Tanto la periodicidad del riego como los abonos utilizados y una buena técnica en el cultivo son los pilares básicos para el desarrollo idóneo de un huerto urbano.
Cuando se proceda al riego es fundamental que el sustrato quede bien empapado, aunque bien es cierto que la humedad en exceso no es conveniente porque puede pudrir la planta. Y la periodicidad del mismo depende fundamentalmente de la época del año en la que nos encontremos y de si esta plantada en tierra o recipiente.
Por regla general en verano es necesario el riego diario en recipiente, mientras que en días alternos si es en tierra. En primavera y otoño, según el calor que haga, debe mermar el riego; mientras que en el inverno con 3 veces a la semana debería ser más que suficiente.
Y en cuanto a cual sistema es mejor si el riego manual o el automático, ninguno de ambos prevalece sobre el otro. Es más práctico el riego automático por goteo porque de esa manera no se debe estar constantemente pendiente, pero si no se tiene problema el manual consigue los mismos objetivos que el riego por goteo.
El abono y la siembra en un huerto urbano
Las hortalizas que plantamos en nuestro huerto urbano necesitan del abono para su crecimiento. Nutrientes que fortalezcan su desarrollo y, por ende, la recolección de sus frutos.
El compost o materia orgánica es el más natural de todos; pero no debemos olvidar que los excrementos de aves y animales marinos, las algas marinas ricas en minerales, oligoelementos y vitaminas, las cenizas de materia orgánica para regular el ph de la tierra, los posos de café ricos en nitrógeno, fósforo o potasio, las cáscaras de huevo o plátano o composta de té para incrementear, los niveles de microorganismos y la comida de perros y gatos ricos en proteinas son otros elementos que ayudan al abono del huerto y la proliferación en él de los nutrientes necesarios.
Y, por último, en cuanto a la siembra además de la humedad para germinar, se debe profundizar entre 1 y 2 veces el tamaño de la semilla. E importante, poner mas de una semilla para disipar la posibilidad de que falle una de ellas.