
Intérpretes de El Bosque de los suicidios: Natalie Dormer, Taylor Kinney, Yukiyoshi Ozama.
Guión original de Nick Antesca, Sarah Cornwell, David S. Goyer y Ben Ketai.
Duración: 93 minutos.
La idea de hacer una película de terror ambientada en el famoso bosque Aokigahara, a los pies del monte Fuji, en Japón, es una estupenda elección llena de posibilidades. En este célebre bosque que existe realmente, las personas se internan para quitarse la vida. Con este material la imaginación puede crear una buena historia que interese y que aterre a los espectadores amantes de los géneros del terror y del suspense, sin duda. (Hay que recordar que este bosque es el tercer lugar del mundo donde más suicidios se producen. Los primeros son el Golden Gate de San Francisco y el Puente sobre el río Yangtze de Nanjing, en China).
La película de Jason Zada cuenta la historia de Sara, una atractiva y valiente joven norteamericana que viaja a Japón en busca de su hermana gemela, ya que las autoridades de ese país creen que se ha suicidado internándose en el famoso e inquietante bosque. Sara tiene el pálpito de que su hermana está viva y de que necesita su ayuda -los hermanos gemelos tienen esa supuesta conexión invisible tan potente-, y para ello se internará en este bosque tan especial y tenebroso para rescatarla.
El bosque de los suicidas: Terror japonés
En favor de la película hay que decir que atrapa, que interesa, desde el inicio hasta el final. Esto ya es un valor. Pero también hay que apuntar sus fallos, como el de tener en el desenlace zonas confusas de guión que no acaban de entenderse, o que no provoque verdadera inquietud, ya que se ha apostado por un argumento demasiado tópico que resulta simplón.
De todas formas, la cinta, que bebe en fuentes del último cine de terror nipón, se deja ver, aunque se ha perdido una buena oportunidad para hacer una mejor cinta con este tema tan impactante y enigmático.