Intérpretes: Ethan Hawke, Emma Watson, Aaron Ashmore.
Música: Roque Baños.
Producción Hispano-canadiense.
Duración: 106 minutos.
La película se centra en unos hechos reales de supuestos ritos diabólicos y terribles realizados por unas presuntas sectas satánicas a principios de los años 90 en Minnesota, Estados Unidos. Supuestos porque nunca se pudo demostrar que realmente los llevaran a cabo, y quedaron como una incógnita y un asunto oscuro en la reciente historia de los sucesos del país norteamericano. Amenábar ha querido hablar de ello en su sexta cinta.
Del cineasta español -nunca hay que dejar de recordar que es el director de esa maravilla inolvidable que es Los Otros– siempre se esperan con ganas sus nuevas obras porque es sinónimo de talento y verdadero espectáculo cinematográfico, porque casi siempre salen de sus manos cintas que no dejan indiferentes a los espectadores.
El pequeño Orson Welles del cine español, como así se le denominó en 1996 porque con tan solo 23 añitos estrenó su primer largo Tesis, una obra llena de suspense y sabiduría que dejó a toda la crítica y a los espectadores boquiabiertos, se decanta una vez más en Regresión -después de darnos toda una lección de historia y del desarrollo de nuestra civilización en su anterior filme Ágora-, por el misterio, por la intriga, teniendo como fin el de hacer un cine totalmente orientado al espectador, para agarrarle de las solapas y no soltarle.
Por todo esto, el espectador se sienta en la butaca muy esperanzado por ver la nueva obra de este cineasta reconocido mundialmente, al que no le es difícil conseguir dinero para sus proyectos, y que es poseedor de un Óscar a la mejor cinta de habla no inglesa por Mar Adentro. Amenábar escribe un thriller en el que el detective, Bruce Kenner (Ethan Hawke), investiga el posible caso de un padre alcohólico que ha abusado de su propia hija. Por iniciativa de un psiquiatra, utilizarán la hipnosis para intentar encontrar la verdad, y a raíz de ello descubrirán otros asuntos muy turbios relacionados con una secta satánica.
Regresión: se hecha de menos el pulso cinematográfico de Amenábar.
Pero lo que le ocurre esta vez al espectador es que no sale satisfecho de la sala. No es el gran Amenábar que se esperaba. Su nuevo filme está por debajo de lo que puede dar este director. A Regresión le falta verdadero interés, la película no consigue levantar el vuelo en ningún momento, carece de fuerza, no acaba de funcionar. Como no funciona tampoco el recurso de la hipnosis dentro de la trama, a esta práctica psicológica no es capaz de darle el director una visión original o que resulte interesante, y acaba siendo demasiado tópica.
Lo mejor que se puede decir de Regresión es que está técnicamente bien hecha y que los actores cumplen. Es una obra menor en su filmografía. Debería haber potenciado mucho más las posibilidades de esta historia basada en hechos reales. Así ha quedado un filme insulso, con un guión mejorable, en el que el director no ha conseguido crear la magia y el espectáculo que le han hecho convertirse en uno de los cineastas preferidos de millones de espectadores, y ser un referente del cine español.