Intérpretes: Kennedi Clements, Sam Rockwell, Rosemarie DeWitt.
Guión: David Lindsay-Abaire.
Foto: Javier Aguirresarobe.
Duración: 93 minutos.
Otro nuevo remake de Hollywood de una cinta clásica y que fue un taquillazo y que inició una saga con la que se llenaron los cines de todo el mundo. Hace unas semanas se estrenó el decepcionante remake de “Mad Max”, y en esta ocasión le ha tocado a “Poltergeist”, aquel filme producido por Steven Spielberg y dirigido por Tobe Hooper en 1982 y que aterrorizó a millones de espectadores, y que ya es una referencia clara del cine de terror y de sucesos paranormales.
De aquella cinta se dice que Spielberg fue quien verdaderamente la dirigió en la sombra, y que por motivos comerciales de no querer estrenar dos cintas en el mismo año, ya que iba a estrenar “E.T.”, prefirió espaciar sus películas.
Nadie puede olvidar aquella primera cinta de la saga llena de frescura, riesgo, originalidad, talento y humor con la que agarró de las solapas a los espectadores para no soltarles durante cien minutos en los que las aventuras de aquella familia que vivía sobre un cementerio indio y que les ocurrían sucesos paranormales más que inquietantes, y hasta el rapto de la pequeña rubiales por parte de esas fuerzas ultraterrenas para que les guiara a salir de su suplicio, hicieron las delicias de todos los paladares, desde los menos exigentes a los más exquisitos.
Era difícil superar esa primera cinta -las dos siguientes de la saga de 1986 y del 88 no llegaban a esa altura-, y se comprueba aquí con este remake dirigido por Gil Kenan y que es la nueva apuesta de la industria americana para llenar las salas.
“Poltergeist”: Una nueva versión demasiado correcta
Esta nueva propuesta se amolda a los tiempos que vivimos. Por ejemplo, que el marido y cabeza de familia se ha quedado en paro por la crisis, y que la televisión por la que la niña contacta con los espíritus ya no es una tele de tubo sino un plasma enorme como el que hay ya en casi todos los hogares. También está presente toda la tecnología actual para medir las señales del otro lado, y hasta un dron que maneja a control remoto el niño de la casa para entrar por la pared del armario que es donde está el vórtice para internarse en la otra dimensión.
¿Y qué se puede decir de este remake a todos los lectores interesados? Pues que se trata de una cinta correcta, demasiado correcta, que se deja ver y que tampoco defrauda pero que no entusiasma, y que está rodada solventemente. Y es conveniente no compararla con el original porque sale derrotada por todas partes.
Si no se ha visto aquélla -como quizá les ocurra a muchos jóvenes espectadores- esta nueva versión puede hacer pasar al espectador un rato algo entretenido y provocará algún que otro susto, cumple el expediente, pero poco más. Y está más que claro que si se ha visto la original del 82, se echan de menos muchas cosas.
“Ya están aquí”, dice la pequeña de la casa en una frase ya mítica de la historia del cine. Pues eso, que el remake ya está aquí.