Reducir el temblor de manos en el uso de pantallas táctiles

El uso de los nuevos dispositivos móviles con pantalla táctil, puede suponer un verdadero problema para los que sufren temblor de manos y dedos.

Escribir un mensaje de texto o marcar un número, se pueden tornar en tareas díficiles que además estresan al sujeto.

 

Detectar el origen del temblor

En algunas personas, el movimiento muscular involuntario puede ser un síntoma de un posible trastorno neurológico. No obstante, en la mayoría de casos, suele producirse por haber sido expuesto a una situación que genera un alto grado de ansiedad (siendo una respuesta a la adrenalina generada), o por una prolongada mala postura corporal (tanto de espalda como de la mano o dedos en sí).

 

Posibles patologías

Si uno sufre de temblores, siempre se aconseja que en primera instancia, se acuda a un especialista para descartar patologías como las neuropatías periféricas hereditarias, tumores, hipoglucemia, esclerosis múltiple, Parkinson o Ictus cerebral. También puede estar causado por el excesivo consumo de alcohol o por la abstinencia del mismo, por un exceso de cafeína en el cuerpo o incluso tras fumar algún tipo de cigarrillo de marca distinta a la habitual.

 

El temblor esencial

Este tipo de temblor es el más común, sin patología de base, con una gran carga hereditaria y con presencia en los momentos puntuales de gran emoción o estrés.

 

Trucos para evitar el temblor de manos o dedos

El primer paso es cambiar de postura y descansar por un periodo mínimo de 10 minutos. También se pueden realizar algunos ejercicios de relajación como la respiración profunda que ayuden a aflojar los músculos. Utilizar alguna pelota antiestrés es otra opción buena.

Si la acción se desarrolla delante de otra persona, evitar imaginar de antemano que lo peor va a pasar (además de visualizar esta situación y aumentar las probabilidades de que ocurra, genera la sensación de impotencia en lugar de darnos más valor).

Evitar huir siempre de situaciones como la de pedir el número de otra persona y grabarlo en nuestro dispositivo en el momento. Con la conducta de evitación cada vez tendremos más miedo a la hora afrontar esta situación.

Mover nuestro móvil de forma suave y asirlo sin apretar en exceso. Evitaremos los movimientos rígidos y la excesiva prensión con la finalidad de no tensar todavía más los músculos. Moviendo nuestro dispositivo impedimos que esté en un punto fijo y que por tanto sea más apreciable el posible temblor.

Darle conversación al otro, bromear o hacer cualquier tipo de comentario para desviar tanto nuestra atención sobre nuestras manos como la del otro sobre las mismas.

Atender de forma verídica a lo que el otro nos cuenta. Si le preguntamos por un tema que verdaderamente nos apasiona, llegaremos a meternos tanto en la conversación que la tarea manipulativa pasará a realizarse en el modo “piloto automático”.

Realizar algunos gestos habituales como atarse los cordones de los zapatos o abrocharse los botones de la camisa con mayor lentitud de lo normal. Estos movimientos distractores encarrilarán a nuestras manos a un estado de normalidad por la simple asociación.

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