Crítica de “Mad Max: Furia en la carretera”.

Intérpretes: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicolas Hoult.

Coproducción Australia-EEUU.

Duración: 120 minutos.

Fiel a su inquietante obsesión por los remakes de cintas de éxito de hace unos años, Hollywood vuelve a la carga con una nueva versión de una saga apocalíptica, de ciencia-ficción, posnuclear, que protagonizara Mel Gibson entre 1979 y 1985, y cuyo éxito de taquilla de la primera de ellas –“Mad Max: salvajes de autopista”- propició dos cintas más, “Mad Max 2: El guerrero de la carretera” en 1981 y “Mad Max 3: Más allá de la cúpula del trueno” en 1985- en la que la calidad y el interés iban decayendo al mismo tiempo que el público iba llenando cada vez más las salas. Aquella primera “Mad Max: salvajes de autopista” resultaba entretenida sin ser una gran cinta, que ofrecía lo que prometía, que contaba la historia de Max Rockatansky, un policía que siempre estaba acompañado de su perro y que se encargaba de vigilar una autopista, y que intentaba sobrevivir en un mundo desértico y de pesadilla devastado por una guerra nuclear, en donde la lucha por la escasa gasolina que queda hacía de la vida una durísima batalla con otros supervivientes que viven en la sordidez, la maldad y la locura.

Aquella cinta dirigida por el australiano George Miller, un director solvente y competente con obras que rodaría después como la soberbia “El aceite de la vida” o “Las brujas de Eastwick”, componía en ese primer largo un filme que poseía cierta fuerza, acción trepidante, una fotografía adecuada y unas interpretaciones estupendas.

Mad Max: Furia en la carretera”: Un envoltorio vacío lleno de ruido

El caso es que el mismo George Miller, 36 años después de aquella primera cinta y 30 después de la tercera de la saga, y seguramente por una buena razón económica, retoma a sus personajes para adaptarlos a la acción palomitera que se hace ahora mismo en Hollywood, a las formas y maneras de las superproducciones hollywoodienses actuales. Pero la pregunta que se le plantea al espectador al terminar de ver esta cinta es ¿para qué estropear la memoria de aquel primer largo o de aquella trilogía? No era necesario, pero otras razones, lejos de las artísticas, seguramente han hecho que se realice una nueva versión.

Y esto viene porque la nueva “Mad Max: Furia en la carretera” o “Mad Max 4”–tan elogiada incomprensiblemente por mucha parte de la crítica- no es más que una road movie vacía, sin ninguna profundidad, llena de acción aburrida e intrascendente, y en donde sólo hay efectos especiales y un sonido muy cuidado, eso sí.

Si con las dos partes siguientes de aquella trilogía todo se iba estropeando poco a poco, con esta nueva versión se da “la puntilla” a una saga y a un universo que de origen tenía y tiene bastante potencial y fuerza.

Es probable que haya espectadores a quienes esta nueva versión guste y les haga pasar dos horas de trepidante cine, pero a otros muchos les parecerá una verdadera tomadura de pelo, repleta de insignificancia y tedio, una verdadera pérdida de tiempo insoportable.

Mad Max: Furia en la carretera”: actores desaprovechados

El fin de este llamado por algunos western futurista es llenar las salas con una gran campaña publicitaria y ofreciendo a cambio un producto totalmente palomitero, demasiado simple, infantil, y por momentos confuso de argumento, prescindible, en el que lo más importante es apabullar al espectador con circenses e inverosímiles escenas de acción y estruendosos y vacuos efectos especiales. Y en cuanto a los actores, hay que apuntar que hasta la maravillosa Charlize Theron pasa desapercibida en su papel de Imperator furiosa, un personaje insustancial e inverosímil en el cual le quitan todo su glamur y femineidad apareciendo caracterizada casi como un hombre sucio, malencarado y lleno de amargura por su pasado.

Para disfrutar de este universo interesante y de estos personajes, nada mejor que recuperar aquella primera cinta de 1979.

Sobre el autor

Jorge Curiel

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Jorge Alonso Curiel (Valladolid, España, 1975). Licenciado en Filosofía y Letras, es escritor, profesor de literatura española y ejerce también la crítica cinematográfica y literaria en varias revistas. En agosto de 2021 recibió la Mención de Honor "Rosa Chacel" para narradores vallisoletanos o con vinculación con la ciudad.Autor del poemario "Es Mejor el Sueño"; de la novela breve "Las Guerras han Terminado" (2011); del libro de relatos eróticos "Tu Mejor Pecado" (2011); del conjunto de relatos y microrrelatos "Yo Conocí a un Hombre Satisfecho" (2012), publicados por la editorial neoyorquina Babel Books Inc. También participó con varios cuentos en el libro "Mujeres" (2011), y con un diario ficcionado en "Yo a la Crisis la Guiso y me la Como" (2012), publicados también por Babel Books Inc. En 2013 publicó, en la misma editorial, una edición del clásico de la literatura española "El Lazarillo de Tormes", y el libro infantil "Paisaje de Risas", escrito a cuatro manos con la escritora mexicana María Robles Echeverría.En 2014 participó en el libro “Caricias y Batallas” (Ed. Ágora), donde comparte textos relacionados con el tema del amor junto a los otros diez escritores que formaban el colectivo literario vallisoletano “Los Perros del Coloquio”.En octubre de 2015, participó con el relato de terror y misterio “El perfume de la mala muerte” en la antología de fantasía, ciencia-ficción y terror “Kalpa 2015”, publicado por Éride ediciones, junto a nueve cuentos más de otros escritores españoles.En mayo de 2016 publicó "Saber moverse", un libro de relatos en la editorial Atlantis. Y en octubre salió a la venta, en la editorial Playa de Ákaba, su segundo poemario "Reflejos en el cristal cotidiano".En noviembre del mismo año salió a la venta la antología de relatos "Pucela negra y criminal" (M.A.R. Editor), en la que participa con una historia criminal ambientada en un conocido barrio de la capital vallisoletana.En octubre de 2017 publicó su libro de relatos "La noche del escaparate" (Ediciones Atlantis).En 2018 participó en la antología "Castilla, puerta de la Historia" (MAR Editor); y en septiembre del mismo año apareció el libro de relatos "Media hora" (Apache Libros).Durante 2019 participó en dos antologías solidarias: "Equilibrar los tiempos" (TarQus), y en "Ella" (Ayuntamiento de Valladolid).En 2020, Ediciones Vitruvio publicó su tercer poemario "Las Manos del Sueño".En 2021 apareció la novela negra titulada "El Alumno inquietante" (Apache Libros).Ha resultado ganador y finalista en incontables certámenes literarios.

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