John Grisham saca al descubierto las prácticas de algunas empresas mineras arrollando a ciudadanos desprotegidos en “El secreto de Gray Mountain”, un intenso thriller judicial con mensaje ecológico.

“Su temor se debía a la pérdida de ingresos y el repentino bandazo que había dado su carrera. Como asociada de tercer año, estaba ganando un sueldo base anual de ciento ochenta mil dólares, además de sustanciosas bonificaciones. Mucho dinero, aunque la vida en Nueva York se las arreglaba para devorarlo. La mitad se iba en impuestos”.

El celebérrimo abogado reconvertido en escritor, John Grisham publica con puntualidad como es bien sabido una novela al año, que en España suele aparecer en torno a noviembre (siempre figuran entre los libros recomendados para regalar en Navidad). Tras “La herencia”, de 2014, donde recuperaba la temática central, el racismo, de su ya lejana primera obra, “Tiempo de matar”, en 2015 entrega “El secreto de Gray Mountain”, más novedosa, para empezar porque tiene como protagonista a una mujer, lo que no suele ser habitual, sin apartarse de la fórmula del thriller judicial que tanto éxito le ha dado.

Tapa dura: 480 páginas.
Editor: Plaza & Janés; Edición: 5 de noviembre de 2015.
Colección: ÉXITOS.

Portada.

Argumento de “El secreto de Gray Mountain”, David contra Goliath

Dos semanas después del derrumbe de Lehman Brothers, Samantha Kofer, joven abogada neoyorquina, pierde su trabajo en Scully & Pershing, un importante bufete. Le ofrecen conservar el seguro durante un año, y posibilidades remotas de recuperar el puesto a cambio de trabajar gratis durante un año en alguna organización con fines benéficos.

Después de que la rechacen en varias entidades, consigue que acceda a hacerla una entrevista Mattie Wyatt, directora ejecutiva del Centro de Asesoría Jurídica Mountain, de Brady, una pequeña localidad de Virginia. Se ocupa de representar legalmente a los habitantes del lugar que carecen de recursos, casi siempre en litigios contra las grandes compañías mineras, que han perjudicado gravemente el entorno natural con sus excavadoras. Es el caso de la familia de Donovan, uno de los letrados que forman parte de la junta directiva de la asesoría, cuyo padre (con problemas con el alcohol) fue engañado por Vayden Coal, una compañía de Richmond.

Samantha viaja en un coche alquilado al lugar. Tras un pequeño incidente con un falso policía del que Donovan la salva, hace buenas migas con Mattie. Acaba realizando un trabajo muy distinto al que había desempeñado hasta entonces, embarcada en lo que será una épica lucha comparable a la de David contra Goliath.

Reseña de “El secreto de Gray Mountain”, ameno alegato ecológico

John Grisham.

El hombre que mejor ha retratado las turbias prácticas de grandes compañías, amparándose en jugarretas legales, ejerce también como directivo de Innocence Project en Nueva York y Mississippi, organización dedicada a la reforma penal y a la exoneración, a través de pruebas de ADN, de individuos inocentes condenados por asesinato. Siempre ha estado muy presente en sus novelas su preocupación por los ciudadanos desamparados frente a un sistema legal –el estadounidense– en el que quien tiene más dinero siempre se sale con la suya.

En esta ocasión, John Grisham refleja sus inquietudes ecológicas en una obra que divulga los problemas causados por la minería, no sólo en el medio ambiente, sino también en lo referente a la salud de quienes están cerca de sus excavaciones. Analiza las consecuencias sociales de situaciones en las que se aplasta injustamente a los desfavorecidos, pero todo ello sin discursos evidentes y grandes peroratas, sino en su línea, mediante una historia que engancha desde el primer momento, y tiene continuos giros que atrapan a los lectores.

También saca a la luz las consecuencias de la reciente crisis económica. Se muestra bastante positivo a la hora de sugerir una vida más sencilla, alejada de lujos que muchos consideran indispensables hasta el punto de meterse en una espiral de horas y horas de trabajo, por lo que al final no tienen vida.

En su bien construido relato, John Grisham hace gala de su ágil estilo habitual, y se luce con unos personajes convincentes, alejados de los arquetipos del género. Por ejemplo, “El secreto de Gray Mountain” tiene a una protagonista, Samantha, alejada de las típicas heroínas de este tipo de historias, pues está llena de dudas, se deja llevar por su necesidad de destacar y le falta iniciativa, aunque consigue que el lector empatice con ella.

En suma, una obra fresca, dentro de la bibliografía de un autor que tiene muy claro lo que sus seguidores esperan de él, y que se esfuerza por no decepcionarles.