándolas de conocidos temas musicales de películas como “El bueno, el feo y el malo”.

La inglesa Olivia Cooke, vista en películas como “La señal”, y una de las estrellas de la serie “Bates Motel”, destaca sobre el conjunto del reparto, aunque “Yo, él y Raquel” también cuenta con buenos trabajos de los otros dos protagonistas, los jóvenes Thomas Mann (“Project X”) y el poco experimentado RJ Cyler. Entre los eficaces secundarios aparecen los conocidos rostros de Molly Shannon y Jon Berthal.

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