Con “El Año Más Violento”, el realizador J.C. Chandor ofrece un sólido thriller sobre la corrupción en los segmentos empresariales del campo energético, así como de la ambición en los seres humanos.

Todo negocio conlleva a un compromiso en el que el empresario busca mantenerlo lo mejor posible, siendo la ambición el móvil para lograr dicho propósito. Muchas veces también, está de por medio la corrupción que lo tienta, llevándolo a acciones insospechadas. Y aunado a ello, también está la violencia, el sometimiento voluntario que daña en todos los niveles sin importar si se trata de una persona o de una sociedad, con estadísticas que evidencian su permanencia indefinida.

J.C. Chandor es una de las promesas más recientes del cine norteamericano en la actualidad y tras ofrecer una humana historia de supervivencia en el mar de un hombre de edad avanzada en “Todo Está Perdido“ (All Is Lost, 2013), en “El Año Más Violento” (A Most Violent Year, 2014) presenta apenas su tercera película y retoma una vez más los tiempos difíciles, esta vez por medio de una empresa que atraviesa una crisis en una década complicada y conflictiva.

La crisis económica y el negocio de los energéticos: Trama de “El Año Más Violento”

El Año Más Violento (2014) Películas En AudioLatino Facebook

Nueva York, 1981. Abel Morales (Oscar Isaac) es un inmigrante latinoamericano dedicado al rubro de los energéticos. A su vez, se encuentra a punto de lograr el trato de su vida, al adquirir un terreno enfrente del río Hudson que le ayudará a distribuir y vender gas a más territorios fuera del condado, para así expandirse y sacar de la jugada a su competencia.

Al tratarse de un año difícil para el condado neoyorquino, el cual registró la mayor cantidad de actos delictivos y violentos en su historia, se enfrentará a diversos percances que amenaza la prosperidad de su negocio y a la seguridad de su familia, contando con Maria (Jessica Chastain), su esposa, una mujer ambiciosa que hará lo que sea necesario con tal de apoyarlo.

Crítica de “El Año Más Violento”, Isaac y Chastain ofrecen buenas actuaciones

A su obscura trama y meticulosa dirección, Chandor agrega un elemento más que sabe dominar y de sobra: el de la complejidad de las dificultades financieras, evidenciada en su ópera prima “Margin Call” (2011).

Tal y como en la cinta con referencia al origen de la crisis de 2009 que colapsó a la economía de Estados Unidos, el también guionista ofrece un muy pausado ritmo a un thriller que va creciendo en impacto conforme transcurre el relato, otorgando un destacado seguimiento a cada aspecto que amenaza a la economía del personaje estelar y entremezcla también cuestiones humanas como la moralidad, la ambición que guía a un cumplimiento de metas sin importar el costo, la corrupción en la que muchos caen para hacer crecer su riqueza en las cuentas de bancos, la violencia ejercida en defensa de sus actos y las diversas funciones que tienen los personajes en la construcción de un imperio.

Todo ello obliga a pensar detenidamente sobre el comportamiento de cada uno de ellos, sin que pueda explicarse un por qué al respecto. Abel es un exitoso empresario que representa el llamado “sueño americano” de muchos inmigrantes que lo buscan sin importar el cómo lo logren. Intenta actuar lo más correctamente posible ante las circunstancias, entre ellas las investigaciones de un agudo fiscal (David Oyelowo) y los constantes robos a sus camiones que lo llevarán a enfrentar situaciones más complicadas y a cuestionar sus propias acciones. Inclusive con algunas pequeñas deslealtades de su staff.

Como contraparte al éxito de Abel, está Julían (Elyes Gabel), un humilde transportista que al ser víctima de un atraco al camión con el que transportaba gas, se enfrentará a diversos cuestionamientos que lo harán caer en una espiral de la que no podrá escapar. Si bien es innegable el talento de Chandor como narrador de historias, el filme no logra cerrar algunos cabos sueltos que conciernen con el desenlace del relato, además de ofrecer algunas situaciones sobrantes en la última parte del filme.

Oscar Isaac destaca como Abel, un hombre “un tanto” honesto que le rehuye a la violencia pero que será envuelto por ella y tendrá que hacer todo lo posible con tal de salvar y engordar a su naciente emporio. Y como la contraparte más audaz, Jessica Chastain destaca como aquella mujer incluso es capaz de realizar tratos deshonestos por proteger a la economía de la casa.

Así, Chandor ofrece un interesante juego de ambiciones morales entre individuos y corporativos, en los que el camino del arduo trabajo de la honestidad queda eclipsado por el de la corrupción, un aspecto que es palpable en los diferentes niveles de poder que existen alrededor del mundo.

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