Crítica de “Miss Hokusai”, tributo animado al arte japonés

Por momentos poética en su animación, “Miss Hokusai”, del realizador Keichii Hara, es una episódica y difusa obra de vida de una artista femenina opacada por la fama de su progenitor.

En el transcurso de los siglos, el rol de la mujer en la sociedad ha sido relegado principalmente a las labores del hogar, en la atención al esposo y al cuidado de los hijos, limitando al hombre como el proveedor económico absoluto y dirigente del mercado laboral.

No obstante, las excepciones existen, saltándose el convencionalismo de las reglas sociales. Con la soltería auto-elegida, la conjugación de maternidad o matrimonio con empleo o la dedicación absoluta a una actividad laboral, la mujer era fuertemente señalada y condenada por tomar dichos tipos de decisiones. Algunas lograron trascender por su deseo personal en desempeñar alguna ocupación importante en variadas disciplinas, como el poder de Cleopatra (69-30 A.C) en el antiguo Egipto, los estudios lógicos de Hipatia (370- 415 a.C) y el pensamiento socialista de la francesa Flora Tristán (1803- 1844), por mencionar algunos ejemplos.

La labor de la pintora japonesa O-Ei Katsuhika (1800-1866) en el arte Ukiyo-e del siglo XIX es la fuente de inspiración de “Miss Hokusai” (Sarusuberi, 2015), una retrospección circunstancial sobre la hija del afamado pintor Hokusai Katsuhika (1760- 1849).

Trama de “Miss Hokusai”: Feminismo y pinturas de la Era Edo

Miss Hokusai, de Keichii Hara

Miss Hokusai (2015) ginkorotumblr

En 1814, en Edo, Japón, O-Ei vive con Hokusai, uno de los dibujantes más reconocidos del país. En una época y ubicación complicada para la labor artística de una mujer fuera del quehacer del hogar, la independiente y obstinada joven se desarrolla como una talentosa pintora y atestigua la obra de su padre, viviendo constantemente bajo su sombra.

Crítica de “Miss Hokusai”: Episódica e inconsistente vida de una mujer en el Japón Feudal

El realizador Keichii Hara (Colorful, El Verano de Coo), conocido también por su labor como realizador de versiones fílmicas de la popular serie “Crayon Shin-chan”, aborda un pedazo de la vida de la referenciada O-Ei con la animación tradicional que detalla el periodo Edo en Japón, uno que atravesaba el paulatino declive de los samuráis y el conservadurismo en tradiciones antes de la posterior apertura al contacto extranjero. Sin lograr la nitidez de estudios de animación más consagrados como Studio Ghibli, Production I.G añade al elemento conservador de la época un poético estilo que reanima destacadas pinturas del propio Hokusai, como el azul de “La Gran Ola de Kanagawa”, los demonios que acribillan los sueños de una mujer o un poderoso dragón para una cubierta de madera.

La tercera hija de Hokusai, introvertida y rebelde, explora también disyuntivas que la obligan a moldear sus vivencias personales, añadiendo una temática adulta que involucra su búsqueda sexual. El relato, basado ligeramente en el manga “Sarusuberi” (1983-1987) de Hinako Sugiura,  presenta a una mujer, desconocida en profesión y adelantada a su tiempo, independiente y con deseos de sobresalir por méritos propios, guiándola en la búsqueda de una mejoría creativa.

Entre un drama taciturno y por momentos cómico, recreados en primera instancia por los discípulos del propio Hokusai (el mujeriego Zenjiro o el idealista Utagawa), la vida de O-Ei se representa principalmente a través de episodios lineales que, además de reflejar la relación complicada con el padre, similar a ella en carácter y testarudez, representa un lado más amable explotado en la interacción con su hermana pequeña Koto.

El instinto maternal que profesa logra que el biopic adquiera un poco de ternura ante una propuesta distante que nunca alcanza una explotación adecuada con los mensajes de la aceptación de la muerte y el cariño de familia sin importar las circunstancias que intenta profesar.

Aunado a ello, la variedad de tramas en la historia no logran crear una unidad correcta en la trama y el dispar score de Harumi Fuki distrae del importante periodo histórico a causa del rock con tintes metaleros insertados en los momentos agitados de la protagonista, alcanzando una resolución precipitada sobre su vida, la ciudad en la que reside y el legado de su padre.

Con inconsistencias en sus arcos narrativos e inconexa en su tratamiento, “Miss Hokusai” es una poética y fría recreación de una artista que rompió los paradigmas sociales tradicionales asignados a la mujer, una enigmática personalidad de la que se conoce muy poco, alguien que, siglos después de su fallecimiento, se le reconoció su aportación al arte japonés del siglo XIX.

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