
Título: Instantes en el silencio. Castilla infinita.
Autor de los textos: Juan Pedro Martín Escolar-Noriega.
Autora de las fotografías: Nuria Niño.
M.A.R. Editor
147 páginas.
El paisaje castellano y Castilla tienen la peculiaridad de no dejar indiferente al visitante. Ya sea para bien o para mal, Castilla imprime su sello y deja un recuerdo claro, preciso y profundo al que entra en su territorio. El campo castellano y Castilla es un estilo, es una manera de mirar el mundo y de narrar la vida. Y al que le cala hondo, su existencia cambia para siempre: ya no se es el mismo después de gozar de sus entornos, de respirar tanta historia y tanta pureza, de impresionarse con sus puestas de sol y de convivir con sus habitantes.
Juan Pedro Martín Escolar-Noriega (Madrid, 1957), poeta, autor de relatos y crítico literario, y la fotógrafa Nuria Niño, con su primer libro publicado logran, con sus 35 prosas poéticas y con las 44 maravillosas fotografías, no solo un emocionante homenaje a Castilla, sino además un canto de amor a la poesía y a la literatura, en un libro de verdadero calado lírico.
Instantes en el silencio. Castilla infinita: El perfume inolvidable de Castilla
Juan Pedro se siente cómodo en este género, y se nota. Logra con su pluma de fino estilista un libro muy sensorial, consiguiendo que el lector perciba ese olor de Castilla, su aroma inolvidable. Y esto es todo un logro. Y consigue también que el lector comprenda la grandeza de un paisaje que, a pesar de su sobriedad y aparente dureza y frialdad, contiene una profundidad inolvidable e inconfundible, de una pureza increíble y bella hasta lo impensable.
Castilla es todo alma. Es auténtica, es verdad. Castilla es una estepa, una sabana que puede ser una experiencia espiritual. Es melancolía, es lejanía; Castilla parece sacada de un recuerdo. Es un órdago contra el horror vacui de otras latitudes. Son los restos de un naufragio. Es la Comala de Juan Rulfo, y es El llano en llamas. Es la ternura del polvo de sus caminos infinitos. Vacío sintiente y emocionante. Castilla se hizo para ser Literatura; es el triunfo de la poesía más esencial y origen de nuestra tradición. Porque Castilla es el origen de todo. Su viento susurra cientos de historias y nos habla de miles de personajes; solo hay que saber escuchar.
Todo esto intenta plasmarlo Juan Pedro en Instantes en el silencio. Castilla infinita, y sin duda, lo logra. Pero tampoco se olvida de hablar de sus gentes. De sus campesinos, de sus barreros, de sus segadores, de sus pastores; de sus almas recias, duras, templadas; de sus corazones reservados, pero llenos de fuerza, nobleza y bondad. Pero no solo se centra en la Castilla rural, también describe la Castilla urbana, y es otro de los aciertos de este cálido libro que el lector siente como una caricia.
Instantes en el silencio. Castilla infinita: un lugar que es una experiencia única
Están aquí también Antonio Machado, Azorín, Unamuno, el poema Castilla de Manuel Machado. Está también Fray Luis de León y Santa Teresa. Y Miguel Delibes. Además por sus textos y por sus bellas fotografías, el lector se encontrará con casas abandonadas en el campo que guardan alguna sorpresa; con estaciones de tren de las que ya no salen ninguna máquina; con ermitas románicas que son un canto a la belleza de la soledad, del silencio y de la sobriedad. Se topará con castillos, con iglesias, con harineras; se internará por eras de perfume maravilloso; y hasta con alguna barca varada…
Quizá Castilla sea un escenario poco atractivo para ciertas personas amantes del ruido, de otras tonalidades y del olor del salitre. Pero hay que invitar a los viajeros a que disfruten de sus puestas de sol en sus cielos inenarrables, para que saquen sus conclusiones.
Instantes en el silencio. Castilla infinita, libro intensamente lírico, describe y nos regala la esencia de un paisaje que es una experiencia mística, una iniciación espiritual. Una prueba de vida; y está ahí para disfrutarlo. Quien lo probó, lo sabe.