Para su correcto funcionamiento el organismo requiere de muy bajas dosis de vitamina B12, pero su deficiencia puede acarrearnos fatales consecuencias. Además de cumplir una función primordial en la creación de células sanguíneas, esta vitamina protege al organismo de trastornos físicos y psicológicos.

El término B12 agrupa a una serie de sustancias relacionadas llamadas cobalaminas, que incluyen la hidroxocobalamina, adenosilcobalamina, metilcobalamina y cyanocobalamina. Se trata de compuestos orgánicos hidrosolubles que contienen un átomo de cobalto por cada tres de fósforo, esenciales para el crecimiento y la formacón de las células sanguíneas, aunque no todas tienen una presencia activa en el organismo.

Las cobalaminas son esenciales para que se produzca la división celular, la formación de la mielina de los nervios, el metabolismo de los aminoácidos y el crecimiento. De ahí la importancia de mantener sus niveles en los parámetros idóneos, que para un adulto se sitúan las necesidades diarias de esta vitamina en 2 mcg, y para los niños en 1 mcg.

 

Vitamina B12

El término B12 agrupa a una serie de sustancias relacionadas llamadas cobalaminas.

 

El difícil camino de las cobalaminas

La vitamina B12 llega al organismo a través de los alimentos y de la síntesis realizada por ciertas bacterias como el Streptomyces Griseus, que se haya en el interior del intestino. Es lo que se conoce como flora intestinal. Para que pueda producirse esta absorción, es necesario que exista una mucoproteína segregada por el estómago conocida como Factor Intrínseco de Castle, una sustancia indispensable para que la vitamina B12 no sea consumida por la acción bacteriana y pueda ser aprovechada por el organismo. Una vez absorbida por la mucosa intestinal, la vitamina B12 pasa al torrente sanguíneo donde es transportada al hígado, siendo allí almacenada en una elevada proporción. El resto se destina a la médula ósea, los riñones, los músculos, entre otros.

 

La falta de la vitamina B12 en el organismo

Nuestro organismo cuenta con depósitos de B12 en las vísceras, sobre todo en el hígado, que pueden durar hasta dos o tres años. Esto significa que aunque una persona comience a tener hábitos poco saludables de alimentación y descuide la ingesta de alimentos que le proporcionen B12, no notará la carencia hasta una vez pasado ese tiempo. No obstante, la falta de B12 sí puede convertirse en un problema serio en edades maduras. A partir de los 60 años la mucosa intestinal puede comenzar a perder su capacidad de absorción y dar lugar a la denominada anemia megaloblástica, un tipo de anemia perniciosa que se caracteriza por presentar glóbulos grandes e inmaduros. Los síntomas de este tipo de anemia son muy claros:

  • Palidez en el rostro y decoloración de las mucosas y tegumentos
  • Fatiga
  • Dolores de cabeza
  • Vértigos
  • Parálisis
  • Hemorragias seguidas de perturbaciones digestivas y cardiovasculares importantes

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Los análisis rutinarios no detectan la falta de B12

Además, antes de que se manifieste esta anemia, la falta de vitamina B12 puede ocasionar trastornos en el sistema nervioso, problemas psicológicos como la depresión, falta de sensibilidad en la piel, problemas en el sistema motriz, dermatitis, entre otros problemas de salud. En algunos casos, si no se trata a tiempo el problema, las lesiones que puedan llegar a producirse en el sistema nervioso pueden ser irreversibles.

 

B12, síntomas de su déficit

Los análisis de sangre rutinarios no detenctan la deficiencia de B12

El problema reside en que los análisis de sangre de cobalamina no distinguen la auténtica vitamina activa de las sustancias análogas inactivas. En los análisis rutinarios no se menciona la concentración de B12 en la sangre. Y en caso de que el médico nos pida este resultado de forma explícita, los valores pueden ser confusos ya que aunque los datos de la concentración de esta vitamina en sangre sean los adecuados, el sistema nervioso puede estar carente de B12.

El único indicativo de la carencia de esta vitamina en el organismo es el aumento de ácido metilmalónico y de homocistína en la sangre y orina. Unas pruebas que no suelen pedirse y que en general resultan caras.

 

Tratamiento por deficiencia de B12

Los problemas asociados a la falta en el organismo de B12 suelen estar relacionados con su incapacidad de absorción o con una dieta deficiente. En el primer caso, hay que tener en cuenta que situaciones como operaciones de estómago o intestino, trastornos gastrointestinales, parásitos intestinales, una mala combinación de alimentos, problemas hepáticos o renales, el consumo de alcohol, de tabaco y de ciertos fármacos pueden impedir una buena asimilación de la vitamina B12.

Cuando el problema es la deficiente absorción de B12 por el organismo, las soluciones suelen recurrir a la vía oral, ya que esta vitamina se absorbe mejor vía sublingual que intestinal, o mediante inyecciones de metilcobalamina. Pueden administarse de 4 a 5 mcg, aunque algunos pacientes necesitan cantidades muchísimo más elevadas para recuperarse (existen comprimidos en el mercado de 100 mcg, 500 mcg y de 1 mg).

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 Síntomas de la falta de B12

Los síntomas más comunes por deficiencia de B12 son los siguientes:

  • Sensación de picazón u hormigueo en el borde o la punta de la lengua.
  • Las manchas blancas en la piel son uno de los síntomas más comunes de deficiencia de vitamina B12.
  • Las úlceras a lo largo del borde de la boca.
  • El dolor por debajo del dedo anular
  • Si usted tiene palpitaciones, incluso después de caminar unos pasos, pero no hay dolor en el pecho se observa, puede ser debido a la deficiencia de vitamina B12.
  • Espasmos en los ojos.
  • Sensación de cosquilleo en la parte posterior de los muslos, comenzando en la zona de las caderas.
  • Pérdidas de memoria, en deficiencias serias de esta vitamina.
  • Migrañas.
  • La fatiga es el síntoma más común de todos los nombrados en esta lista.
  • Problemas digestivos.
  • Daños neurológicos.

 

Síntomas de la falta de B12

Los síntomas de la falta de B12 son variados y repercuten gravemente en la salud

 

La B12 y la polémica del vegetarianismo

Si el problema es la dieta alimentaria, la solución obvia es el cambio de alimentación. A este respecto existe una gran polémica referida a las dietas vegetarianas y veganas, ya que las principales fuentes de vitamina B12 activas se encuentran básicamente en los tejidos animales, los huevos y en los productos lácteos, todos de origen animal. De ahí que sea aconsejable que  las personas vegetarianas y veganas consideren tomar suplementos de vitamina B12 para evitar los signos de deficiencia de esta vitamina. De todas formas, para los que no son vegetarianos, también es necesario tener en cuenta que un acto tan cotidiano como hervir la leche, puede destruir todo rastro de B12.

 

Vitamina B12

La vitamina B12 solo se encuentra en alimentos de origen animal: carnes, pescados, huevos y lácteos.

 

Durante muchos años se ha creído que algunas algas (espirulina, nori, arame, wasake, kombu) o alimentos como el tempeh, la alfalfa, las espinacas, las nueces, las legumbres, o alimentos fermentados derivados de la soja como el tamari o el miso eran ricos en B12. Pero las investigaciones de estos últimos años han derrumbado todas estas creencias, al concluir que lo que poseen estos alimentos son análogos de la vitamina o moléculas semejantes inactivas que el organismo no utiliza.

La forma más segura de obtener las cantidades necesarias de B12 para las personas que no comen carne ni pescado, o que tienen problemas de absorción de esta vitamina, es el consumo de alimentos enriquecidos con esta vitamina o la toma de suplementos de B12.

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