Transparentes como si fueran de cristal, tienen su propia forma de hablar, así que se les entiende a la perfección. Analizamos cómo entender el lenguaje de los gatos.
Tienen fama de independientes, algo huraños, distantes y poco comunicativos. Pero quienes tienen uno como mascota saben que no es verdad. En realidad son bastante expresivos, si se lleva algún tiempo conviviendo con ellos se puede saber en todo momento cómo se sienten. A veces parece que nos están hablando, pues entendemos perfectamente lo que tratan de transmitir.
Aunque no utilizan palabras (que se sepa), son capaces de mantener una conversación mediante ruidos y posiciones de las partes de su cuerpo. Si se va a adoptar uno, conviene conocer cómo entender el lenguaje de los gatos.
Cómo entender el lenguaje de los gatos: sonidos
Como ocurre con el verbo “pitufar”, “miau” no siempre significa lo mismo. Curiosamente, los gatos no utilizan ese sonido para comunicarse con otros miembros de su especie, sino casi siempre para dirigirse a los humanos. Parece que hayan logrado conectar con el medio de expresión que más utilizamos, el lenguaje oral, lo que supone una de las más importantes razones para tener uno de estos animales. Por tanto, conviene poner atención a los maullidos, porque significan que quieren decirnos algo o pedirnos alguna cosa.
La pista más importante es el tono. Grave quiere decir que se muestran amenazantes o se quejan de algo. Por contra, cuando es agudo, piden protección. Sólo tras escucharles muchas veces podremos distinguir el significado de cada maullido. Cada gato utilizará uno diferente, para pedir comida, juguetes, caricias, etc.
También suelen ronronear a menudo, lo que casi siempre se asocia a que se sienten felices y a gusto. A veces lo hacen para consolarse porque se sienten enfermos. Cuando están a la defensiva o tienen miedo utilizan los bufidos, por ejemplo si aparece en casa alguna persona extraña que no les inspire confianza.
Por contra, no es nada habitual que jadeen. Sólo lo hacen como muestra de ansiedad, o excitación, y a veces por el cambio de tiempo. Atención, porque si el jadeo es excesivo se le debería llevar al veterinario, ya que puede ser un síntoma de alguna enfermedad preocupante. A veces podrían gorjear, para señalar un momento especial, como que han descubierto un pájaro o un lugar atractivo, e incluso aullar, sobre todo si están en una situación de emergencia.
Lenguaje corporal de los gatos
Por lo demás, los gatos transmiten mensajes a través de gestos y lenguaje corporal. Cuando no les gusta que alguien toque una parte de su cuerpo, siempre se la lamen. Atención porque si se persiste en el empeño nos llegarán a morder, lo que viene a decir que no quieren nada con nosotros.
Con la cabeza pueden expresar todo lo contrario, que desean que se les acaricie o se les haga caso, cuando la estiran hacia delante. Si la agachan será un signo de sumisión. Los ojos muy abiertos indican curiosidad, pero las pupilas dilatadas son síntoma de miedo. Las orejas también dicen cosas: aplanadas hacia el costado, expresa que sienten algún peligro o que se están peleando. Con los bigotes extendidos, el gato está feliz, pero si los pone hacia atrás a lo largo de las mejillas podría estar enfermo.
La cola quizás sea el elemento más importante para la comunicación de un gato, ya que según esté colocada expresa una enorme variedad de emociones. Básicamente, si la tiene en vertical se encuentra alegre. Si la lleva entre las patas estará hastiado e irritable. La coloca recta con la punta en un constado cuando siente curiosidad por algo. También se tiene que tener en cuenta la velocidad a la que la mueve. Si lo hace de forma suave y lenta estará concentrado en algo o quiere que le dediquemos tiempo para jugar. La rapidez indicará que está nervioso y agresivo.