“La Tortuga Roja”, filme animado coproducido por Studio Ghibi, es un poético, detallado y enaltecedor mensaje sobre la naturaleza y el hombre.

Desde la Antigüedad, los seres humanos mantienen una relación de subsistencia con la naturaleza, aprendiendo a sacar provecho de sus recursos en su supervivencia. No obstante, ante el paulatino avance y sofisticación en el uso de tecnología con el transcurso de los siglos, la ambición del hombre por la riqueza y el sentido de supremacía lo han llevado a olvidar que su subsistencia depende del estado en el que se encuentre la Tierra.

En su trayectoria, Studio Ghibli ha contado en su catálogo filmes que reflexionan en torno a la importancia del medio ambiente para la subsistencia del hombre, representada en “Nausicaä del Valle del Viento” (Kaze no Tani no Naushika, 1984) y “La Princesa Mononoke” (Mononoke Hime, 1997). No obstante, la casa de animación suspendió desde 2014 la producción de filmes de su autoría, siendo sus dos últimos trabajos “La Leyenda de la Princesa Kaguya” (Kaguya Hime no Monogatari, 2013) y “El Recuerdo de Marnie” (Omoide no Marnie, 2014).

A pesar de su retiro temporal, el estudio ha proseguido en su labor de encontrar propuestas cinematográficas que correspondan a las temáticas vistas en sus obras previas. “La Tortuga Roja” (La Tortue Rouge, 2016), cinta de animación coproducida por Studio Ghibli y los estudios Wild Bunch y Why Not Productions, retoma el vínculo inquebrantable entre el humano y la naturaleza, explorando también los pormenores sobre el ciclo de la vida humana.

Trama de “La Tortuga Roja”: El hombre y el vínculo con el entorno

Después de sobrevivir a un turbulento naufragio, un joven marino queda varado en una solitaria isla. Tras varios intentos fallidos por escapar del lugar y encontrar una salvación, conoce a una misteriosa tortuga roja que cambiará su destino.

Crítica de “La Tortuga Roja”: Un poema a la vida y a la naturaleza coproducida por Studio Ghibli

La Tortuga Roja knightofleo tumblr

La ópera prima del realizador Michael Dudok de Wit recurre a una estética impresionista en su animación que revoca a la usanza de Studio Ghibli, conjugado también con el estilo contemplativo de “Father and Daughter” (2000), corto del propio holandés, ganador del Óscar a Cortometraje Animado en 2001.

Los detalles en la confección del escenario en el que se desenvuelve el relato, desde la playa, la zona pastizal, las palmeras y el misterio del mar hasta los confines que conforman a la isla exaltan a la naturaleza como el eje principal para representar la importancia de su vínculo con el hombre.

La narración silente, en combinación con el sonido de elementos naturales que conforman la fauna de la isla, resaltan también el estado anímico del marino al percatarse de manera paulatina de la posibilidad de quedar varado en el lugar. A su vez, la carga de contemplación visual logra profundizar en las etapas existenciales del marinero, reforzando la emotividad a través de gestos, acciones y en los sucesos ocurridos en la isla a través de pequeños detalles como el cauce del agua, las olas, las tormentas y el viento que sacude el pasto y las palmeras.

El recurso onírico permite resaltar la belleza que guarda la naturaleza, inapreciable en muchas ocasiones para el hombre, y representa también un pequeño confort para aligerar la pesadumbre del protagonista ante un entorno aislado de la civilización, entretejiendo también tintes fantásticos que resaltan la ambivalencia de la vida y la muerte.

La súbita aparición de una mujer tras el fallecimiento de la criatura del título representa el inevitable ciclo de la vida, específicamente la unión humana, mostrando el aprendizaje existencial conformado por la aceptación de su recorrido natural, con el nacimiento y atestiguamiento del hijo que crece en un entorno natural, así como la partida representativa de la madurez, guiando paulatinamente hacia los últimos días existenciales evidenciados por la vejez.

Como resultado, “La Tortuga Roja”, nominada al Óscar 2017 a Mejor Película Animada, es una destacada reflexión poética, con delicadeza visual que ahonda en el proceso del vivir, la importancia del respeto hacia los integrantes de la naturaleza y de la aceptación del destino individual.