El escritor francés Alejandro Dumas dijo una vez que “para toda clase de males hay dos remedios; el tiempo y el silencio“. No sé si esos dos remedios son suficientes o no pero lo que sí sé que es que existen muchos más. Entre ellos, la malaquita, una piedra natural preciosa a la que se le atribuyen numerosas propiedades curativas.
Como ya venimos diciendo desde hace un tiempo, los minerales además de ser los complementos perfectos, incluso vinculados a la decoración, también se pueden convertir en nuestros grandes aliados, pues se les atribuyen innumerables propiedades. Entre todos ellos se encuentra la malaquita, una piedra natural de color verde muy característico con algunas bandas oscuras y otras más claras y cuyo brillo llama poderosamente la atención.
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La malaquita: concepto y curiosidades
La malaquita debe su nombre a la palabra griega que significa malva, aunque son muchos los que coinciden en que se llama así porque, “mala quita” o “quitamales”, es una piedra natural con poderosas propiedades curativas.
Se trata de un mineral secundario del cobre y pertenece al sistema monoclínico y al grupo de los carbonatos. Puedes encontrarla en plena naturaleza en forma de pequeños cristales o formando estalactitas. Es una piedra semipreciosa que ha sido muy utilizada a lo largo de los tiempos y aunque siempre ha sido apreciada por sus propiedades sanadoras, también se le ha dado otros usos. Así se desprende desde el blog Runa Mágica, que nos cuenta que los romanos la utilizaban como talismán para protegerse del rayo, las caídas y los accidentes. Los griegos, así como otras civilizaciones, la ataban a los vientres de las embarazadas como amuleto para mitigar los vómitos y en otros pueblos fue usada como amuleto contra el mal de ojo o para ahuyentar los sentimientos de envidia.
Pero no queda ahí, ya que en Egipto, además de emplearlo para la creación de objetos utilizados en ritos funerarios y ofrendas a los dioses, era muy frecuente su uso, junto al lapislázuli, para maquillarse ojos, labios o mejillas, teniendo como una de las máximas exponentes a la mismísima Cleopatra, tal como se nos hace saber desde el blog Vita Esencia. Y para finalizar las curiosidades, te contaré que esta piedra natural forma parte del actual Trofeo de la Copa Mundial de fútbol en la franja de su parte inferior.
Usos y propiedades de la malaquita
Actualmente la malaquita es una de las piedras más utilizadas en el arte de la joyería y la decoración además de para “la elaboración de pinturas y usarse para dar volumen, acabado y textura en la fabricación de piezas de resina poliéster“ y así se recoge en la web Rocas y minerales, mientras que DFarmacia se hace eco de la utilización de la misma en la fabricación de productos cosméticos antirradicales libres, antipolución o antiestrés, así como ser el perfecto aliado en cremas contra las agresiones ambientales sobre la piel producidas por los rayos ultravioleta.
Sin embargo, esta gema semipreciosa es mucho más que todo eso. De la misma forma que otras como el ámbar, la amatista, las perlas, el ágata o la piedra luna, entre otras, esconde muchos otros secretos en forma de propiedades curativas y energéticas, incluídos para los chakras, y es en este sentido como se manifiestan numerosas publicaciones expertas en el tema, entre las que se encuentran Signos del cosmos, Ayudamos a conocer, Great Woman o Naturvall, entre varios otros. Así, de todas ellas se desprende que “amplifica tanto las energías positivas como las negativas, sana las energías, estimula los sueños, combate la ansiedad y la depresión, potencia la fertilidad y la impotencia sexual“.
Además, coinciden algunas de ellas al decir que “equilibra los chakras del corazón y del ombligo, rebaja la presión sanguínea, puede tratar el asma, la artritis, fracturas, tumores y la epilepsia e incluso la diabetes“. Desde Bogho Donna, también se recuerda que aumenta la inspiración y la creatividad y nos ayuda a desintoxicar el organismo.
De la malaquita se dice que es una piedra poderosa, capaz de absorber la energía y equilibrar los desarreglos emocionales y situaciones de crisis, además limpiar y activar los chakras, sintonizando con la guía espiritual puesta sobre el tercer ojo, activa la visualización y la visión psíquica, así como ser un símbolo de inteligencia.
Como ves, se trata de una piedra, junto al jade, con el poder de atraer el dinero, la suerte o el amor. Y ahora, que las navidades están tan cerca, puede ser el momento ideal para hacerte con una joya de malaquita, tanto para ti como para regalar, y comprobar por ti misma toda la magia que despliega.
Limpieza, cuidados y advertencias sobre la malaquita
A estas alturas no cabe ninguna duda de las propiedades de esta gema tan mágica. Está dotada de gran poder y desde todas las fuentes consultadas se advierte que esta piedra protectora absorbe tanta energía que hay que tener cuidado con ella, sobre todo aquellas personas inestables o inseguras.
En cuanto a la limpieza, M. Dolors Abril, desde la publicación Me siento, nos da una serie de claves a tener muy en cuenta. Entre las que se encuentran las siguientes:
- No sumergirla en sal
- Preparar una infusión de salvia y dejarla unos minutos antes de secarla.
- Cargarla en una drusa (agrupación de cristales de cuarzo).
- Y sacarle brillo de vez en cuando con un poco de aceite.
En estos mismos puntos coincide el editor del blog Angel y Piedra, que además aconseja usarla por períodos cortos, y llevarlo en la mano izquierda y recuerda que en caso de sentir palpitaciones (de vez en cuando ocurre) en el corazón retirarla cuanto antes. El editor de La energía de las piedras, por su parte, además de coincidir con las anteriores recomendaciones sugiere “descargarla diariamente, colocándola sobre un cuarzo lechoso, uno ahumado y uno transparente (cristal de roca) o bien sumergiéndola en un cuenco lleno de cuarzos de este tipo“.
Advertencia: Las piedras naturales nunca se pueden utilizar como sustitutivo de tratamientos médicos convencionales.
Solo queda recordarte lo mismo que se ha ido diciendo en apartados anteriores: ante los primeros síntomas, lo primero es acudir a los médicos convencionales y utilizar los tratamientos adecuados que éstos prescriban. Las terapias de los cristales y la gemoterapia pueden ser utilizadas de forma complementaria.
