Duración de madre!: 120 min.
País: Estados Unidos.
Director: Darren Aronofsky.
Guion: Darren Aronofsky.
Música: Jóhann Jóhannsson.
Fotografía: Matthew Libatique.
Reparto: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris, Michelle Pfeiffer, Domhnall Gleeson, Brian Gleeson, Kristen Wiig, Cristina Rosato, Marcia Jean Kurtz, Ambrosio De Luca, Hamza Haq, Anana Rydvald, Arthur Holden, Bineyam Girma, Jaa Smith-Johnson, Xiao Sun.
Si hay una máxima a la hora de la creación que siempre da buenos resultados, ya sea a corto o a largo plazo, es la de seguir tu propio camino, la de no olvidar nunca tu estilo y tu visión del mundo. Y esto lo lleva a cabo –y con grandes resultados– el cineasta Darren Aronofsky.
Con su nueva cinta titulada madre!, este director tan justamente considerado, ofrece de nuevo a todos los espectadores un ejemplo más de su cine tan peculiar y delirante, lleno de pulsión, nerviosismo, en el que la sangre no deja de estar en ebullición, y en el que hay buenas dosis de surrealismo y simbolismo, con personajes desbordados e histéricos, y con un juego constante con la realidad y la percepción de ella por parte de estos personajes sobrepasados y sufrientes por las circunstancias.
En madre! logra otro poema lleno de metáforas y de reflexión, en el que la cámara no está quieta ni un solo momento, en el que esta vez quiere hablar de lo mágico, extraño y quizá demente que es todo proceso de creación artística, personificándolo en el poeta protagonista encarnado por un estupendo Javier Bardem.
Y como siempre ha conseguido con su filmografía anterior (exceptuando Noé de 2014), su nuevo largometraje no solo es una obra más que notable, sino que además no deja indiferente, y se consolida como uno de los directores más importantes y más personales del cine actual. Aronofsky sigue construyendo, de esta manera, un maravilloso edificio cinematográfico repleto de inquietud, perturbación y poesía.
madre!: Jennifer Lawrence, una actriz increíble
Y tema aparte merece el trabajo de la protagonista Jennifer Lawrence.
Esta chica jovencísima y a la que le sobra talento y atractivo, no deja de sorprender. Es una actriz más que sobresaliente que rezuma naturalidad, sensibilidad, cercanía, presencia y ternura, y aquí ofrece otra buena muestra de ello. Como las grandes, porque ya es una grande, parece que haya nacido dentro de una pantalla de cine (se puede ver también Joy, una de sus últimas cintas anteriores, para comprobar y disfrutar de la altura de su trabajo). Encarna a la perfección –no se puede pensar en otra actriz para este personaje– a una mujer que quiere ser feliz con su marido con el que quiere tener un hijo y vivir en su solitaria casa de campo –de la que, por cierto, no se sale de allí en todo el metraje–, pero a las que las extrañas circunstancias que van sucediendo no la permiten serlo.
Aronofsky, como ya hizo en Cisne negro con Natalie Portman, le da todo el protagonismo, y la cámara no la deja ni un instante, logrando un certero y portentoso retrato de una mujer noble y de buenos sentimientos, pero totalmente desesperada por unos increíbles sucesos que no entiende. Ella se hace con la película ya nada más salir en la pantalla, y eso únicamente lo logran y les sucede a unos pocos actores, a unos cuantos superdotados.
Y es que aunque es cierto que no es una cinta, quizá, para todos los públicos, lo único que se puede hacer es recomendar que los espectadores se acerquen al cine para ver esta cinta frenética, de difícil definición, que riza el rizo, peculiar, insólita, que incluso puede resultar indescifrable y confusa para muchos, y que como referencias claras, entre otras, tiene el cine de Scorsese, el surrealismo de Buñuel y el terror claustrofóbico y enfermizo de Roman Polanski.