El Primer Hombre en la Luna (First Man), de Damien Chazelle, es un introspectivo relato sobre el astronauta Neil Armstrong y el viaje a la luna en el Apolo 11. Estelarizan Ryan Gosling y Claire Foy.

El universo es un misterio constante para el ser humano. Muestra de ello es la existencia de las disciplinas de la aeronáutica y aeroespacial que buscan investigarlo, emprendiendo la exploración espacial. La disciplina inició en el siglo XX por la Unión Soviética con el lanzamiento del satélite artificial Sputnik en 1957, erigiéndose como el país pionero en la materia, colocando al astronauta Yuri Gagarin como el primer hombre que viajó al espacio con la nave Vostok 1 en 1961.

Estados Unidos no se quedó atrás en el proceso, realizando sus primeras operaciones espaciales en el trasfondo de la Guerra Fría. El ambicioso proyecto de “enviar un hombre a la luna” sugerido por el ex presidente John F. Kennedy dio origen a numerosos experimentos en los sesenta para concretarlo, derivando en la exitosa culminación del viaje lunar en 1969.

“El Primer Hombre en la Luna” (First Man, 2018)” retrata al astronauta estadounidense Neil Armstrong en dicha etapa bajo una perspectiva psicológica con el dolor, la melancolía y la pérdida como los motores personales que lo impulsaron a emprender el viaje a la luna.

Trama de “El Primer Hombre en la Luna (First Man)”: Retrato íntimo de Neil Armstrong

El ingeniero aeroespacial y piloto Neil Armstrong (Ryan Gosling) realiza una exhaustiva preparación iniciada en 1961 para concretar el primer viaje espacial hacia la luna en 1969 con el programa Apolo, atravesando por un complicado proceso emocional en el que lo acompaña su esposa Jan (Claire Foy).

El primer Hombre en la Luna (2018) Depeliculatv Facebook

Crítica de “El Primer Hombre en la Luna (First Man): Sobria aventura espacial

Después del retrato de la agridulce búsqueda por cumplir el sueño artístico en Hollywood en “La La Land” (2016) y de representar la dificultad en alcanzar la perfección musical en “Whiplash” (2014), el realizador Damien Chazelle muestra en “El Primer Hombre en la Luna (First Man)” una perspectiva apegada al drama en la que el dolor y la muerte se encargan de definir la personalidad de Neil Armstrong.

El relato ahonda en la psique del astronauta y los sucesos y decisiones entre 1961 y 1969 que lo llevaron a convertirse en el comandante del Apolo 11, hombre marcado por la pérdida prematura de su hija, apasionado por la posibilidad de viajar en el espacio y guardando una personalidad introspectiva que define la naturaleza de sus interacciones laborales y familiares. Armstrong reserva para sí mismo sus reacciones ante la tragedia, catalizador en el impulso personal que lo lleva a profundizar en todo lo relacionado al ámbito laboral y al estudio constante del proyecto espacial, llevándolo a tomar una distancia emocional de sus hijos y de Jan (una notable Claire Foy).

Chazelle acompaña al pedazo psicológico de su protagonista con sus característicos guiños musicales con el score de Justin Hurwitz, realzando una ensoñación por concretar el viaje espacial, representando por medio de la constante presencia de las fases lunares al estado anímico tanto del astronauta como del progreso del proyecto, además de adoptar el estilo documental que rescata los pormenores técnicos para enfatizar la rispidez de la competencia espacial contra la Unión Soviética en la Guerra Fría. La pericia técnica recrea la constricción psicológica por medio de la fotografía de Linus Sandgren con espacios minimalistas en el estudio y los interiores de la nave que resaltan la introspección personal, la incertidumbre y los contados momentos luminosos representados por el recuerdo familiar.

A su vez, muchos de los personajes tienen un desarrollo en los que se aprecia la dificultad que atraviesan por las labores en el entorno espacial y sus impresiones al respecto, como la confidencia de Ed White (Jason Clarke) con el protagonista y sus impresiones sobre la misión del Apolo 1. Jan se mantiene como una esposa que no sólo es la encargada del hogar, sino también es la fortaleza del hogar, llevándola a indagar hacia el hermetismo de la NASA sobre el bienestar de su marido e instando a Armstrong a salir del ensimismamiento para compartir un poco con sus hijos sobre la misión trascendente a la luna.

Si bien el guion de Josh Singer, basado en “First Man: The Life of Neil A. Armstrong” del historiador James R. Hansen, busca agregar profundidad en diferentes ángulos del suceso como en el aspecto social estadounidense (el rechazo ciudadano por un excesivo gasto gubernamental) y en la cuestión política sobre la viabilidad del proyecto (la participación de Armstrong en una reunión gubernamental para calmar el escepticismo en torno a la misión), su ritmo se convierte irregular por abarcar demasiado en el desarrollo de los personajes, descuidando a la propia historia en sí, la cual logra destacar hasta sus últimos minutos en la cúspide del viaje a la luna.

“El Primer Hombre en la Luna (First Man)” es un propositivo retrato a la intimidad de una prominente figura en la historia de la era aeroespacial, deslindándose de la habitualidad de la aventura del género, acompañado de virtudes personales de Armstrong como la calma ante el peligro y el ensimismamiento provocado por el dolor de la pérdida, pero con un marcado letargo en su representación y descuidando el desenvolvimiento de una importante historia de la humanidad en pos de la psicología de sus participantes.