El adecuado reciclaje de los residuos domésticos es un acicate más para tratar de evitar el continuo y progresivo deterioro del planeta. En España, un país donde el reciclaje durante años ha sido una asignatura pendiente, los ciudadanos cuentan en la actualidad con mayor información y posibilidades para efectuar una óptima separación de los residuos urbanos. Diríamos, por tanto, que cada vez reciclamos más y mejor…pero aún no es suficiente.
Desde que se puso en marcha en España en 1997 el Sistema Integrado de Gestión de Residuos que obliga a las empresas envasadoras a recuperar sus envases una vez convertidos en residuos para darles un correcto tratamiento medioambiental se ha evitado, según señalan las distintas administraciones del estado, que cerca de 12 millones de toneladas vayan a parar a los vertederos y hayan sido reciclados evitando en gran medida la contaminación medioambiental.
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El reciclaje en España
Según Eurostat (Oficina Europea de Estadística) cada europeo genera un total de 470 kg de residuos, de los cuáles el 31% se envia a vertedero, el 28% se recicla, el 26% se incinera y el 15% se transforma en fertilizante compuesto de residuos orgánicos.
En volumen de reciclaje España, dentro del ámbito de la Unión Europea, se sitúa en el puesto 16 de la tabla (20%), ocho puntos inferior a la media europea (28%) y muy lejos de los más destacados como Eslovenia (55%), Alemania (47%), Bélgica e Irlanda (ambas con el 34%) y Suecia (33%); mientras que en el furgón de cola se sitúan Malta (6%), Eslovaquia (4%) y Rumanía (3%).
Planta de reciclaje de vidrio – Imagen de Ecovidrio
Los datos genéricos del reciclaje en España señalan que en la recogida de vidrio marcamos uno de los mejores ratios de Europa con más de 15 kilos por habitante. En cuanto a elementos altamente contaminantes como las pilas se gestionan nuevamente tras ser reciclados cerca del 30%. Y por lo que respecta a la recogida de teléfonos móviles y accesorios se reciclan más de 8 millones de terminales al año.
Pero el mayor hándicap del reciclaje doméstico se centra en la escasa recogida de medicamentos, aceites usados, escombros, bombillas o muebles. Sin duda un aspecto que no ayuda ni al ahorro energético ni al beneficio medioambiental.
Separación de los residuos domésticos
Es fundamental que el reciclaje responda a una ordenada separación de los residuos domésticos en los diversos contenedores.
En los contenedores naranjas se depositan los residuos de carácter orgánico como restos de comida, aceite utilizado, papel sucio, cerámica o porcelana, objetos de goma, tapones de corcho y artículos de higiene desechables (preservativos, compresas, pañales, cuchillas de afeitar, etc.).
A los contenedores amarillos se arrojan todos los envases de plástico (botellas de refrescos, agua mineral, detergentes, suavizantes, bolsas de comercios, bandejas de corcho blanco, tarrinas de yogur y mantequilla), los envases metálicos (latas y botes de refrescos, de cerveza, de conservas, bandejas de aluminio, envases de productos lácteos y de plástico transparente de medicinas, aerosoles y sprays) y los envases tipo brik (de leche, zumos, sopas, caldos y refrescos).
Los iglús verdes se utilizan para el depósito de botellas, frascos de vidrio y tarros de perfumería, de productos cosméticos y de alimentación.
Mientras que en los depósitos azules se desechan tanto el papel como el cartón aunque también plásticos y suciedad: periódicos, revistas, guías, libros, bolsas de papel, propaganda, folletos y hueveras de cartón.
Punto Limpio – Imagen de Siempremolinicos
Y al margen de los clásicos contenedores también existen los Puntos Sigre para la recogida de restos de medicamentos ya sean caducados o no a través de las farmacias; los contenedores específicos de recogida de pilas, situados en diversos puntos de la ciudad o en el propio comercio donde se adquieren; y los Puntos Limpios, instalaciones donde se depositan residuos que por su volumen no pueden ser recogidos por los servicios de limpieza habituales, tales como electrodomésticos, televisores, ordenadores y muebles, fundamentalmente.
