¿Merece la pena comprar el dispositivo líder para ver ‘streaming’ en tu televisión? Realizamos un completo análisis de Google Chromecast de segunda generación, que permite ver en grande contenidos a través de un navegador Chrome de dispositivos con diversos sistemas operativos (Android, iOS, OS X y Windows).

Comprar Google Chromecast

Pantalla de navegación.

¿Quieres ver Youtube en tu pantalla plana? ¿O los mensajes que recibes por whatsApp, fotos y música del móvil en el televisor? ¿Estás suscrito a Netflix pero te aburre verlo en la pantalla del portátil?

Si no tienes smartTV, o te resistes a sustituir el tuyo, basta con adquirir Chromecast, que por poco dinero (unos 35 euros) permite conectar el móvil o ver servicios específicos de ‘streaming’ ocupando un espacio muy reducido.

Contenido del envío

En la caja de cartón blanca (típica de los productos de Google) nos encontramos los siguientes elementos:

Google Chromecast
Cable USB
Fuente de alimentación por HMDMI

Primeras impresiones de Google Chromecast 2

Al abrirla, nos encontramos con un pendrive, quizás de tamaño un poco más grande que la versión anterior (mide unos siete centímetros). Llama la atención su sofisticado diseño, que entra por los ojos. Esta segunda generación incorpora conexión HDMI, lo que facilita su conexión al televisor. Lo más corriente será que se pueda poner detrás en el televisor, por lo que apenas molesta, ni se ve. Queda colgando, pero como no pesa mucho, no parece que se vaya a deteriorar.

Una vez instalado, se puede ver la pantalla de inicio. Preparar el aparato para que funcione es tan sencillo que posiblemente no se necesitará leer el manual de instrucciones. Se debe emparejar con la misma red wifi en la que esté conectado el smartphone, tablet o dispositivo desde el que se va a enviar lo que se quiere ver. En éste debe instalarse la app (o el programa para Windows) correspondiente, que se puede descargar desde Google Play.

Análisis de Google Chromecast tras probarlo durante días

Conexión HDMI.

Tras configurarlo, en la aplicación se escoge qué se quiere ver, por ejemplo YouTube. Se pueden escoger varios vídeos y se crea una lista de reproducción, de tal forma que irán apareciendo uno detrás de otro en el televisor. Probamos diversos dispositivos: un smartphone Samsung (con sistema operativo Android), un iPad 4 (con iOS), un iPhone (también con iOS), un PC portátil (con Windows) y un MacBook Pro (con OS X). En este último va un poco más rápido todo, pero por lo general no se aprecian diferencias entre uno y otro, y se puede aventurar que Google Chromecast funciona con una amplia variedad de aparatos.

Mientras se visionan los contenidos, se puede utilizar el móvil u ordenador para cualquier otra cosa, o dejarlo olvidado sin que gaste energía.

En España se puede ver además de YouTube, o el contenido de cualquier web, directamente en streaming los servicios de wuaki.tv, filmin o A3Media Player (permite seguir la programación de Antena 3 y La Sexta). Se puede escuchar música en el televisor a través de Spotify. Funciona especialmente bien con Netflix, pues permite rebobinar con precisión y pasa de un capítulo de una serie a otro (por desgracia en España el contenido de esta plataforma es muy limitado, sobre todo en comparación con Estados Unidos). Por supuesto también se pueden ver a buen tamaño esas numerosas fotos que todos captamos con la cámara del móvil, y permite disfrutar de los juegos de Android.

Ventajas y desventajas de Google Chromecast 2

Apreciamos sobre todo ventajas y pocas desventajas en Google Chromecast 2.

Su mayor virtud reside en un precio bastante competitivo, teniendo en cuenta lo bien que funciona. Además, resulta sencillo de manejar, hasta el punto de que los resultados parecen mágicos. También merecen mención su rapidez (pues la competencia a veces puede llevar a la desesperación) y su intuitiva navegación.

En el plano negativo, se puede argumentar que para que funcione es necesario conectar el dispositivo a una fuente de alimentación o un cargador USB. Casi todos los televisores tienen puertos que sirven, pues sólo se necesita la corriente eléctrica, no la señal. En caso contrario, se debe recurrir a un adaptador y conectarlo a la corriente.

Otra contrariedad consiste en que si se mete mal la contraseña del wifi no está permitido volver a ponerla, por lo que se hace necesario volver a la configuración de fábrica. Puede resultar un poco aburrido este paso, pero tampoco es un fallo alarmante.