Uno de los aromas más característicos cuando comienza el frío es el olor a castañas asadas. Este fruto seco, tan nutritivo como saludable, ayuda a reducir el apetito, corrige el estreñimiento, aporta energía a largo plazo y apenas contiene grasas.Descubre la mejor forma de consumirlas para que resulten más digestivas y las posibilidades culinarias que ofrece este alimento propio de los meses de invierno.
Un alimento con múltiples propiedades
Se trata del fruto seco con menos calorías debido a su alto contenido en hidratos pero bajo aporte en grasas. Esta es la razón por la que resulta muy ligero y, a la vez, es una fuente de energía.
Otro aspecto a tener en cuenta es que las castañas mantienen los niveles de azúcar equilibrados y ayudan a calmar la sensación de hambre, especialmente si se comen crudas, entre horas o incluidas dentro del plato principal.
Además, combaten el estreñimiento gracias a su concentración en fibra y mejoran las hemorroides. Al estimular la circulación sanguínea, mejoran el estado de las venas y previenen la formación de coágulos.
Resultan igualmente beneficiosas para regular la presión arterial por la dosis de potasio que aportan y contribuyen a mejorar el insomnio, gracias al triptófano, un aminoácido que relaja y predispone al sueño.
¿Mejor crudas o asadas?
Con el fin de facilitar la digestión, la manera más recomendable de tomarlas es asadas o hervidas, además así resultan más fáciles de pelar y son menos flatulentas. Sin embargo, crudas consiguen ser más saciantes, aportan energía más duradera y se aprovecha mejor su contenido en ácido fólico, un elemento imprescindible en la dieta de mujeres embarazadas y de personas con problemas cardiovasculares. En este último caso, es aconsejable masticarlas bien para mejorar el proceso digestivo.
Antes de adquirirlas, comprueba que tienen una consistencia dura y el aspecto de su piel es de color pardo brillante.
Opciones en la cocina
Aunque la forma más común de consumirlas es crudas o asadas, este alimento ofrece un sinfín de posibilidades con recetas para todos los gustos. Hervidas pueden forma parte de purés y caldos, al igual que molidas resultan un ingrediente fundamental en el relleno de carnes de ave y de caza. Con ellas, también se preparan deliciosos postres, como las castañas a la crema y el marrón glacé.
Uno de los platos más populares es la sopa dulce de castañas con leche. Toma nota de cómo puedes prepararla.
Ingredientes (para 4 personas): 1 kg de castañas, 1 litro de leche, hinojo, un poco de azúcar y sal.
Elaboración: se quitan las cáscaras y se ponen a hervir para poder pelarlas. Una vez peladas, se cuecen de nuevo en agua caliente con un poco de sal e hinojo. A media cocción, se retiran de la cazuela, se escurren bien y se dejan enfriar. Se pone la leche a hervir y cuando esté caliente, se añaden las castañas y se cuecen hasta que estén tiernas, pero sin que lleguen a deshacerse. Finalmente, se espolvorean con azúcar y se sirven.