
Intérpretes de Los Odiosos ocho: Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh, Tim Roth, Bruce Dern.
Guión original de Quentin Tarantino.
Producción norteamericana.
Duración: 167 minutos.
La nueva y tan esperada cinta de Quentin Tarantino llega a las pantallas para el regocijo de sus seguidores como también para la desesperación de los muchos detractores. Es un cineasta que no deja indiferente -para bien o para mal-, aunque lo que nadie puede reprocharle es que no tenga un estilo muy marcado, una temática y un universo muy propios. Con Los Odiosos ocho, su octavo film -asunto que aparece hasta en los títulos de crédito iniciales-, el espectador vuelve a tener delante su humor negro, grotesco e irreverente, su violencia desinhibida y extrema, su incorrección política, sus diálogos que son verdaderos torrentes chispeantes e inclasificables, sus personajes caricaturescos, sus escenas esperpénticas, su homenaje al cine de género y clase B…
En esta ocasión Tarantino hace un western muy basado en la teatralidad, en el encuentro en una posada -también llamada mercería- tras la Guerra de Secesión americana, en pleno invierno y rodeados de nieve de unos cuantos personajes que se refugian una noche para descansar del viaje en las diligencias. Allí paran un cazarrecompensas que lleva ante la justicia a una peligrosa malhechora, un coronel sureño que odia a los negros, un general yanqui negro, el nuevo sheriff del pueblo que va camino de su cargo, y otros más.
Los Odiosos ocho recuerda en esa teatralidad a su primera cinta, Reservoir dogs, ese film de principios de los noventa con el que impresionó a la crítica y al público, y con el que comenzó a hacerse un hueco en la historia del cine.
Los Odiosos ocho: Lejos del gran Tarantino
Aunque también hay que decir, lamentablemente, que su octava cinta no alcanza la brillantez de aquel film, ni la altura y redondez que poseen otras cintas tan estupendas como Pulp Fiction, o como Django desencadenado, de 2013, que ganó el Óscar al mejor guión original de ese año.
Su nuevo film recuerda demasiado a su cine anterior, y le falta esa genialidad, esa brillantez, esa frescura con la que este inclasificable cineasta ha creado en el pasado momentos memorables. Por ello el film se vuelve largo y tedioso, sus casi tres horas de metraje pueden llegar a pesar hasta al más entusiasta del director.