Cinco datos sorprendentes del Triceratops

Se trataba del mayor de los dinosaurios con cornamenta, impresionantes criaturas que habitaron en las postrimerías del periodo cretácico. Hasta la fecha no ha sido hallado un esqueleto completo de Triceratops, pero sí valiosos huesos, dientes y cráneos que nos revelan que se trataba de una las criaturas prehistóricas más abundantes de su tiempo. A continuación les presentamos cinco detalles sorprendentes del dinosaurio Triceratops.

El formidable cráneo del Triceratops

Era un cráneo atemorizante, con tres poderosos cuernos, uno corto sobre la nariz y dos en la frente ubicados sobre los ojos. Así también, tenía un notable “escudo” de material óseo que podía alcanzar los dos metros de altura. Este último elemento sobresalía por atrás del cráneo y le crecía sobre el cuello, a manera de protección natural. El hocico del Triceratops tenía la forma de un pico curvo, como los de los actuales pericos o loros, con un afilado cuerno encima. La formidable cabeza del Triceratops tenía una altura aproximada de metro y medio y por ende, este cráneo está considerado por los científicos, como uno de los mayores que jamás han existido en alguna especie terrestre.

El escudo del Triceratops

Numerosos expertos en dinosaurios piensan que el escudo natural del Triceratops le servía como medio de protección, en especial en el área del cuello, con respecto a los ataques de peligrosos depredadores como el Tiranosaurio Rex. Muy probablemente en algunos casos fue así, aunque han sido hallados restos óseos de escudos de Triceratops con marcas de dientes de Tiranosaurio y otros dinosaurios carnívoros, perforándolos por entero. Por lo tanto, esos científicos piensan que el escudo del Triceratops más bien servía como señal en la disputa por el apareamiento, el dominio territorial o el liderazgo dentro del grupo. Acaso este elemento corporal del Triceratops estaba colorado (aunque esto es muy complicado de comprobar por el hecho de que nos fósiles no exhiben color alguno). También se ha propuesto que este escudo óseo servía como regulador de la temperatura corporal.

Triceratops y rinocerontes

Este dinosaurio poseía una compacta estructura corporal, con una sutil forma de barril y extremidades de gran potencia, las cuales eran bastante más gruesas que la de los elefantes modernos. Quizás las extremidades del Triceratops eran así de fuertes, para poder tolerar el peso de este cornudo dinosaurio, en especial cuando iba a la carrera. No obstante, precisamente por el gran tamaño de esta criatura, es difícil pensar que pudiera correr grandes distancias. Así también, las extremidades anteriores del Triceratops debieron ser muy poderosas como para soportar el peso de una cabeza tan enorme. Por lo anterior, para muchos científicos el Triceratops era el equivalente en versión dinosaurio de un rinoceronte moderno. De hecho tal vez se comportaba de modo parecido, ocupando buena parte de su tiempo alimentándose con plantas y defendiéndose con su cornamenta cuando se sentía en peligro.

Las mandíbulas del Triceratops

Es interesante conocer detalles acerca de las mandíbulas de este extraordinario animal. Los paleontólogos saben que las mandíbulas del Triceratops contaban con docenas de piezas dentales muy unidas, las cuales integraban baterías parecidas a las que tenían los dinosaurios llamados “pico de pato”. Estas mandíbulas servían a manera de fuertes tijeras y los dientes como eficaces hojas de corte, perfectas para trozar las plantas de mayor dureza en pequeñas porciones que podía tragar el Triceratops.

El Triceratops, un dinosaurio increíble

Este dinosaurio tenía una extensión de nueve metros y un peso que rondaba las seis toneladas. Habitó en el periodo Cretácico tardío, es decir, hace aproximadamente 68 o 65 millones de años. Los fósiles más importantes de Triceratops han sido hallados en Alberta, Canadá y en Montana, Dakota del Sur, y Wyoming, en los Estados Unidos. Además, el pico y los dientes de este reptil no eran adecuados para masticar las plantas con las cuales se alimentaba, pero sí para cortarlas. Se piensa que se alimentaba de hojas de palmera y helechos, además de cicadáceas.

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