“Luz de Luna (Moonlight)”, del realizador Barry Jenkins, es un íntimo, sensible e introspectivo “coming of age” de un joven afroamericano que descubre su sexualidad. Estelarizan Trevante Rhodes, Mahershala Ali y Naomie Harris.

El entorno social y familiar son los encargados de moldear las personalidades de los individuos. Dependiendo de la situación por la que atraviesan y la influencia y destino de los vínculos forjados, determinan las decisiones de vida que tomarán en su camino.

A su vez, los descubrimientos personales realizados en el trayecto y el forjamiento del carácter a base de las circunstancias también terminan por presentarse en el transcurso de la existencia. “Luz de Luna (Moonlight)” (Moonlight, 2016) retoma los aspectos mencionados, agregando también los vaivenes del descubrimiento sexual, el crecimiento cronológico y la influencia en las acciones por parte de la familia y el lugar de origen.

Trama de “Luz de Luna (Moonlight)”: Pedazos de vida de un muchacho afroamericano

En los barrios de Miami, rodeado por los carteles de la droga, Chiron es un joven afroamericano que, conforme crece y madura a lo largo de dos décadas, descubre su homosexualidad, encuentra su lugar en el mundo y fortalece su personalidad.

Crítica de “Luz de Luna (Moonlight)”: Un delicado y sensible “coming of age” en escenarios difíciles

Luz de Luna Moonlight (2016) inmyselfitrust tumblr

El realizador Barry Jenkins (Medicine for Melancholy) retoma la obra de teatro escrita por el dramaturgo y también actor Tarell Alvin McCraney, respetando los tres actos en los que se divide la trama. La adaptación de Jenkins, con excepción de la división narrativa, se aleja de la perspectiva teatral que vislumbra la niñez (Little), adolescencia (Chiron) y adultez (Black) del personaje principal (interpretado por Alex R. Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes en las respectivas etapas), remarcando el avance en la consolidación de su identidad personal, no sin antes ofrecer las circunstancias encargadas de moldearlo.

Sin estar exenta de tintes de violencia que reflejan la turbulencia de los suburbios y la clandestinidad en las zonas humildes, la sutilidad del retrato es evidente en el desarrollo de Chiron, primero en una infancia en la que es molestado por su docilidad, sufriendo de manera constante los abusos de la madre drogadicta (Naomie Harris), encontrando apoyo en su amigo Kevin y una figura paterna a través de Juan “Blue” (un destacado Mahershala Ali). El hombre, un drug dealer por instantes noble, lo acoge en su núcleo y será el encargado de encaminarlo en la primera fase de vida y de cimentar los vestigios de sus futuras decisiones, séase con su amistosa convivencia o enseñándole cómo nadar en el mar que simboliza los primeros pasos de su camino personal.

Jenkins se aleja de la crítica y denuncia social de las calles para mostrar la introspección en el recorrido de Chiron, restando también un poco de realismo al entorno al añadir el onirismo en el que escucha los reclamos de la madre y observa a su interés romántico con otra mujer. La adolescencia, regida por un constante bullying y discriminación, en la que descubre su homosexualidad, dará un drástico cambio al adquirir la necesaria decisión para hacerse cargo de sí mismo. Así, logra la creíble transición hacia un adulto que emula al hombre que lo acogió a imagen y semejanza, transitando hacia el perdón por la decepción del pasado y la aceptación de su sexualidad con un importante reencuentro.

El coming of age, viril en esencia y convencional en su idea, planteado no hace mucho tiempo por Richard Linklater en su estilo empático y cargado de referencias culturales en “Boyhood: Momentos de Una Vida” (Boyhood, 2014), va adquiriendo sensibilidad conforme avanza, gracias a la referencia de la luz de la luna. La implicación deviene en la consolidación de la identidad y la delicadeza con la que Jenkins aborda el relato en su narrativa, en el score de Nicholas Britell y en el aspecto visual.

La fotografía de James Laxton, una en la que el azul es el predominante en el aprendizaje durante la niñez, el violeta en la transformación anímica y la oscuridad en la madurez, resalta los conflictos con el entorno, los sentimientos que alberga Chiron, la contrariedad sentida hacia la madre y la reprimida inquietud sexual.

“Luz de Luna (Moonlight)” se convierte en un reflejo íntimo del interior del ser humano, del cruce entre masculinidad y sensibilidad, de la transición de un tímido niño a un hombre de convicción que encuentra su resolución existencial y la definición de su sexualidad sin esconderla. Tal y como la propia luna que representa la sensibilidad y el resurgimiento.

https://www.youtube.com/watch?v=wMueZNCKO5A