Intérpretes: Penélope Cruz, Luis Tosar, Asier Etxeandía, Teo Planell.
Música: Alberto Iglesias.
Foto: Kiko de la Rica.
Duración: 111 minutos.
Una de las muchas cualidades -y posee demasiadas- que tiene esta nueva cinta de este autor, escritor y poeta llamado Julio Medem es que logra con un tema y un argumento con los que se podría caer en el más lastimero melodramón sensiblero y facilón, realizar un drama intenso, duro, extraño, muy personal, de gran altura poética y romántica, sobrecogedor e inquietante, una cinta cien por cien Medem.
Y es que el director vasco ha querido contar esta vez los padecimientos de una mujer de mediana edad, Magda, a la que le diagnostican la terrible noticia de que padece cáncer de mama. Su vida cambiará, el infierno se le abrirá ante sí. El director narra todas las vicisitudes de esta pobre maestra que además se ha quedado en paro, que tiene que cuidar a su hijo pequeño que es un gran futbolista, y a la que su marido también le ha abandonado hace poco por una jovencita. Lo bueno es que conocerá a Arturo, un ojeador del Real Madrid, que ha perdido a su mujer y a su hija en un accidente, y más la ayuda y la amistad incondicional de su médico, Magda tendrá la compañía y la fuerza suficientes como para intentar vencer a la enfermedad.
Ya digo que en cualquier otras manos, este material se hubiera convertido en un film lagrimógeno y lleno de tópicos, cayendo en el sentimiento fácil. En cambio Medem logra de nuevo -tras dos cintas irregulares como fueron Caótica Ana (2007) y Habitación en Roma (2010)- una cinta magnífica, abrasadora, llena de luz y magia a pesar de su tristeza y tragedia. Probablemente sea una de las mejores cintas del año españolas. Está repleta de calidad y talento, con una maravillosa música de Alberto Iglesias y una fotografía que transpira lirismo por todos los poros.
Medem además logra que Penélope Cruz consiga hacer, probablemente, el mejor papel de su carrera. Su trabajo es impecable, espléndido, y consagra a una actriz que aquí transpira verdad y emoción por todos lados. Siempre bella y atractiva a pesar de salir por momentos hasta demacrada, Cruz ilumina la pantalla en las casi dos horas de metraje, y al espectador le hace sufrir, emocionarse y hasta reír por momentos a pesar de la tragedia que está sufriendo.
“ma ma” impacta, llega muy dentro, no deja indiferente, atornilla en la butaca al espectador, y este sale de la sala cariacontecido. Una gran película que está a la altura de sus otras gran obras como Tierra, Lucía o el sexo o Los amantes del círculo Polar.
Julio Medem es un lujo para el cine español. Un director inmenso, especial, un magnífico creador de atmósferas, un cineasta muy original, fieramente humano. Un director que siempre ha hablado desde el corazón a los espectadores, con historias totalmente románticas y apasionadas, porque todas sus cintas son grandes historias de amor romántico y fatal, y en las que lo onírico también tiene su importancia.
No sería de extrañar que en la próxima entrega de los Goya se llevara muchas estatuillas.