“Dunkerque”, del realizador Christopher Nolan, es un intenso y tortuoso periplo de sobrevivencia de hombres que buscan huir de los estragos de la guerra. Estelarizan Tom Hardy, Mark Rylance y Harry Styles.

Las guerras marcan el destino de los individuos que las atestiguan, de los países que representan y de aquellos que se ven obligados a combatir en sus terrenos por un sentido de patriotismo. A lo largo de la historia de la humanidad, la suscitación de diversos episodios bélicos ha provocado una inspiración artística para condenar su uso y retratar las adversidades físicas y mentales enfrentadas en los campos de batalla, esperando la finalización de las disputas de poder.

El estrago de los conflictos bélicos es uno de los temas favoritos de la cinematografía mundial, muchas veces aproximando un mensaje que retrata el lado violento del ser humano y la importancia de la unidad en tiempos difíciles. “Dunkerque” (Dunkirk, 2017) no es una de las excepciones en el género, agregando la necesidad instintiva del ser humano de huir de las fauces del peligro y la muerte.

Trama de “Dunkerque”: Una importante batalla en Francia

En 1940, en la ciudad francesa de Dunkerque, después de la invasión a Francia por parte de la Alemania Nazi en aras de la Segunda Guerra Mundial, militares de la Alianza buscan evacuar a sus tropas a Inglaterra tras verse rodeados por el ejército alemán. Entre los involucrados se encuentran el piloto Farrier (Tom Hardy), voluntarios civiles como Dawson (Mark Rylance) y los jóvenes soldados Tommy (Fionn Whitehead), Alex (Harry Styles) y Gibson (Aneurin Barnard).

Dunkerque (2017) Depeliculatv Facebook

Crítica de “Dunkerque”: Tensa y dinámica recreación de un episodio histórico

Tomando como base la “Operación Dinamo”, el realizador Christopher Nolan ofrece una perspectiva bélica que se aleja de los derroches patrióticos y la crítica social para resaltar la búsqueda de la supervivencia humana en territorio hostil. Después de encontrar la irregularidad en el ambicioso viaje espacial que pone a prueba la fuerza del vínculo familiar en “Interestelar” (Interstellar, 2014), Nolan ubica al relato de su propia autoría en tres cronologías narrativas, cada una distinta en duración e intercaladas entre sí, sin demeritarse una ante otra, otorgando un alto nivel de suspenso enraizado en el entorno.

Distanciándose del precepto espiritual de “La Delgada Línea Roja” (The Thin Red Line, 1998) de Terrence Malick y de la violencia de “Rescatando al Soldado Ryan” (Saving Private Ryan, 1998) de Steven Spielberg, la trama opta por sumergirse en la inquietud provocada por el miedo y la incertidumbre. Sin importar la tierra, el mar y el aire en el que se desenvuelven los ataques, reflejan el caos colectivo, las secuelas psicológicas provocadas por el conflicto y los espacios convertidos en envolventes amenazas, resaltado por el score de Hans Zimmer, hábil en evocar la presión del paso del tiempo sobre la vida de los combatientes.

La sobria fotografía de Hoyte Van Hoytema y el dinamismo de las secuencias presentadas en la variabilidad de escenarios exaltan la complejidad que enfrenta el piloto para derribar en el cielo al amenazante enemigo, la del soldado para huir a pie de la tropa enemiga y la del cadete que teme a perecer ahogado por el hundimiento de un navío, así como la aflicción de los hombres y sus breves momentos de calma.

Recurriendo a la escasa presencia de diálogos y a la ausencia de la simbología nazi (infiriéndose la presencia del enemigo con sonidos, aviones a la distancia y sombras), la debilidad humana se refleja en las expresiones corporales y en las reacciones ante el peligro que implica la posibilidad de una muerte violenta, todo ello entreviéndose en personajes que, en vez de buscar el honor y la gloria heroica, añoran huir de los horrores de la guerra y rescatar sus almas para regresar a la simplicidad del hogar.

Inmersiva gracias a una constante tensión basada en la lucha a contrarreloj por el cumplimiento del deber y de la búsqueda de sobrevivencia, “Dunkerque” recurre a la potencia de su recurso visual para acompañar a la sencillez de la narrativa, recreando, con solidez, la angustia provocada por la amenaza de muerte y el deseo humano por socorrer cuando la ocasión lo amerita.