El 3 de diciembre de 1989 quedó marcado como el día que nacía una leyenda del baloncesto español. En accidente de tráfico, exceso de velocidad, al incorporarse en la M-30, el jugador del Real Madrid y primer español en jugar en la NBA perdía la vida. Una gran pérdida para el deporte español, que gracias al talento y el espíritu de superación que había mostrado Fernando Martín en su fulgurante carrera comenzaba a tener éxitos y logros deportivos muy destacados a nivel internacional.

Fernando Martín, leyenda del baloncesto. Imagen del fororealmadrid.com

Los aficionados al baloncesto en España, con cierta edad, siempre recordarán que estaban haciendo ese día cuando a primera hora de la tarde en RTVE se interrumpía un partido de balonmano en directo para dar la noticia luctuosa. Fernando Martín Espina, el pívot del Real Madrid y de la selección española de baloncesto, habría fallecido en accidente de tráfico sobre las 15,20 horas cuando se dirigía al antiguo Palacio de los Deportes para presenciar (no podía jugar, estaba lesionado) un partido de su equipo contra el CAI Zaragoza de Baloncesto.

De icono del baloncesto a mito deportivo

El carácter noble de pundonor de Fernando Martín casaba muy mal con la trascendencia mediática que su persona y su carrera deportiva tenían en la sociedad española del momento. Molesto, muchas veces, renegaba en las entrevistas que le hacían de ser considerado el ejemplo para nuevas generaciones y otros deportistas. En realidad no hubiese hecho falta tan mala fortuna ese 3 de diciembre para haberle considerado en vida un icono, una leyenda del baloncesto, pues su carrera deportiva alcanzó metas que otros muchos sólo soñaban.

Su historial deportivo fue breve pero intenso, en doce años de baloncesto puso las bases para lo que se ha llamado el ‘boom del Basket’en España (Plata Olímpica en Los Ángeles’84) y abrió las puertas de la NBA estadounidense (la mejor y más fuerte liga del mundo donde jugó en los Portland Trail Blazers) a los jugadores españoles que nacieron cuando él moría y que ahora triunfan como jugadores de gran nivel en la NBA (Pau Gasol, Marc Gasol, José M. Calderón, Ricky Rubio,Víctor Clavet, Serge Ibaka, Nikola Mirotic).

El pívot español que podía con Arvydas Sabonis

En la década de los 80 del pasado siglo XX, en Europa dominaban en baloncesto la antigua Unión Soviética y la ex Yugoslavia. Dos estados de la órbita comunista, del bloque del Este, tenían el monopolio del talento y de los éxitos en basket. Pero hubo muchos días, como recuerda el compañero de Fernando Martín en el Real Madrid y en la selección española, López Iturriaga, que Fernando vencía al gigante lituano (soviético en esas fechas) Sabonis y España lograba, algo impensable poco tiempo atrás, las primeras victorias contra los soviéticos.

Arvydas Sabonis también siguió los pasos del jugador español y unos años después, cuando la URSS desapareció, jugaría con éxito en la NBA en el mismo equipo que Martín, los Portland Trail Blazers, y triunfaría en el Real Madrid de los años 90. Casualidades que parecían darse porque la leyenda fallecida pasaba el relevo de la magia del baloncesto al mito viviente, Sabonis, del basket europeo.

Fotografía en la cuenta de Twitter de Ana Obregón

Fernando Martín en la prensa del corazón

Del personaje mediático, leyenda del baloncesto, también hubo historias para el papel couche. Una faceta que Fernando Martín odiaba, muy receloso con los periodistas en general pero más con los de la ‘prensa rosa’. Atractivo, fuerte y con esa personalidad arrolladora, pronto se vio portada de algunas revistas que informaban de sus supuestos romances y de sus relaciones reales con las mujeres. La más conocida fue la relación con la actriz Ana Obregón, que en esos años (1987-1989) era la “reina” de la prensa del corazón.

Pero a Martín se le recordará siempre en un corazón distinto, el gran corazón de los aficionados al baloncesto. “Sí, sí, sí, Fernando está aquí”, fue el grito de los aficionados en el partido disputado dos días después de su muerte en la Recopa contra el PAOK, equipo griego. El Real Madrid perdía de 15 puntos en el primer tiempo. Empujados por esa consigna, los compañeros de Fernando Marín dieron la vuelta al partido. Ganaron de 21 puntos.