Las baterías electrónicas permiten poder aprender a tocar este instrumento musical en nuestra propia casa y sin molestar a los vecinos, lo que las convierte en ideales para aprender e introducir a los niños en la música.
La batería es uno de los instrumentos musicales más populares por su ritmo y porque, todo sea dicho, aporrear los tambores resulta bastante divertido y desestresante, además de ser un gran ejercicio de brazos. Sin embargo, presenta varios problemas que nos impiden disfrutarla en nuestro tiempo libre. El principal es el enorme ruido que generan, pero también que su tamaño hace casi imposible tener una en un apartamento normal. Por ello, las baterías electrónicas suponen una alternativa muy atractiva si queremos tener una batería en nuestra casa.
Modelos de baterías electrónicas
Básicamente, existen dos tipos de baterías electrónicas: aquellas en las que los pads (los tambores) están integrados en una plataforma única y aquella en las que los pads están dispuestos como en las baterías tradicionales.
Las primeras, como el modelo DD-150, la DD-305 o la Yamaha DD65 son ideales para aprender y para disfrutarlas en espacios más reducidos, mientras que modelos como la DD-400 son más fieles a la hora de reproducir la verdadera sensación de estar tocando una batería y suelen ser mejores, aunque también salen más caras y ocupan más espacio.
Ventajas de las baterías electrónicas frente a las convencionales
Las baterías electrónicas evitan gran parte de los inconvenientes de las acústicas. Para empezar, cuentan con un modulador de sonido y una salida de audio que nos permite conectar unos auriculares, por lo que las molestias a los vecinos (incluso sin cascos) serán mucho menores que si usáramos un instrumento tradicional.
También sus dimensiones se ajustan mejor a nuestras viviendas, sobre todo en el caso de las baterías electrónicas más compactas. Su tamaño es menor que el de una vitrocerámica facilita que pueda usarse en cualquier habitación de la casa. Ni siquiera es necesario que haya una toma de corriente, pues pueden funcionar con pilas. Además, su peso de apenas 5 kilos, permite que se pueda mover sin problemas y guardarla una vez termines.
El precio suele ser algo más reducido que el de una batería acústica de una categoría similar. Así, un modelo básico como la mencionada DD-150 cuesta sólo 109€, lo que supone cierto ahorro frente a los 150€ de una batería de aprendizaje tradicional.
Facilitan el aprendizaje ya que disponen multitud de canciones de todos los estilos sobre las que podemos tocar, variando el ritmo según nuestro nivel. Además cuentan con metrónomo visual para ayudarnos a llevar el ritmo.
La mayoría de modelos, incluso cuentan con puerto USB para que podamos usar nuestros temas favoritos.
Se puede cambiar el sonido de los pads, permitiéndonos usar diferentes instrumentos de percusión como los bongos.
Presentan función de grabación, con lo que podremos guardar nuestras sesiones para oírlas más tarde o crear bases sobre las que tocar.
Desventajas de las baterías electrónicas
Obviamente, estos instrumentos tienen algunas desventajas si se las compara con las acústicas como son la baja sensibilidad de los pads (que obliga a golpear más fuerte que en los tambores tradicionales), la dificultad en el uso de los pedales (que no siempre responden como se espera), el tamaño reducido de los pads o una menor calidad acústica.
También hay que señalar que no son completamente silenciosas, pues las baquetas hacen un poco de ruido al golpear con los pads, que la disposición de los modelos más compactos no es la misma que el de las baterías tradicionales y que consumen electricidad (o pilas).
Aún así, por el escaso espacio que ocupan y la posibilidad de usar auriculares, las baterías electrónicas suponen la mejor forma de aprender a tocar y poder disfrutar de este hobbie en casa sin molestar a nadie más. Además, su facilidad de uso las hace ideales para introducir a los niños en la música. Si quieres hacerte con una, estos son algunos de los modelos disponibles en Amazon: