El cine ha tratado siempre a la míticos delincuentes y asesinos norteamericanos que fueron Bonnie y Clyde de una manera comprensiva, poniéndose de su lado en todos los largometrajes. Esta legendaria pareja, que campó a sus aires en los años treinta del pasado siglo robando y hasta asesinando a trece agentes de la autoridad, y que tenían el apoyo y el cariño del pueblo norteamericano porque los veían como unos nuevos Robin Hood, se convirtió en todo un suceso por aquellos años y también en un auténtico dolor de cabeza para las autoridades y para el gobierno ya que no eran capaces de detener sus fechorías. Parecía que aquella pareja tan peculiar a la que le gustaba el lujo, y también tan eficiente y despiadada que operaba y que se defendía a tiro limpio, y que avanzaba por el país con su coche de último modelo, estuviera por encima del bien y del mal y que nadie era capaz de pararles los pies.
Por eso, y ante esta situación tan alarmante, el gobierno encarga a dos reconocidos exRanger de Texas, Frank Hamer y Manny Gault, interpretados por Kevin Costner y Woody Harelson, la misión especial, y muy complicada, de acabar con ellos, porque desde las más altas esferas tenían el convencimiento de que ellos no les defraudarían.
Al principio no aceptarán la misión, porque viven retirados en el campo con sus familias y sin ganas de poner en peligro su actual tranquilidad. Pero finalmente se pondrán manos a la obra, y serán los que acaben, tras una complicada y peligrosa búsqueda, con estos dos delincuentes que tuvieron en jaque a las autoridades y que se convirtieron para el pueblo en auténticos iconos de libertad, venganza y de lucha contra la injusticia y el Poder.
Para entender esto último hay que entender el contexto. Corrían tiempos muy amargos para los ciudadanos, con la Gran Depresión del 29 y con un país arruinado y triste, en el que la gente pasaba penurias por culpa de un sistema financiero que se había olvidado de ellos y por un estado que no sabía (tampoco ahora sabe) manejar la situación. Por eso el pueblo, defraudado y enojado, empatiza con esta pareja. Tanto es así que eran adorados, y muchos echaron lágrimas al conocer la noticia de su muerte por parte de estos dos exRangers.
Emboscada Final: La historia se centra en los dos exRanger
Uno de los asuntos interesantes de esta nueva producción sobre las figuras de Bonnie y Clyde (y que distribuye la plataforma Netflix, y es allí donde solo se puede ver) reside en contar la historia de estos dos policías, de los que nadie antes había hablado, o que nadie antes en el cine les había dado un claro protagonismo, y que aquí se convierten en las figuras principales del film. Esto es interesante, como lo es también el nuevo enfoque que se da a esta pareja de delincuentes, presentándoles sin ninguna amabilidad ni comprensión, y mostrándoles como a dos crueles y violentos asesinos, sin ninguna conmiseración ni piedad, asunto que no se había hecho hasta ahora.
¿Y qué cosas más se pueden destacar de esta Emboscada Final? Lo cierto es que no mucho más. Porque con este material se podría haber conseguido una cinta con mayor profundidad y calado. En cambio, el espectador contempla una cinta rodada y narrada con solvencia y oficio, que se ve con agrado, y en la que los actores cumplen con su cometido, pero en la que no brilla ningún aspecto y que no deja mucho poso en el recuerdo del espectador.
El director John Lee Hancock parece que se ha especializado en biopics, en narrar sucesos reales;como aquel Al encuentro de Mr. Banks (2013) que contaba la difícil relación que tuvo el mismo Whalt Disney con la autora de Mary Poppins para que esta le cediera los derechos de su libro para adaptarlo al cine; o con aquella historia en la que se centraba en el creador de McDonald´s en El fundador (2016). Todas cintas interesantes, que se ven con placer, pero que no emocionan y que saben a poco.
Título original: The Highwaymen.
Producción estadounidense.
Director: John Lee Hancock
Actores: Kevin Costner, Woody Harrelson, Kathy Bates, Kim Dickens, Jane McNeill.
Guion: John Lee Hancock y John Fusco.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: John Schwartzman.